Un principe azul para una villana

Capítulo 17: Consuelo de calidez

Capítulo 17: Consuelo de calidez

Layta no podía dejar de mirar la extraña ave que de manera lenta los sigue atrevés de los árboles.

Esa ave extraña no quita los ojos de Alucard y eso la está molestando bastante, aparte tiene un temor muy grande al pensar que talvez se trata de un errante.

Alucard cerró los ojos y decidió dormir hasta regresar al castillo, sintió un peso ligero y sin abrir los ojos sabe que se trata de Bextril quien se acomodó al lado derecho para dormir también.

Layta no se sentía descontenta por esa escena, ahora ella está más preocupada por la extraña ave y no puede prestar mucha atención a la chica molesta.

Se decidió en su corazón de adolescente, ella sin dudarlo más. Cerró la ventana del carruaje, para no ver más al extraño pájaro que los está siguiendo desde hace un buen rato.

Ella no tiene miedo, es una princesa después de todo. ¿Cómo podría temerle a un pájaro que se ríe y habla?.

Sin dudarlo se acercó al otro espacio libre de Alucard y se acostó, una sensación de relajación los invadió a los tres y en poco rato se quedaron dormidos.

Bextril fue la última en despertar y al no sentir la sensación de seguridad, al abrir los ojos vio que los dos la observan con una mirada extraña.

Ella se avergüenza un poco al saber que tiene muchos fluidos en la boca, al dormir derramó la saliva. Tratando de recuperar la cara habló — No es nada, es normal que me salga esto. Después de todo somos esposos— dijo de manera simple y sonrió con maldad al mirar la cara enojada de Layta Baiyamon.

Layta se enojó al ver esta obvia provocación por parte de una niña y no se quedó atrás, sin dudarlo alcanzó la cara de Bextril y la pellizco con dureza.

Bextril que no esperaba un ataque repentino, sintió dolor inesperado y las lágrimas iniciaron a caer por las mejillas. No se quedó atrás y de manera rápida, también inició a pellizcar las mejillas de Layta. Layta sintió un dolor igual que Bextril y los ojos llorosos son una evidencia.

Alucard se quedó viendo de manera estupefacta las acciones muy bruscas, pero también reconoció que hace una horas se había comportado de manera radical y había ordenado la muerte de una persona inocente solo por no lograr controlar esa extraña sensación.

Mirando a las dos niñas que pelean sintió una sensación llena de calidez y la extraña sensación que había invadido su mente, desaparece.

Una sonrisa llena de calma y calidez se hace presente en la cara de Alucard. Esta escena es notado por las dos niñas que al ver la sonrisa feliz y llena de calidez las hace sentir muy cálidas.

Ambas dejan de discutir y se acercaron en un acuerdo tácito, al llegar al lado de Alucard. Todos se ríen de manera fuerte.

El carruaje se detiene, habían logrado llegar al reino Welgotolok y acaban de entrar.

Alucard sabe que un día esta por iniciar.




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