Capítulo 20:El inicio de la nueva vida de la villana
Como esperaba Alucard, fue una completa decepción para ambos padres al enterarse de la propuesta de ser un mayordomo de una princesa.
Ambos de manera inmediata lo desheredaron y abandonaron, como si Alucard fuera un desconocido y no su propio hijo.
Alucard no se sintió desconcertado por estas acciones de ambos padres, en su corazón sabía que estaba por ver algo así.
Después de todo hace poco ambos querían asesinarlo por no mostrar signos de mejora en la salud. ¿Por qué debería de sentirse desolado? Se preguntó Alucard.
Layta siempre con unas lágrimas no derramadas en sus ojos, sostiene con fuerza las pequeñas manos de Alucard de manera firme. Esta acción fue como echarle más leña al fuego y ambos reyes al verlo exclamaron del enojo, casi escupiendo sangre de perro.
Alucard sonrió con malicia al ver ese estado perturbado. Salió junto a Layta de la mansión Welgotolok y del reino para siempre, sabe muy bien que no había un perdón para él. Había manchado el nombre Welgotolok con esta petición infantil como le llaman.
El transcurso del camino al reino amarillo fue muy tenso y silencioso, ambos sentados sin emitir ruido, pero las manitas de Layta nunca dejaron las manos de Alucard.
Fue una escena conmovedora que presenció el conductor del carruaje, los caballeros custodiando con determinación los alrededores del carruaje. Aun cuando supieron de la muerte de ambos reyes, la lealtad no franqueo en nada y al contrario de las expectativas, fueron aún más valientes y determinados en su misión de proteger a la princesa Layta Baiyamon.
Alucard miró con cuidado la carita llorosa y sonrojada de Layta que de manera Descuidada le roba miradas, algo que Alucard notó. No dijo nada, pero se acercó aún más para envolverla en un abrazo cálido, envolviendo todo su pequeño cuerpo delicado como de una flor en sus manos.
Layta con los ojos entrecerrados por este cálido sentimiento desconocido, se sintió extraña, pero no abandona la comodidad del abrazo cálido de Alucard.
Alucard miró sin ocultarlo la cara linda de Layta y sonrió de manera tierna al mirarla como un gatito, ella en realidad es una chica linda que no se merece ese final perturbador.
La determinación en su corazón aumento sin saberlo y fue más firme en protegerla de todo aquel que le fuera hacer un mal, jamás permitirá que esta linda y cálida niña abandonará esa sonrisa.
De manera calmada, se detuvo el carruaje y el conductor se bajó para abrir la puerta. Ambos se bajaron para Alucard fue una escena muy agradable ver un patio lleno de vegetación y unos hermosos jardines adornandos con árboles de figuras de animales.
Alucard camino de la mano con Layta y entraron al castillo amarillo, por el camino Alucard sintió malicia proveniente de los sirvientes y uno que otro caballero, estos tipos miran de manera pervertida a Layta y esto lo enfureció, no mostró esos sentimientos. Después de todo mostrar abiertamente hostilidad puede ser más mal que bien, ambos saben que hoy es el inicio de una nueva vida.
El inicio de la nueva vida de la villana que será salvada.
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Editado: 25.09.2024