Un Principe En Problemas

Capítulo 5

Luego de calmar a mi madre, quería hablar de nuevo con mi padre y ver a la chica. Mi hermano me dijo que se encontraba visitando a la chica. Quería seguir creyendo en la inocencia de ella y culpar a algún periodista que estuviera ahí presente. Mi hermano venía a hablar con mi padre también, y de todas maneras, él ya sabia donde dormía la chica.

—¿Padre, estás aquí?—Abrí la puerta y los vi a ambos sentados.

—Estaba hablando con Tania para ver como se sentía y si recordaba algo que nos sirviera para saber que paso esa noche, pero al igual que ustedes dos está completamente en blanco—Era de esperarse, ella no era culpable, sino una víctima como nosotros.

Solo esperaba que mi madre tuviera esa compresión cuando la conociera y si no era de esa forma, me iba a asegurar que sucediera.

—Bueno, tengo asuntos que resolver—Mi padre se acerca—. Fue un placer hablar contigo, querida, espero y te encuentres cómoda en el palacio.

Yo también esperaba que ella encontrara cómoda aquí y no quisiera marcharse, pero pedía demasiado en estos momentos. Ella tenia una vida antes de conocerme y era muy difícil que cambiara eso por un castillo donde no existe mucha libertad.

—Nos vemos, padre—Me despido de él antes de que salga.

Pensé que mi hermano iba a quedarse para saludar, pero se fue detrás de mi padre. Me quedo mirando a la chica por un instante, detallando de nuevo su rostro. Era difícil no quedarme mirándolo por un largo rato. Ella lucia tan confundía que me daba lástima, pero no podía hacer nada para ayudarla, al menos que yo supiera.

Sabía que no podia quedarme en silencio por mucho tiempo, iba a ser demasiado sospechoso y extraño. Le que menos deseaba era que me tomara por un loco que la observaba, aunque ni parecía darse cuenta de que me encontraba en la habitación ¿Qué le dijo mi padre? Empezaba a creer que eso la tenia de esa forma.

—Buenas tardes—Intento llamar su atención.

No me miro. Seguía perdida en sus pensamientos, así que lo mejor será dejarla descansar para que pueda asimilar todo. Aunque solo quería saber si se encontraba despierta y ya lo he comprobado que estaba despierta y tranquila.

—Que…—Hizo una pausa mientras por fin me miraba—. Buenas tardes.

Tal vez no se encontraba tan tranquila como pensaba ¿Podría hacer algo? Seguramente aprovechar e intercambiar unas cuantas palabras con ella mientras lograba pasar el tiempo. Conocerla no sonaba nada mal y así ella podría sentirse cómoda en este lugar.

—Lamento lo sucedido—Debía disculparme.

Era un caballero y debía asegurarme que ella se encontrara cómoda, no dejar pasar más tiempo para disculparme por todos los problemas que he ocasionado con lo del matrimonio. Hasta ahora lo único seguro era que ella iba a permanecer en el castillo hasta que el divorcio estuviera resuelto. Luego hablaría respecto a otras cosas.

 —¿Disculpa?—Su voz en español es muy suave.

Nunca me había gustado tanto el idioma hasta que lo escuche pronunciar por ella. Me gustaría que hablara más español y para lograrlo debía responderle yo de esa forma para así poder comunicarme con ella.

—Por órdenes de mi padre te quedarás aquí un tiempo— Ya si toca llevar una farsa sobre el matrimonio será distinto—. Será hasta que el divorcio se solucione y algunos de los tres recuerde como terminamos en esta situación.

Esperaba que hubiera pronunciado de forma adecuada cada palabra y no me hubiera equivocado en la selección de mis palabras. Estaba algo nervioso de que si me hubiera equivocado y el error me cueste mucho. Ya estaba estresado con todo este asunto del matrimonio, para que luego no me hable.

—Yo no quiero estar aquí—Sentí un poco de desilusión.

Sabía que ella no quería estar en este lugar. Este no era su lugar, ella pertenecía a otro lado y obligarla a estar acá no estaba bien, pero era lo mejor que se podia hacer mientras se arreglaba toda esta situación. Quisiera poder decirle que podrá volver a su casa con su familia, que lamentaba lo sucedido y que todo estaba solucionado, pero solo me quedaba disculparme y hacer lo posible para mejorar su estadía aquí en el palacio.

—Lamento mucho, pero te prometo como Nicholas II Mountbatte-Windsor, segundo príncipe que haré tu estadía aquí de tu agrado—Mi honor iba a dar de ser necesario.

Esperaba que mis palabras la tranquilizaran lo suficiente. Tal vez dar un paseo por el lugar y conocerlo ayude. Ver la arquitectura y las cosas que guarda la familia real siempre es increíble para las personas nuevas y podría ser relajante. Hasta un paseo por el jardín suena buena idea en estos momentos y el laberinto que hay.

—¿Que pensara tu novia, pequeño adonis?

¿Qué? ¿Pequeño qué? 

—Disculpe, no le entendí.

No tenia conocimiento de esa palabra extraña. ¿Era español? Conocía varios idiomas, pero nunca había escuchado eso. Ni siquiera recordaba como se decía para investigar más tarde.

—Espero no ser una molestia—Eso si lo había entendido.

No se parece a la frase que me dijo antes, pero iba a dejarlo pasar, ni siquiera era capaz de descifrar lo que me había dicho. Sabía por medio de mi hermano, que John sería el encargado de ayudarla en todo lo que necesite mientras estuviera acá. Por mi parte, prefería ser yo el encargado de ayudarla y estar ahí para ella, que me viera como un amigo al que podia acudir.




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