Capítulo 2

Descubrí que contigo estoy mejor, aunque me duela decirlo.

Sara Mayer.

Levanto la vista muy lentamente hasta toparme con unos ojos azules y pelo rojo que moldean su rostro como una escultura, su sonrisa es una hilera de dientes blancos que lo perfeccionan todo.

—¿Como sabes mi nombre? —pregunto desconcertada.

—El profesor te nombró algunas tres veces, pero al parecer estabas en un mundo alternó —La sonrisa en su rostro se hace más amplia, ladea la cabeza y me da una mejor vista de su cara —Me llamó Rower.—Tiende la mano.

—Sara —murmuro distraida. Me siento estúpida cuando le tiendo la mano y él sigue sonriente. El calor sube a mi cara y  se expande por mis mejillas, se que estoy sonrosada.

—Lo se ¿y bien? ¿seremos equipo?

—Claro. —Le quitó mi mano de la suya que todavía sostiene estrechamente, el calor en mi cara se hace más fuerte.

¡Cielo absorveme y dejame en el espacio!

Él da media vuelta y se va a su sitio, antes me guiña el ojo derecho con coquetería y por alguna extraña razón, el corazón se me acelera.

El resto de la clase es aburrida, el profesor trata de explicarnos porque es importante una buena comunicación, dentro y fuera de la relación.  Y yo lo único que preguntó es  ¿dónde coños estaba esta clase un mes atrás?

Abandonar mi país y mi casa por escarpar de Brad ha sido lo que más estupido que me ha pesado en la vida, eso y que ahora descubro que la comunicación es la clave del éxito.

¡Jupi, mi vida es la mejor! que se note el sarcasmo por favor.

—Recuerden que para transmitirle a los demás una buena idea tienen que creerla ustedes mismos, sentirla, admirarla, vivilar.  Tienen que hacerle el amor a esa idea y dejarla embaraza para que hagan más —murmullo vuelve a escucharse, el profesor es muy convincente; sobre todo en lo de hacer el amor.—¿Quién creerá en su idea si ustedes no lo hacen? ¿quién creerá en su palabra, cuando ustedes no lo hacen? ¡nadie! nadie creerá su palabra porqué ustedes no lo hacen.

»De esto se trata la comunicación, la prédica, el hablar. Si estamos en una relación y sólo uno de los dos, uno, es el que habla. Eso estará destruido, ya no habrá una pareja sólo será una persona el que da las órdenes, él que se expresa...

Palabra por palabra se iba asentando en mi cerebro, parece más un psicólogo de parejas que un profesor de comunicación.

El resto de la clase es suficiente para entender que en el semestre entero hablaremos de la mejor forma de expresarnos, ¡ah! y el proyecto final para el cual formamos pareja tendrá por nombre...

No sé el nombre sólo se que tiene que tratar sobre lo que sea que nos de la gana.

—¿En qué piensas? —La voz de Brenda me saca de mis pensamientos.

Brenda es como una nueva mejor amiga y desde que estoy en Francia es con la única chica que habló aparte de mi madre.

—Mm, nada —Quito el cuaderno que tengo sobre mis piernas y lo pongo a un lado —¿Cómo van las cosas por allá? —pregunto. Todavia no tengo el suficiente valor para preguntar por Brad directamente.

—Pues bien dentro de lo que cabe...—suelta un ruidoso y largo suspiro —La verdad yo no estoy tan bien.

—¿Qué pasa ahora? —Muevo la laptop para recostarme en la cama.

—Enrique ya lo sabe. —Frunce el ceño y se muerde el labio.

—Enrique lo sabe ¿y? no puedes dejarme con la duda.

—Él quiere casarse, y antes que empieces a felicitarme, olvidalo; yo no me voy a casar sólo porque este embarazada de él. No pienso casarse ahora, ni por él ni por nadie.

—¡Aja! ¿y qué piensas hacer entonces? no me digas que vas a abortar.

—¡¿Qué?!  ¿estas loca o qué? claro que no voy a abortar pero estamos en el siglo veintiuno, no es necesario casarse —dice con más devoción de la que siente.

—Pues explicame tu plan cariño, porque no estoy entendiendo nada de nada.

—Podemos tener custodia compartida, él podría venir a visitarlos, la verdad es que no sé—esconde la cara entre sus manos y empieza a sollozar. —, todo es tan complicado y difícil que me gustaría tener una máquina del tiempo y evitar que todo esto pasará.

—¿Te arrepientes? —Levanta la cabeza de pronto y sus ojos canelas me miran llorosos.

—No, nunca me voy a arrepentir de ese día, de esa ocasión y de todo lo que me hizo sentir...

—Deja que las cosas tomen su curso, no lograras nada haciendo tu vida añicos, ni la tuya ni la de tu bebé.—Extiendo la mano a la pantalla y dibujo su cara. Cuanto me gustaría poder estar ahí con ella y abrazarla.

—Gracias Sara, me hacia falta hablar con alguien.

—Puedes hablar conmigo cuando quieras querida, pero ya tengo que ir a dormir.

Nos despedimos con los moscos al aire, la verdad si me ha hecho bien hablar con alguien.

Todo están bien y eso es bueno , o eso supongo.

Me baño y relajó mis músculo con un masaje de crema. Los últimos recuerdos antes de quedarme dormida son muy borrosos, hasta que siento a alguien arroparme y darme un leve beso en los labios antes de desearme buenas noches y yo terminar de sumirme en un profundo y relajado sueño.


 

—¿Por qué viniste? —Le pregunto con los ojos llenos de lágrimas.

—Por ti.