Capítulo 5

Correr no vale de nada cuando el error corre contigo.

Desconocido.

Una corriente de aire frío recorrió mi espalda a la vez que leía el mensaje. Nunca antes había recibido algo semejante, ¿y si? ahora tengo miedo, miedo no. Me estoy haciendo encima.

¿Correr? ¿error? No tengo ni la más mínima idea de lo que habla este mensaje.

Apago el teléfono furiosa, ¿que hice yo para merecer tanto mal?

—¿Sara, estas bien? —Rebecca esta en recostada en su cama.

—Si —respondo distraída.

Quita la ropa de la cama y me acuesto. Rowel me dejo mas emocionada que en mucho tiempo.

Fue como si mi corazón volviera a parpitar.

Brad...

Su nombré floreció en mi mente y apago mi felicidad momentáneamente.

Tomo toda la fuerza que llevo dentro y voy al baño con mi teléfono, busco en mi lista de contactos, que está entre mis contactos favoritos, en realidad es el único en esa lista.

Presiono su nombre y espero pacientemente que suene.

—Hola —Los nervios se me disparan y la garganta se me cierra. La voz de Brad suena pastosa.

—Hola Brad —Obligo a mi voz salir y hablar.

—¿Sara? —Se escucha las sábanas moverse —, ¿Sara eres tú?

—Si, soy yo Brad —rio por lo bajo —,¿cómo estas?

—¡Ay mierda, Sara! de verdad eres tú. Estoy bien ¿y tu? —El corazón se me hincha de tanta emoción.

Hablar con Brad es como una caricia sobre la llaga.

—Estoy bien —Las últimas semanas se agolpan en mi mente y no sé que decir.

—Es un alivio escucharte.

—¿Si? —pregunto sorprendida.

—Claro que si hermosa, todavía no entiendo porqué te fuiste —La garganta se me cierra —. Me haces mucha falta, quiero verte.

—Eh —No sé que decir o como decirlo —. Yo también quiero verte.

—Pues ven a mí, te esperaré, ¡te esperaré todo lo que haga falta!

La sinceridad en sus palabras terminan de rasgar los últimos cimientos de valor que me quedaban. Brad siempre ha tocado mi punto débil y aquí estoy de nuevo; llorando a mares porque quiero a estar a su lado, pero mi cobardía no me lo permite.

—¡Oh Dios! Brad sabes que ya no puedo, todo esto me gano y sabes que nunca he podido enfrentar mis problemas, siempre lo hiciste tú por mí —Las lágrimas corrían por mis mejillas sin descansar —. Ya no podemos seguir en esto Brad, ¡de verdad ya no podemos! siempre te llevaré en mi corazón, mi Bradsito.-Cuelgo antes de derrumbarme en el suelo.

Los sollozos se amontonan en mi garganta, pongo la mano en mi boca para amortiguar el sonido y no despertar a Rebecca. Me levanto sobre mis piernas temblorosas y voy a mi cama.

Aprieto fuerte mis párpados y me dejó llevar por mi imaginación.

—Brad hace mucho calor —Tomo un mechón de pelo que se me pega en la cara —, a veces creo que te odio.

—Sabes que me amas Sara Mayer —Los diecinueve años de Brad, lo llevaban de maravilla. Su cuerpo estaba cada vez más desarrollado y su voz más sexy que nunca.

—Engreido, bribón, canalla...Ahh —Un grito escapa de mis labios cuando Brad me toma de las rodillas y me sube en su hombro  —¡bajame, bajame! —Intento patalear pero el pasa un brazo y sostiene mis pies.

—Claro que no Sarita —Empieza a descender por la pequeña colina.

El calor se hace cada vez más fuerte y en eso Brad me propuso venir al río, inmediatamente dije que si, es mi mejor amigo.

—¿Por qué no me bajas? —pregunto sin aire. Estar de cabezas no es muy bueno.

—Nos vamos a dar un chapuzón. —Las palabras no terminaron de acentarse en mi cerebro, cuando siento mi cuerpo impactar con el agua y cortarme la respiración por unos segundos.