Un Prometido a otro nivel (2p de Lpdg)

Capítulo 6

¡Nada, nada, nada!

Mi mente repetia lo mismo una y otra vez. No sé que ponerme, no sé que peinado hacerme, no sé absolutamente nada.

Respiro profundo y me encamino a mi pequeño armario, busco entre la ropa y saco lo que me pondré para la ir a la fiesta.

El agua en el baño deja de caer y ya supongo que Rebecca viene a la habitación y me armará tremendo show por no haberme cambiado ya, y seguir paradota pensando.

Espero que esta fiesta no sea como la última a la que salí, mi vida no es perfecta, pero a veces necesito un respiro.

Una pequeña ansiedad se aloja en mi pecho, las personas que más quiero están del otro lado del mundo. He hablado con todos ellos y me han dicho que disfrute y creo que eso haré esta noche.

Seré libre de disfrutar con personas de mi edad, tomar alcohol y usar ropa corta de dudosa procedencia.

Pensándolo bien lo último no.

Después de tanto pensar y buscar en la pequeña cajita de fósforo que es mi armario, me decido por una blusa strapple media mangas, que solo cubren mis senos y una parte más abajo, por encima tiene una capa de encaje que me tapa por sobre la blusa con una falda alta color  rosa pastel que me llega a medio muslo y delante tiene lo que podría ser un pequeño triángul, los coombine con unas zapatillas crema y un bolso del mismo color.

De maquillaje sólo me puse un poco de rubor y un pintalabios morado claro, mientras que de joyas sólo aretes en forma de agua, una cadenita y un brazalete de medio brazo.

Me miro en el espejo con una muesca en la cara, el resultado fue espectacular, la verdad fue muy bueno. Ya se me ve color en la cara y un extraño brillo en los ojos, que no puedo descifrar de que depende.

Rebecca deja escapar un silbido de camionero cuando me ve terminada de cambiar.

—Mi primo caerá de culo cuando te vea —dice despues de silbar.

—¿Tu primo? —pregunto incrédula.

—Pues claro, ya está bueno de que estés más muerta que viva metida en este cubito de algo. —Mueve las manos en el aire, para dar mas énfasis a lo que está diciendo.

Me muerdo el labio para disimular una sonrisa y me giro sobre mis pies.  Camino hacia el baño, donde tomo el rizador y me dedico a rizarme las puntas y pensar en todas las estupideces que llenan mi mente en estos momentos.

Terminó y no recuerdo ningún pensamiento anterior, el perfume de Rebecca me azota en el marco de la puerta del baño.

Ella lleva un vestido azul oscuro strapple sin mangas, rodeado por una cinturilla encima de la cintura y bajade forma despejada hasta sus muslos. También con zapatos bajitos azules, se maquilló completa. En definitiva parece una diosa con el cabello rojo callendole por los hombros y contrastando con el azul del vestido.

—¡Vaya! —estoy a punto de terminar lesbiana y violadora.

—No me van las chicas.—Sus labios cruvan una sonrisa.

—Eso es una lástima querida.—Seguimos en con aquel juego sin sentido hasta que llegamos a la fiesta y el olor a cerveza y cigarrillos invade mis fosas nasales.

La fiesta parece sacada de una de esas películas de los ochenta, miro por encima de las cabezas tratando de buscar a alguien que conozca, pero simplemente no. No conocoz a nadie.

Rebecca me toma de la muñeca hasta un lugar menos poblado, al parecer una zona VIP.

—Aqui estaremos mejor —refunfuña.

—¿En serio? no lo había notado. —respondi. Estudio esta parte detenidamente.

Supongo que es la sala de cualquier casa. Hay tres muebles, dos grandes y uno mediano, de color crema. En el medio una mesita y del lado derecho de la sala hay un pasillo medio oscuro.

La pequeña sala esta casi vacía a diferencia de unas cuantas personas sentadas a los muebles manoseandose.

—¿Quieres? —Aparto la mirada de los chicos del sillón y miro a Rebeca. Niego con la cabeza. —¿En serio?

—Digamos que no soporto muy bien el alcohol —Chasqueo la lengua.

La última vez que tome alcohol termine gritándole a Brad y salí de un bar sin saber para donde ir, menos mal que me encontré con Mike y me salvó de mi misma.

—Una, no te hará nada, ¡vamos nena! —Rebecca me tiende una copa con un líquido rojo dentro.

—¡Solo una! —Lloriquea.

—¡Bien! pero todo lo que pase será única y exclusivamente de tu responsabilidad Rebecca cara e' loca.—respondo con más vehemencia de la que siento.

Tomo la copa que me tiende y me la acerco a la boca, el líquido se desplaza por mi boca y quema por unos segundos al deslizarse por mi garganta. Tiene un sabor fuerte y almizcado con un leve dulzor.

La primera quemazón de la bebida desaparece y me deja un agradable sabor que deseo repetir. Así que me tomo mi copa sin temor, que ya por cierto, perdí.

Las cosas empezaron a calentarse después de la segunda copa, todo me hacía gracia.

—Mmm, hay viene mi primo —Instintivamente me pase una mano por la falda y por el cabello. ¿Por que estoy nerviosa?

Me pego mentalmente y saci mi mejor sonrisa de "me siento tan borracha que voy a coquetear contigo".

La voz de Rebbeca me lanzo a la realidad.

—¡Row! —Empieza a gritar mientras agita  las manos — ¡Row!

Una cabeza pelirroja se asomó entre todos los demás. Y fue ahí cuando empecé a quedarme embobada, muy embobada, mientras Rowel se acercaba. Espero que el primo de Becca no sea celoso ni nada por el estilo.

¿Quién será el primo de Becca?

Rowel términa de abrirse paso entre la gente, mi pulso se acelera y el puto de mi corazón le dio por palpitar a toda velocidad.

La desilusión también azotó mi corazón cuando vi a Rebecca brincar a los brazos de Rowel y este abrazarla con fuerza.

Y es aquí cuando todo se repite. El chico que me gusta esta con otra y así sucesivamente.

¡Maldito gusto!

Giro sobre mis pies y pido otra bebida.

¡Jodido mal gusto, Sara, jodido mal gusto!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.