Un Prometido a otro nivel (2p de Lpdg)

Capítulo 8

La noche esta más fría que otra veces, levanto la cabeza buscando mi cobija y miro al lado de Rebecca y no esta. Halo la mía y me arropó, el frío se esta colando por mis huesos. Una llave es introducida en nuestro cerrojo de la puerta y posteriormente abierta, no levanto la cabeza y trató de cobijarme mejor. No hay ruidos, no hay nada.

Empiezan a pasar los segundos y quien entro no camina, no se mueve, tal vez nadie entro y sólo fue mi imaginación. Levantó la cabeza para comprobar y todo mi cuerpo queda petrificado. Hay una figura parada cerca de la puerta, la habitación esta casi oscura totalmente y no puedo ver su rostro. La figura se mueve rápido hasta mi y me tapa la boca.

—¿Gritaras? —pregunta muy cerca mi.

Niego con la cabeza y respiro profundo cuando quita la mano de mi boca, una sensación de nerviosismo se queda en mi estomago.

—Sara —susurra antes de envolverme en sus brazos y pegarme a su pecho. No pues reaccionar. La emoción me distrae hasta que al fin encuentro la fuerza para abrazarlo  y esconder la cara en el hueco de su cuello.

Su aroma se cuela por mi nariz, respiro profundo, quiero guardar en mi cerebro todo lo que pertenezca a él. Varias lágrimas empiezan a descender por mis mejillas y no puedo evitarlo.

—Brad —murmuro abrazándolo más fuerte. Sus brazos no me dejan mover y su respiración se siente sobre mi cabello. Todo mi cuerpo cobra vida y cerca de él, es en el único lugar en el que quiero estar.

Amar no debería doler tanto.

Sus brazos se desenvuelven, pone las manos en mis hombros y se separa un poco de mí. Se levanta de la cama y va a al baño, mis ojos no se separan de él. Segundos después la luz del baño esta encendida.

—Mi dulce Sara —una de sus manos se posa en mi mejilla y la acaricia. Tengo ganas de cerrar los ojos y solo sentir sus caricias, pero si cierro los ojos despertare de este sueño y no quiero hacerlo nunca. Quiero quedarme siempre con él.

—No quiero que te vayas —digo mientras mas lágrimas salen de mis ojos.

—Fuiste tu la que te fuiste. —Una sonrisa triste se dibuja en su rostro. El dolor me pega fuerte en el estomago, se siente como un dolor físico.

—Y lo siento tanto —susurro a punto de romperme.

Él se inclina y de posita un beso en mi mejilla, luego en la otra. Va depositando besos por todo mi rostro, mis ojos nunca se apartan de él. Los besos se detienen por unos segundos, roza su nariz con la mía y luego une nuestros labios. Suaves caricias son repartidas como sueves aleteos.

Sus manos van a mi cintura y me acercan mas a él, mis manos van a su cuello y lo acerco mas a mí. Nuestros labios juegan a amarse lentamente, perdiéndose uno en el otro, tentandose, atrayendose, haciendo de un simple beso una explosión atómica de sentimientos y emociones. Mis dientes mordisquean su labio inferior suavemente, él aprovecha mis labios semiabiertos e introduce la lengua en mi boca. Acariciando cada rincón y adoradonla para luego jugar con la mía, rompiendo con cada una de mis defensas y haciendo que mi corazón lata desbocado por sentirlo más cerca. El aire empiezan a faltar en nuestros pulmones, él se despega lentamente, solo unos milímetros, siento su aliento golpear en mis labios hinchados por tanta emoción y besos calientes.Una sonrisa se forma en mis labios y no la reprimo, esto se siente tan bien que solo me recuerda que es un tonto sueño y que en algún momento despertare.

Todo empieza a oscurecerse, mis ojos a cerrarse y una voz lejana me llama. Quiero aferrarme a Brad y a este sueño, pero no puedo.

—Recuerda que eres solo mía Sara, solo mía. —Su voz es hueca y baja.

La luz esta mas cerca, ya es de día y no estoy durmiendo. Una cabellera pelirroja se asoma delante de mis ojos y por todos los dioses del olimpo que solo quiero maldecir hasta que no hayas malas palabras.

—Hora de levantarse Sara —Rebecca ya esta cambiada y poniéndose unos botines dorados.

—¿Cuándo será mi hora de morir? —Agarra la almohada y me tapó la cabeza.

¿Dónde estará el túnel de los sueños y como se llega allá?

—No muy pronto —anuncia quitándome la almohada y la cobija —, hoy solo tienes hora de estudiar y ver a Rowel.

¡Oh santísima mierda!

No digo nada, no puedo decir nada. Aceptar las palabras bonitas de Rowel comprometida con Brad, por ahora, no fue la mejor. Aunque se sintió bien y algo dentro de mí se removió como nunca antes. ¿Es posible confundirse en el amor? O ¿solo quiero bloquear el amor de Brad con el que me pueda dar Rowel?

Demonios.

Me levanto de la cama y voy al baño, no se en que clase de persona me estoy convirtiendo, pero esto no puede seguir así. Tengo que decirle a Rowel. Contarle toda esta historia cliché y esperar que podamos ser amigos.

Rebecca va a mi lado mientras caminamos por el pasillo, siento una mirada fija en mí o solo estoy loca. No se cual de las dos es, pero ninguna me gusta. Me olvido de la mirada y todo se me borra cuando veo a Rowel caminar hacia nosotras, el preparado discurso que tenia se me borro de un plumazo en tan solo unos segundos.

—Hola —Sus labios concectaron varios segundos con los mios y solo eso basto para descubrir muchas cosas. Una de ellas que si me estaban mirando y la persona que menos me esperaba.

¿Estoy soñando  de nuevo?
 

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No se a ustedes pero a mi me gusto mucho este capítulo.




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