Un Prometido a otro nivel (2p de Lpdg)

Capítulo 14

Separo todos mis cuadernos y luego los apilo sobre la cama. Hago lo mismo con los libros, es una tarea mínima y que solo hago para distraerme. Trato de ver las cosas de una perspectiva diferente mas no puedo. Toques suaves se escuchan en la puerta, sin esperar respuestas se abre; no miro a quien quiera que sea. He evitado a Rowel y Rebecca dos días seguidos y se que ya no poder seguir haciéndolo ademas no es su culpa que Steve haya sido el indicado para mi chico perfecto.

-Sara. -La suave voz de Rowel me llena de emoción, mi corazón no late fuertemente como con Brad, pero si siento un aura de seguridad cubrir todo mi esqueleto.

-Hola -digo mirándolo, él esta sentado a mi lado. Una de sus manos va a mi muslo derecho.

-¿Qué te hice? -pregunta mirándome.

Frunzo el ceño confundida.

-No te entiendo.

Respira profundo y se aclara la garganta. -Me has evitado dos días seguidos como si de una plaga se tratará, después del beso creí que tal vez podrías sentir algo por mí, pero de repente te apartas y ya. ¿Qué te hice? ¿Fui muy rápido? ¿Hice algo que no te gustara? Solo dímelo.

Su voz baja varias décimas. Él me mira y yo a él, algo se mueve muy dentro de mí y de pronto me siento transportada a otra dimensión y esta no parece mi realidad y nada que yo quiera vivir. Intentar olvidar a base de otros es cruel y despiadado, tanto que ahora solo quisiera devolver el tiempo y nunca haber venido a Francia por lo menos no bajo estas condiciones. Con la única excusa de buscar refugio, lamer mis heridas sangrantes, recoger los retos de mi corazón. No pensé que en ese proceso podría romper otros.

-No me has hecho nada -Logro susurrar -. Me creerías si te digo que muchas veces no pienso antes de actuar. Creo que esta es una de ellas. Lo siento.

Tampoco se mucho que decir o que hacer. Pienso mucho en los demás, excepto ahora, con él.

-Dime porqué lo sientes.

-Porqué te estoy hiriendo cuando nunca ha sido mi intención y ni siquiera tienes la culpa. No me conoces, no te conozco y aún así casi te hago daño sin querer.

Cierro los ojos, no quiero ver cuando se levante y salga de la habitación. Poco a poco se que en mucho tiempo iba a quererlo. No como un amante, pero si como un amigo, un familiar. Hay tantas cosas que me imagine con poder hacer con él; bañarme bajo la lluvia, conducir en mitad de la noche, beber alcohol e ir borrachos a clases, bueno creo que lo último no. Igual se que habría sido bueno tener un amigo que me vea como algo más que su hermana menor. Eso si soñé y creo que me tendré que quedar solo con eso. Con sueños.

Contra todo pronóstico el calor me envuelve sus brazos me acercan a él, una mano va a mi espalda y la otra a mi cabeza, sus dedos enredándose en mi pelo corto y recostando mi mejilla en su pecho. Los lentos latidos de su corazón latiendo bajo mi oído. La mano sobre mi espalda sube y baja hasta relajarme totalmente. Esto no es como volver a casa, mas bien es como encontrar una cueva en medio de una tormenta de nieve.

-Lo gracioso es -La calides esta ahí, siempre ahí -que desde que te vi desorientada caminando por los pasillos solo pude pensar: «Maldición, él que le rompió el corazón fue un tremendo estúpido». Te mire caminar por todo el pasillo hasta que los demás me bloquearon la vista y ahí volví a pensar en ti y lo único que se me vino a la mente fue: «Ojala yo estuviera ahí para abrazarla».

No digo nada, no puedo hacerlo, esto es mucho más de lo que jamás podría perdirle.

-Lo siento -vuelvo a susurrar.

-No lo sientas, porque yo no lo hago.

-¿Qué haremos ahora? -pregunto levantando mis ojos hasta los suyos.

-Ser los mejores no-novios del mundo -dice besando mi frente.

Sonrio y solo me dejo llevar. Sus brazos son calidos y me brindan seguridad. Tampoco he dormido mucho últimamente, Brad saldrá de mi mente. Tarde o temprano, pero lo hará.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.