Capítulo 15

Quisiera olvidarte ahora más que nunca y arrancarme el corazón más que siempre.

Tú desconocido.

Dejo el papel en un lado, un pequeño trozo rosado sin nombre, sin imagen, solo con ese mensaje y termina con "Tú desconocido" si fuera mío no fuera desconocido. Frunzo el ceño y lo entro en el bolsillo de mi pantalón. Sinceramente no se quien es y para sumarlo, me lo dejan debajo de la puerta. Mucho misterio para mí sola.

Al final lo entro dentro de el primer cuaderno a mi paso y salgo de la habitación. Quede con verme con Rowel en una cafetería que esta en el campo de la universidad y pasar el rato, creo que veo más a Rowel que a Rebecca y eso que se supone que vivo con ella, pero pasa más tiempo de fiesta y con chicos, que en la habitación conmigo.
Conecto los audífonos del teléfono y pongo la lista de reproducción, Amor con hielo de Morat empieza a sonar.

Yo intente salvar este amor con hielo y se murió...

La canción se acaba antes de que penetre en mi interior, respiro profundo para quitarme ese malestar interior y empiezo a tararear The Climb de Miley Cyrus. Sin duda lo duro es la subida, sin querer sonrió. Rowel este parado en la pared con su pose de chico malo, esa que sin querer atrae la atención y él ni siquiera lo nota mientras usa su teléfono. Podría jurar que esta jugando candy crush.

Me acerco sigilosamente a su lado, él sigue sin notarme, me saco los audífonos, levanto el dedo índice hasta la altura de su cuello y lo roso, su piel se eriza al instante. Rowel levanta su rostro hacia mí de repente. Tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no echarme a reír como foca retrasada.

—Me vas a matar del corazón —Me dice todo dramático mientras lleva sus mano al pecho y hace una rara mueca.

—Se que me tienes mucho amor —Río sin poder seguir evitándolo. 

Miro a nuestro alrededor, las chicas siguen mirándolo y él parece no darse cuenta.

—¿Por qué lo ignoras? —Le preguntó entrando al café.

—¿Por qué ignoro el qué?

—¿Por que ignoras a las chicas a tu alrededor? —Hago una seña con la mano, justo en ese momento dos chicas pasan cerca de nosotros y dejan una servilleta en su lado.

—La pregunta sería ¿por qué no? —Levanto la ceja sin sonreír —Si le hago caso a todas entonces nunca estaré con una chica en una relación de verdad, donde las cosas sean más que mi físico o mi excelente sentido del humor.
—Vaya, si que eres profundo.
Él sonríe sin decir nada más 
—¿Qué vas a pedir? 

—Pide por mí.
—Será un placer —Poso mi mano en la suya expresándole todas mis gracias, Rowel parece entender, gira la mano y enreda nuestros dedos —. No se que hacen los no-novios, pero esto se siente muy bien.

—Secundo la noción.

Un camarero aparece de la nada y nos interrumpe momentáneamente, igual tendremos mucho tiempo para hablar. Las horas empiezan a pasar mientras tomamos café y comemos picaderas, de vez en cuando nos paramos a bailar y cantar en el pequeño espacio para karaoke a una esquina del local.

El café empieza a hacerse una costumbre, todos los días venimos aquí sin excepción. Dos semanas, dos semanas en los que no he llorado ni me he lamentado no estar con Brad. Dos semanas de puro paz y amor para mi bienestar emocional, el pelo me empezo a crecer y Rowel, personalmente, se encargo de llevarme y ver lo que me hicieran.

Así que ahora estoy totalmente castaña y con el pelo justo sobre los hombros. Las clases de vez en cuando son eternas, hoy precisamente, me desperté con una mala sensación haciéndome malas cosas en el estómago. Un mal presentimiento. Un mal presagió. Algo anda mal.

La sensación empeora mientras mas me acerco a la habitación, y ya cuando abro la puerta mi cuerpo tiembla. Una brisa salida, de sabrá Dios donde, me sacude al entrar a las habitación.

Su figura, su sombra, sus ojos al vortearse hacía mí. Sus brazos abiertos para que corra hacía él, su fuerza al sostenerme y abrazarme como si nunca me fuera a soltar. Su cálido aliento contra mi cuello y esa sensación vuelve a entrar dentro de mí. Rápida y sin consideración de que ya lo estaba olvidando. Ahora solo importa que él esta aquí. Conmigo.