Un Prometido a otro nivel (2p de Lpdg)

Capítulo 17

Narra Sara.

Él esta aquí, abrazandome, diciendo que todo estará bien cuando ambos sabemos que no es verdad. Levanto la cara de su hombro, enfonco mis ojos en los suyo. Trato de averiguar que pasa por su mente, pero sus claros ojos azules son impenetrables. Niego con la cabeza.

Me niego a volver al mismo juego, a ser la tercera en discordia. Amar a alguien que no siente lo mismo por mi. Simplemente me niego a todo eso. Desenredo mis piernas de su cintura, apoyo las manos en sus hombros y lentamente mis pies tocan el piso; quedamos frente a frente, Brad suspira profundo como si entendiera lo que pasa por mi mente, pasa la mano derecha por su pelo y lo desarregla.

—No se lo que pasará Sara —Su voz es la misma que recordaba —, pero no quiero estar lejor de ti.

'No quiero'

—¿Y qué pasa con lo que yo quiero Brad? —pregunto con cautela.

Me mira como si no me hubiera visto antes, eso me pone nerviosa. En cambio las cosas ya no son lo mismo.

—¿Qué pasa con eso? —pregunta.

—Que yo siento Brad —digo con voz llorosa —, trato de no hacerlo pero al final es así y no puedo hacer nada para evitarlo así que solo me alejare mientras puedo y no dejare que me hagas daño.

»Ni tú ni nadie.

Me quedo parada esperando que diga algo, lo que sea. Que refute mis palabras y aunque sea solo en palabras demuestre que cambiará, que yo seré lo primero y pondrá en orden sus sentimientos, ¡Maldición! Que al menos dejará que lo intentemos como una maldita pareja real.

Solo Brad y Sara. Sin una amistad de por medio que lo arruiné todo. Solo Brad y Sara.

Agito los brazos sobre mi cabeza, es sofocante imaginarme que las cosas podrían ser y no son. Solo porque no hay el valor suficiente de aclarar las cosas, ¡joder! sino respiro profundo antes de que me de un ataque al corazón.

—¿No dirás nada?

—No hay nada que decir.

Por todas las maldiciones del mundo tierra. ¿Qué tiene este chico en la mente?

—¿A que viniste Brad? —Aprieto mis manos en puños, fuerte, clavando mis uñas en las palmas —¿A ver como estoy? —No espero que responda —pues ya vez estoy muy bien. No me paso las noches llorando por ti, ni deseo seguir esclava de esta parodia. Pasa feliz resto del día.

Cierro la puerta con fuerza al salir, expirando furia por cada poro de mi cuerpo, mordiendo mi lengua para no soltar tantas injurias que el mismo diablo se encoja; esto no me puede estar pasando no de nuevo.

Malditos los hombres cobardes, lo que tienen miedo a sentir y luego que sienten solo huyen como si de una tormenta se tratará, de verdad los odio. Más me odio a mí por haberme fijado en él, maldita yo.

Bajo las escaleras y voy directo detrás de la universidad, el banquito esta vacío, me acercó y me siento.

El amor es un asco en toda su totalidad pero más patéticas somos las personas que lo padecemos 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.