Un Prometido a otro nivel (2p de Lpdg)

Capítulo 18

Fue el fulgor de media noche, o el resplandor de la luna al entrar por mi ventana, alumbrar tú sombra y vencer mi alma helada
 


 

Andar por terrenos vacíos y corazones partidos, buscar donde nunca ha existido aguas de un río. Y fue así como empezaron a caminar. Gloria marchita y perdidas sin mal.
 


 

Bailando un vals con mucho ritmo, cantando baladas al azar, creyendo haber visto el milagro de nunca jamás.
 


 

Como aurora a medio día que nunca se deja ver, te mezclaste con los pedazos de una mente que no tuvo nada que ver. 
 


 

Fueron cenizas de fénix.
 


 

Fueron peces en el cielo.
 


 

Fueron amigos del alma que en el corazón se perdieron.
 


 

Fin..
 


Las palabras duelen al salir de mis labios, pero ya nada puedo hacer. Los aplausos se cuelan con mis pensamientos, una mano cae en mi hombro izquierdo y me hace levantar la mirada. El profesor esta ahí mirándome con una sonrisa, con la cabeza me indica que vaya a mi asiento, lo hago sin mirar atrás y evitando mirar a Rowel, Rebecca o a Brad que esta al lado de Rebecca. No me gusta como le pasa la mano o como le susurra al oído, ni siquiera me gusta que estén cerca, pero no puedo evitarlo.

Él y yo no somos nada, así que no hay nada que yo pueda hacer para impedirlo. Creo que ya sé lo que se siente querer pero no poder, sentir pero no experimentar, amar pero no corresponder; sin duda ya sé lo que es querer gritar con todas tus fuerzas pero solo callar y tragar todos esos sentimientos.

Solo hala y exhala y sobrevive, Sara, solo sobrevive.

Narra Rebecca.

Estaría mal meterme con este chico, igual es un gusto y estoy segura que el infierno ya debe de tener un lugar preparado para mi. No me importa. De alguna manera necesito llenar este vacío en mi pecho.

No logró recordar cuando empecé a comportarme así, tal vez fue cuando descubrí mi verdadero origen o como luego de eso nunca volví  a sentirme bien conmigo misma. Todos cometemos errores y yo soy el error de dos personas que se amaron en tiempos de cólera.

El humo me dificulta, por momentos, la respiración,  es casi insano estar metida en esta polsiga, irónicamente aquí nadie te juzga por ser una bastarda ni por nada sólo te dejan ser con tus defectos y tus vurtudes. Doy un sorbo a la bebida que tengo en la mano, por esta noche disfrutaré; lentamente la adrenalina se ira y yo volveré a quedar insatisfecha conmigo misma; ni siquiera se porque estudio, para que vivo si nadie me aprecia, nadie me quiere.

El constante paseo de los chicos por mi lado me ponen nerviosa, me alejo de la barra hasta llegar a una de las "ventanas" que sólo es un hueco en la pared, la noche se ve tranquila más allá. ¿Que tan difícil puede ser felíz?

-La soledad es muy buena amiga -. Murmuro dejando caer la frente a un lado y apoyarle en la pared.

-Y es el mejor compañero -susurran muy cerca de mi dejando caer una chaqueta en mis hombros.

Levanto la cabeza y miro a mis lados, todo parece normal, nadie mira en mi dirección más s lo normal y yo no estoy soñando. La chaqueta está en mis hombros con un dulce olor a colonia de hombres y humo de cigarrillos, la agarró de los bordes y la envuelvo a mi alrededor.

De vez en cuando una luz en medio de la noche alivia las penas y da fuerza al corazón. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.