Un Prometido a otro nivel (2p de Lpdg)

Capítulo 20

La puerta suena incansablemente, una y otra vez. Es como si que el que esta del otro no supiera aguantarse. Murmuró mientras me pongo las chanclas y voy a la puerta.  La abro con la única intención de mandarlo al carajo, las palabras se quedan congeladas en mi garganta.

—También es un placer al fin conocerte —Me hace a un lado ligeramente y entra —, linda habitación.

El estúpido comentario me hace reaccionar y salir del ensimasmiento.

—¿Linda? —Cierro la puerta con más fuerza de la necesaria.

—Solo intente hacer algún lindo comentario y tal vez aligerar el ambienté.

—¿Qué haces aquí Steve?

Su pelo y sus ojos negros son más bonitos de cerca, hombros anchos y alto.

—Vine a hablar. —Su voz es aterciopelada, tal vez un tanto hipnótica.

—No creó que tengamos nada de lo que hablar —bugo con algo parecido al desprecio.

—Brad —Esa sola palabra me deja pegada al suelo.

—Tampoco hay que hablar sobre eso.

Me apoyo en la puerta, y lo miro. Él puede ser mucho mejor que yo.

—Bien mira no vine a aquí a hablar contigo exactamente, vine más bien a que me escuches. Tú a mí. —Se sienta en la cama de lo más cómodo —Oficialmente soy el psicológo de Brad y oficialmente no debería estar hablando de esto contigo.

¿Psicológo? ¿Brad?

Lentamente me dejó caer al suelo sin dejar de presionar la espalda de la puerta.

—Empezo a ir hace dos años ¿eso te dice algo? —No me deja responder —No importa lo que te dice.

»Él empezó a ir porque se creía incapaz de enamorar la chica que le gustaba y comenzaba a sentir cierta confusión en cuanto a su sexualidad. Debes de entender que cuando se esta pasando la etapa de la adolescencia incluso el más mínimo factor puede causar estragos en si mismo.

Quiero hablar, las palabras se congelan en mis labios. Siento un pesar en el pecho que apenas si me deja respirar y sigo preguntándome como Steve sabe todo esto.

—Al principio sus inseguridades me parecieron injustificadas, cada cosa que me decía de ti sólo confirmaba lo enamoraba que estaba de él, en cambio el mismo Brad no lograba verlo. Cuando estas pasando por estas etapas es difícil creer que alguiente te quiera, incluso después de grande es difícil creer que alguien te quiera sobre todo si ese alguien te ha visto salir con media escuela y ha sido tu mejor amiga desde los trece años. ¿No es así Sara?

—Nunca le reproche nada —susurro al fin después de tanto pensar y sin más nada que decir.

—No tuviste que hacerlo —Steve niega con la cabeza y sonríe triste —, él veía tus ojeras al otro día. Brad lo sabe todo sobre ti.

»Cuando lloras, cuando sonríes, cuando algo te molesta, cuando mientes. Te conoce como nadie más en el mundo, incluso supo que le mentiste sobre el motivo de  tu ruptura con el tal Enrique.

Lágrimas incontrolables salen de mis ojos, deslizándose por mis mejillas y mojando mi camiseta, ni siquiera hago el mínimo esfuerzo por limpiarlas. Millones de preguntas empiezan a surgir.

—Fue muy doloroso para él, aún así te apoyo porque más le dolía verte sufrir y no poder hacer nada —Niega lentamente con la cabeza —. Ese fue un momento crucial en sus inseguridades. Brad te repetía una y otra vez que te amaba y tú una y otra vez le decías que era el mejor amigo del mundo.

—Pero, pero... —Imágenes flashean en mí mente.

Lloro incansablemente contra mi almohada, la cicatriz en el muslo me duele, no tener donde apoyarme me duele mucho más. La puerta se abre y se cierra, no quiero ver a nadie, segundos después siento unos brazos rodearme, luego su colonia se cuela por mis fosas nasales y las ganas de llorar aumentan. Brad siempre esta a mi lado, aún cuando yo no quiero.

—Te amo tanto —murmura en mí oído.

—Eres el mejor amigo del mundo —digo levantando la cabeza y mirarlo entre lágrimas y mocos.

Escondo mi cabeza entre mis manos, empiezo a mecerme. Negándome a creer todo lo que deje perder.

—A veces ignoramos lo que tenemos al frente porque creemos que los sueños nunca se hacen reales en un mundo real.

—¿Entonces por qué todo esto? ¿Por una simple confusión?

—No es “una simple confusión” Sara. Se le llama confusión de identidades, en este se produce  un “limbo de identidad” en que no se percibe a sí mismo como homosexual, pero tampoco se tiene la certeza de ser heterosexual.

—¿Y en qué momento entras tú en toda esta parodia? —Siento algo parecido al odio refugiarse en mí pecho, creó que no es odio más bien es dolor. Uno tan intenso que se puede convertir en otros sentimientos.

—Soy psicólogo —Su mirada esta fija en el suelo —, creó que de tanto ver amor en un momento determinado experimenté “sentimientos reflejos”. Esto sucede cuando queremos sentir o ser objetos de sentimientos tan intensos como los de Brad por ti. Me estaba engañando a mí mismo y luego no quise ponerle un alto. De verdad me arrepiento tanto de no haberlo hecho.

»Esa vez en la cabaña fue la primera y única  vez en la que me le acerqué físicamente, yo sabía que tú estabas dentro y también sabía que estabas mirando por eso lo hice. Sentí celos de que él quisiera estar contigo aunque también sabía que yo era el tercero sobrante en esa relación. Nunca tuvimos nada en lo absoluto —. Dice esta última oración mirándome a los ojos.

—Yo no sé que decir —digo limpiándome las lágrimas.

—No tienes que decir nada Sara, pero si tienes mucho que pensar y que hacer luego.

»No seas tan dura con él, tampoco seas tan dura contigo misma. Recuerda que en momento desesperados cometemos actos desesperados.

Se para frente a mi y me tiende la mano, yo la tomó y dejó que me pare. No se como, pero Steve me esta abrazando y yo me dejó abrazar. Esas lágrima que quise retener por fuerte ahora están cayendo por necesidad.

—Sé que lo quieres tanto como él a ti y aunque dijo mentiras, para Brad el fin justifica el medio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.