Presente
—¿Cómo crees que empiece el libro?
—No lo sé cariño, serás la primera persona que lo leerá.
—Sí, bueno en eso tienes razón —ambos nos reímos— Bueno, te dejo… tengo que comenzar con esta joya. Por cierto, felicítala de mi parte.
—Lo hare, te dejo.
—Adiós…. Bueno es ahora o nunca.
Abro el libro y comienzo a leerlo….
Elisa Beltrán
agosto 2022
Hay personas que no creen en las coincidencias, y entre ellas me encontraba yo.
¿Por qué? Simple y fácil, para mí lo que tenía que pasar, tenía que pasar, no apresurarse y listo. Todo bien.
Pero, quizás él y yo teníamos que “coincidir” en esta vida.
Solo que… no para estar juntos.
Recuerdo perfectamente aquel día que lo vi por primera vez. Las mariposas dentro de mi estómago empezaron a revolotear y una sensación de comodidad se presentó en aquella conversación que a mi parecer tenía demasiado sentido.
¿Y él? Solo era él.
—¿Entonces me estas querido decir que la Coca Cola es mejor que la Pepsi?
—Así es. —respondo nuevamente.
—No lo creo, eso sí que no. La Pepsi es mejor que una Cola. Y no acepto nuevamente un “no es verdad”
—Pero ¿cómo dices eso, es que acaso no la has probado?
—E probado la Cola Elisa, pero le soy fiel a la Pepsi. —dice finalmente.
—Aja sí, eso ni tú mismo te lo crees.
—Quien dice que n…
—Elisa, mesa 4 por favor. —La voz de Lucia no lo deja terminar, y enseguida nos regala una sonrisa de disculpa.
—Claro, voy enseguida. —respondo— Bueno creo que hasta aquí se queda la conversación —le digo a Erick quien enseguida asiente.
—De acuerdo señorita, fue un placer tener esta conversación ¿normal? Si eso —ambos reímos.
—Lo mismo opino, fue un placer.
—Adiós Elisa.
—Adiós Erick…
Mi nombre en su boca fue lo más bello que pude escuchar… es como si él hubiese querido probarlo en sus propios labios, y no quedarse con la duda de como sonaría.
—Bueno fue muy lindo para ser real —dice Lucia a mis espaldas.
—Lo se… ¡Hay dios mío, la mesa! —enseguida tomo la libreta donde anotamos los pedidos que nos hacen— Lucí, cuando venga el… —me da una mirada cómplice— Digo, si es que llegase a venir nuevamente verdad… hay bueno ya, si es que vuelve a venir lo atiendes tú.
—Claro, y si pregunta por ti, le digo que no estas.
—Exacto. No, digo sí, hay sabes que ahora vuelvo…
Con las mejillas sonrosadas, así me dirijo a la mesa no.4
El día lo paso en la cafetería atendiendo a personas amables, otras para nada amables, y tratando de olvidar a un chico de cabello azabache.
Cuando termina el turno de Lucia y el mío, ambas nos despedimos de nuestros compañeros para después dirigirnos hacia el apartamento donde nos hospedamos.
—Bueno, creo que una de nosotras tendrá que ir a hacer las compras, digo si es que no queremos morir de hambre —hace un leve puchero.
—Tranquila, si quieres puedo ir yo, para que también te apures a hacer tus tareas pendientes —me ofrezco.
—Enserio lo harías, la vez pasada igual fuiste tú…
—Lo digo enserio…
—Mejor vamos ambas, sirve de algo que te ayudo con las bolsas.
—¿Segura?, no quiero que te atrases por culpa de… —me interrumpe.
—Más que segura. Vamos
—Vamos.
Salimos del apartamento y enseguida tomamos un taxi que nos pueda llevar al súper.
En todo el camino Lucia se dedica a contarme cómo le va en sus estudios, que es lo que más le gusta sobre la carrera que quiere tomar, también me cuenta sobre los chicos lindos que hay en el instituto donde ella va, y entre otras cosas.
Llegamos y al primer pasillo donde vamos es a el de las golosinas. De mi parte solo tomo unas bolsitas de gomitas, mientras que Lucía toma casi de todo, para después excusarse con un lo siento.
—Ya probaste este panque, esta riquísimo… —dice mientras se lleva otro bocado a la boca.
—Si lo puedo imaginar.
—Dios, es que enserio, sabe de maravilla. Bienvenido a la lista de “obsesiones de Lucia”.
—¿Que? —pregunto divertida por las ocurrencias de esta loca.
—Sí, es que acaso nunca te hable sobre la lista de obses…
—No. Nunca lo hiciste y es por eso que ahora mismo lo harás
—Ohh por dios, Elisa tienes que mirar… —dice casi aterrada.
—No, no lo hare. Sé que es una trampa para que olvide el tema —le digo mientras comienzo a caminar de espalda— Y esta vez no lo vas a…
Las palabras sé quedaron atrapadas en mi boca al chocar con un chico que estaba bebiendo de su refresco, el cual de inmediato se derramo en su ropa.
—Lo siento tanto en verdad yo no quería…
—Tranquila, todo está bien —me dice el chico mientras intenta secar su ropa con un pañuelo.
—En verdad yo no quería hacerlo fue un accidente y… —las palabras nuevamente se fueron cuando el apareció en mi campo de visión. Al parecer estaba buscando a alguien y en cuanto lo encontró empezó a dirigirse hacia esa persona… o hacia acá.
En ningún momento le quite la mirada de encima y creo que lo sintió porque enseguida poso sus hermosos ojos vedes en mí.
Llego hasta donde estamos, sin quitar su mirada de la mía.
—Pero miren a quien tenemos aquí… —dice posándose al lado del chico con el que choque.
—Hola… —respondo apartando la mirada de él y posándola en Lucia.
—Hola. ¿Gabriel que fue lo que te paso?
—Ah esto —señala su camisa— La chica y yo chocamos por accidente y bueno, como veras se ha derramado.
—Ah sí. —me mira.
—Así es… Pero fue un accidente —declaro enseguida.
—Nadie está diciendo que no lo fue Elisa.
Y nuevamente las mariposas en el estómago se hicieron presentes.
—Ah ya entiendo, ustedes dos se conoce y ni quiera me lo habías dicho —declara Gabriel— Pésimo amigo eres.
—Lo siento, apenas nos hemos conocido el día de hoy.
—Entiendo, bueno mucho gusto —me extiende su mano y enseguida la tomo— Mi nombre es Gabriel, como ya sabrás y el apellido no importa.
—Hola, me llamo Elisa y ella es mi amiga Lucia
—Hola mucho gusto. —le da un asentimiento de cabeza.
—Bueno, nosotras nos tenemos que ir antes de que se nos haga más tarde. —digo— Vamos Lucia.
—Claro vamos, hasta luego chicos.
—No esperen —nos detiene Gabriel— Que les parece si las acompañamos.
—No creo que sea necesario hacer eso.
—Está decidido, las acompañamos. —Dice Erick y enseguida se acerca conmigo y me ayuda con las bolsas.
—Sí, vamos. —le sigue Lucia— Elisa no te quedes ahí y camina.
—Si claro.