Un Recuerdo De Lo Nuestro

Cap. 3

Presente

—¿Cómo vas?

—Genial, he terminado el segundo capítulo, y creo que me enamore de Erick...

—Lo sé, ella también se enamoró de él.

—¿Enserio? Digo, es normal que a una escritora le gusten los personajes que crea, pero... ¿enamorar?

—Si —suelta una risa— Es loco lo sé, pero cada vez que le preguntan sobre como va con el libro, o el por que lo ha escrito, un brilló especial y triste, hace acto de presencia en su mirada. Y no solo lo digo por eso, si no que también, he llegado a pensar que es como si ella hubiese vivido la historia y no Elisa, la forma en la que se expresa de Erick es... interesante.

—Si, puede que tengas razón...

—Si. Bueno te dejo para que puedas seguir con él. Nos vemos cariño.

—Si, nos vemos.

Elisa Beltrán
agosto 2022

Las horas pasaron, los días también, y aun tenia presente las palabras de Erick,

—No... es solo que... no tengo un sueño como tal. — La tristeza inevitablemente me invadió, pero de un momento a otro, una idea apareció...

—Luci, me puedes ayudar por favor... —le pedí al observar que no hacia nada.

—Claro —acepto animadamente—. ¿Qué sucede querida Eli?

—Bueno... como te digo... —sonrió nerviosa.

—¿Por qué? Acaso es sobre sex...

—No, no, no es sobre eso Lucia. —respondo con la cara roja por la vergüenza.

—Hay Eli, no me digas que acaso tu... —hace señas con las manos que no logro entender.

—Ehh...

—¡Por dios! Como no me di cuenta de esto antes, era mas que obvio que aun fueras virgen.

—Lucia, baja la voz por favor. —digo entre dientes al notar las miradas de nuestros compañeros de la cafetería.

—Hay Elisa, es que es algo... ¿impresionante?, si podría ser eso.

—Lucia no quiero hablar sobre eso...

—Está bien, pero dentro de muy poco tendremos una platica respecto a esto —me señala—. ¿De acuerdo?

—De acuerdo, ahora sí, necesitó que me ayudes a...

✿ ✿ ✿

La noche del día Miércoles llego, y con ella el día que vería a Erick nuevamente. ¿Nerviosa? Si y mucho.

No sabía cuál sería su reacción ante lo que estaba por suceder. Pero si de algo estaba segura era que, no me arrepentía de ello.

Me termine de vestir, y gire hacia el mueble donde estaba mi bolso, y mientras lo tomaba, los recuerdos se hicieron presenten al observar la foto...

—Mami, te quiero mucho...—le dije mientras cerraba los ojos para poder dormir.

—Yo también te quiero mucho mi niña. —me dijo mientras me daba un sonoro beso en la frente. —Y quiero que siempre tengas presente que, si es necesario entregar nuestra vida para poder protegerte, tu padre y yo lo haremos sin dudar.

—¿Cómo esta nuestra niña hermosa? —pregunta mi padre abrazándome.

—Muy bien papi, tu ¿cómo estás?

—Muy feliz, de poder ver a mi princesa.

—¿Soy tu princesa?

—¿Y todavía lo dudas? Claro que si eres mi princesa.

Papi... —digo con miedo—... ¿Que son esos ruidos?

En cuanto escucha mi voz, voltea rápidamente a mirarme y enseguida posa sus orbes cafeces en mi mamá—Llévatela, escóndela donde no la puedan ver.

—Stefan... es solo una niña. No podemos dejarla —dice preocupada.

—Lo se. Pero no la pueden ver —demanda—. Si eso llegase a ocurrir... no quiero pensarlo. —se acerca hacia a mi— Hija, por favor, tienes que ser buena. Vas acompañar a tu madre, y si ella te dice que te quedes ahí, lo harás ¿De acuerdo? —asiento— Se feliz hija, y recuerda que siempre te quisimos y te vamos a querer, que todo lo que hicimos fue por tu bien. Claro, quizás no debía de ser de esta manera. Pero cuando un padre observa a sus hijos, lo único que quiere es que tengan todo, y que no les falte nada. Te amamos —observa a mi adre y la atrae con sus brazos para poder abrazarla y después hacer lo mismo conmigo— Las amo, siempre será así.

Afuera hace demasiado frio, la bufanda que llevo no logra que mi cara se encuentre calientita, los guantes solo mantienen mis manos con poco calor, y la chamarra que llevo puesta, no creo que pueda hacer mucho.

Caminamos cerca de 1 hora, y siento que mis pies ya o pueden más. —¿Mami, a dónde vamos? Tengo sueño y dejamos a papa solo.

—Cariño, iremos a un lugar seguro ¿de acuerdo? Y papa se quedó por que unos amigos lo iban a ver.

—Ah. ¿Verdad que tú no me vas a dejar nunca?

Al escuchar esa pregunta se detiene y posa su mirada en mí. —No mi niña, nunca te voy a dejar sola. —Una vez dicho eso se pone a mi altura y me abraza muy fuerte. —Siempre estaremos contigo, pase lo que pase. Nunca te olvides de nosotros. Nunca lo hagas, y recuerda siempre que debes aprender a disfrutar las cosas pequeñas que te de la vida. Recuérdalo siempre Elisa.

Lo voy a recordar siempre mami, es una promesa.

Las lagrimas inevitablemente comenzaron a bajar por mis mejillas al recordar a mis padres, y es que es raro que tenga recuerdos de ellos, pues cuando me dejaron era tan solo una niña de 5 años que no sabía nada, o quizás sí, pero no comprendía las cosas.

Tome el bolso, y antes de salir acaricie la foto con mi pulgar, grabándome una vez más el rostro de mis padres.

Salgo del apartamento y una notificación llego a mi celular, la cual enseguida respondo.

Luci😉

—Ya quedo todo listo.

Perfecto, muchas gracias Luci. —

—No hay de que, solo espero todos los detalles. Chao.

Una vez terminada la conversación, guardo mi teléfono y tomo el elevador, cuando estoy a punto de presionar el botón que indica el piso principal, un hombre vestido de negro hace acto de presencia y también sube.



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En el texto hay: #amor #drama #dolor

Editado: 09.09.2024

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