Un Recuerdo De Lo Nuestro

Cap. 4

Elisa Beltrán
agosto 2022

Es absolutamente erróneo

Suponer que los demás están

En condiciones de comprender nuestros sentimientos mas

Profundos.

Yukio Mishima.

 

 

Era lo único que decía la nota. Un lo siento que para muchas personas cambiara las cosas, pero para mí significaba mucho más. —no me refiero a que me enojaría con el— Cambiaria las cosas por que con eso me quería dar a entender algo que no sabía, algo que estaba por suceder, y seria la tormenta que arrasaría con todos nosotros, provocando algo que nadie esperaría.

La desilusión me embargó inevitablemente, la decepción llegó, y eso solo fue la respuesta hacia algo que había estado evitando. Enamorarme. Porque si, para muchos es una tonta idea el enamorarse después de haber cruzado palabras, pero… como le decía eso a mi corazón, como le explicaba que era algo tonto. Simplemente no podía hacerlo. Porque nadie elige de quien enamorarse. Y creo que ese es el peo error del ser humano, porque a pesar de que nuestra mente nos dice no te enamores lo hacemos. No hacemos caso a las señales que nos dice ella, y solo seguimos lo que nuestro corazón demanda, por que a veces es mejor pensar con la mente que con el corazón. Por que cuando le haces caso a la mente, no te sientes tan mal, a comparación del corazón, por que todos sabemos que cuando te hieren, inevitablemente una grieta se forma en él, y no hay manera de enmendar el daño provocado.

Claro ejemplo es con una copa de vidrio, la rompes, la vuelves a armar, la pegas, pones vino dentro de ella, y este se riega, o sale de ella, y eso es un claro ejemplo de lo mucho que nos afecta que os lastimen. No es necesario que sea con golpes, o insultos. Nos lastiman con sus actos, con sus miradas, por que en ocasiones no es necesario que la boca hable para decir todo lo que no pueden, solo basta con la mirada que nos dan para saberlo.

Esa noche, no pude dormir, algo dentro de mi me decía que todo estaba mal, que no era normal que Erick desapareciera de la nada.

Y como hubiese pagado por haberme dado cuenta de todo esto.

Lo mucho que hubiese querido que Erick me contara lo que sucedía.

Que viera en mí, a la chica con la que podría confiar.

Que me advirtiera de todo lo que pasaría, si no me alejaba de él.

Pero si de algo puedo estar segura, es que, aunque él me lo hubiese dicho, no me habría alejado. No cuando después de días de haberlo conocido, me enamore. Me enamore hasta el punto de confiar en su sombra.

Las horas pasaron, los días, las semanas, y de pronto octubre había llegado.

Llego, y la tristeza se hizo notable una vez más, al recordar que ese mes fue cuando que quitaron el privilegio de poder crecer al lado de mis padres, me quitaron el privilegio de que ellos pudiesen ir por mí a la escuela en la salida, me quitaron el poder escuchar sus risas en las comidas, me quitaron una parte de mi niñes, y fue eso y muchas cosas más. Y ¿a ellos? A ellos les quitaron el poder verme crecer, el poder verme llegar al altar vestida de blanco, el poder de conocer a sus nietos y, entre otras cosas, pero… sobre todo, el conocer a mi yo de ahora.

Y no solo fue eso, todos perdimos en esta tormenta, yo perdí y quedé marcada por el, el no resistió y se fue, y ellos… ellos perdieron la oportunidad de estar conmigo en ese momento y ayudarme a salir adelante.

Era solo una chica que deseaba vivir un romance como en los libros, sin saber que este seria mi peor deseo. Que más tarde me estaría arrepintiendo de esto, y que solo quería que fuera una simple pesadilla, que al despertar mis padres estarían en la mesa riendo, y que también el estaría allí, pero, sobre todo, que nuestra familia estaría reunida.

Que ilusa.

Lo sé, a veces siento lastima por mi misma.

Y te entiendo, a veces también me siento yo así.

 

Presente

 

Aquí algo sucede.

La chica cerro el libro para procesar las cosas, algo estaba por suceder, eso era claro. Pero… a que se refería Elisa con eso de que, ¿quedo marcada y él se fue?

No. Eso no.

Negó con la cabeza ante la idea que se le vino a la mente. Y mientras lo hacia una llamada se hizo presente.

 

Hola, hija ¿cómo estás?

—Hola, muy bien… na. Y ¿Cómo estas tu?

—Muy bien hija, te llamaba solo para saber si querías ir conmigo por un café el día de hoy. —pregunta la persona del otro lado.

—Claro, así aprovecho para preguntarte algo. ¿A que hora nos vemos?

—¿A las 8, te parece?

—Me parece perfecto.

—Bueno, entonces a esa hora paso por ti.



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En el texto hay: #amor #drama #dolor

Editado: 09.09.2024

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