Presente
Los días pasan, las horas también, y mi alma aun no olvida su recuerdo, el recuerdo de todo lo que vivimos, de todo lo que fuimos en su momento y dejamos de ser.
Todas las veces que nos herimos, los te odio dichos, todos los te quiero que no se olvidan, ni lo harán, todo eso y más vienen como una ráfaga de recuerdos, provocando un odio hacia mí misma por no haberlo sabido amar de la manera en que él quería, él fue todo lo perfecto en el momento indicado, todo lo bueno que la vida me pudo haber dado, él fue mi ancla en medio de la tormenta, y yo por miedo a hundirme, me aferre a ella, sin pensar que el en su momento seria mi salvación, para después pasar a mi destrucción.
Observo el calendario, y un nudo en mi garganta se forma a medida que los días pasan rápidos, logrando así que el 18 de septiembre, se acerque cada día.
Las lágrimas intentan salir, pero no las derramo.
Me prometí a mí misma no llorar más, que ya no estaba aquí, que estaba muerto.
Pero una vez más, mi corazón toma el control d mi mente, y me quiebro.
Como todos los días lo hago.
No puedo olvidar la sonrisa en su rostro cuando se entró que tendríamos un bebe.
Puedo jurar que, en ese momento, una razón poderosa para luchar apareció, pero… pero el destino tiene siempre planes, ya sean para bien o para mal, y las consecuencias nunca tardaran en llegar.
La sola idea de pensar en todo lo que sufrió y sacrifico por vernos bien, me llena de culpa.
El merecía vivir más, poder viajar, escribir todas las canciones que tenía en mente y cantarlas, merecía cumplir sus sueños.
El solo era un niño cuando sus pesadillas lo comenzaron a perseguir, cuando los monstruos llegaron a su vida, el no busco todo esto, más sin en cambio, tuvo la mala suerte de vivirlo.
Observo la foto que nos tomamos en Edimburgo, el recuerdo de todos los momentos los momentos juntos, dejaron una marca que se quedara en mi toda vida.
Pero ahora solo me queda quedarme con todos nuestros recuerdos.