Un secretario muy especial.

Capitulo veintidós:

Lucía y Micaela se miran entre ellas sorprendidas, sin poder decir una palabra. ¿Qué hace Helena vestida como Martín en la cena familiar? Si no actúan perfectamente, Alejandro se dará cuenta de todo y no habrá forma de explicárselo.

–Buenas noches, Martín, entra, por favor, eres bienvenido –saluda Lucía, mirando a Helena a los ojos. Observa el rostro asustado de la joven e intenta transmitirle un poco de tranquilidad para que no se delate ella misma.

–Hola, Martín, qué bueno que has venido, últimamente hay más mujeres que hombres en esta mesa –acota Luciano con una sonrisa.

–Gracias, Luciano.

En ese momento, una de las empleadas de la casa se acerca a Lucía para indicarle que la mesa está servida.

–Por favor, pasemos al comedor, la cena está lista –anuncia la anciana mientras acompaña a los demás comensales a la mesa.

–Iré a ver cómo sigue Helena –dice Tony. Helena lo mira a los ojos y él, con una seña, le dice que se quede tranquila, que él lo solucionará.

Todos los comensales, incluido Martín, se acercan a la mesa y se sientan en sus respectivos lugares. Helena se sienta al lado de Alejandro, algo que la hace sentir nerviosa y, a la vez, emocionada. Tenerlo cerca causa en ella un torbellino de emociones que no puede explicar con palabras.

–Me alegro de que hayas podido venir, Martín. Déjame contarte la primicia familiar... ¿Sabías que Tony y Helena son novios? –confiesa con ironía. Helena intenta disimular sorpresa.

–¿De verdad? No lo sabía, pensé que la señora Montenegro quería casarte con ella –exclama Helena, observando a Lucía, quien tiene una sonrisa divertida en el rostro.

–Parece que han cambiado de opinión. Mejor para mí, no me casaría ni con Helena ni con nadie...

–Recuerda las reglas de tu abuelo... –añade Lucía.

–Eso está por verse, abuela. En todo caso, contrataré a una persona para que se case conmigo y listo, sin tener un estúpido matrimonio.

–Si supieras lo lindo que es el amor, hermano –confiesa Luciano mirando a Mica.

–Tú eres el menos indicado para hablar de amor –le responde.

–Puede ser que tengas razón, pero eso no significa que no sepa o no haya sentido amor. A pesar de mis decepciones, soy un enamorado del amor.

–Lo que tú eres es un idiota...

En ese momento, Tony regresa al comedor, pero sin Helena que lo acompañe:

–Lo siento, pero Helena sigue sintiéndose indispuesta. Le dije que descansara un momento más –dice el joven mientras toma asiento en su lugar.

–Está muy bien, Tony. Déjala que descanse, le hará bien. Por favor, comamos, que la comida está deliciosa.

La cena se lleva a cabo de una forma tranquila y armoniosa. Alejandro se ha sentido más seguro al tener a Martín en el lugar. El joven se ha convertido en su amigo incondicional quien lo apoya en todo momento y, al menos, le hace pasar este rato amargo de la mejor manera.

Después de cenar, vuelven al living con una copa de vino en sus manos para disfrutar de una tranquila charla familiar y de negocios.

–Alejandro, no me has dicho más nada sobre Butterfly. ¿Conseguiste el contrato? –pregunta Lucía.

–Aún no, abuela, pero estoy seguro de que no falta mucho para convencerla. Sabe que trabajar para Ediciones Montenegro es lo mejor que puede pasarle en su carrera. No creo que pierda la oportunidad de su vida.

–Tienes razón, Ale, y más si tú eres el encargado de llevar a cabo su trabajo. Confío en ti y en tu talento, mi niño. Estoy segura de que Butterfly y tú serán un gran equipo.

–Ojalá que así sea, abuela –exclama Alejandro, llevándose la copa a los labios, saboreando con delicadeza la bebida morada, que poco a poco se le está subiendo a la cabeza.

–Abuela, ire a ver a Helena, otra vez, necesito saber si se siente mejor o precisa algo –dice Tony, levantándose del sofá y haciéndole seña a Helena para que, disimuladamente, lo siga y encontrarse en el baño para hacer el cambio de personalidad.

Cuando Tony se retira de la sala, ella se levanta de su lugar:

–Familia, necesito ir al baño, ¿podrían enseñarme dónde es? –pregunta Martín para no levantar sospechas en Alejandro.

–Ven conmigo, Martín –dice Micaela, levantándose también de su asiento–, te acompaño.

–Gracias, Mica.

Cuando ambos se retiran del lugar, Luciano queda asombrado por la escena que acaba de presenciar:

–¿Acaso Micaela está enamorada de Martín? –pregunta con pesar.

–Deja de decir tonterías, Luciano. En todo caso, si fuera así, Martín es un gran chico, y tú perdiste la oportunidad hace mucho tiempo.

Helena y Mica llegan y se encierran en el baño, donde Tony también estaba esperándolas:

–Bueno, amiga, es hora de que seas Helena por un rato –exclama Tony–. Qué bueno que has venido a ayudarla, Mica, así terminamos rápido con el peinado y el maquillaje.

–Hele, ¿puedes decirme qué hace Martín Gutiérrez aquí? –pregunta la joven un tanto sorprendida.

–Ale... Alejandro me pidió que viniera a apoyarlo, pensando que su abuela insistiría en que se case con Helena. Por suerte no fue así, porque hubiese sido demasiado incómodo para los dos.

–Y tú no pudiste decirle que no –añade Mica con una sonrisa.

–Alejandro tiene tanto poder sobre ella, y el muy tonto no se da cuenta de ello –acota Tony.

–No se da cuenta porque los hermanos Montenegro son unos ciegos y tontos.

–Mica... –exclama Tony, decepcionado.

–Tranquilo, tú eres el mejor de los tres, por eso eres mi amigo.

–Así está mejor. Bueno, voy a salir para que Helena pueda vestirse tranquila. Cualquier cosa que necesiten, estoy del otro lado de la puerta.

–Gracias, Tony, te quiero tanto –dice Helena acercándose a su amigo para abrazarlo. Tony la toma en sus brazos para consolarla.

–Eres mi mejor amiga, haría lo que fuera por ti, tonta.

Después de que Tony sale del baño, Helena vuelve a ponerse el vestido que había elegido para esa noche. Con ayuda de Mica se realiza el mismo peinado y maquillaje. Todo debe estar igual y perfecto para que Alejandro no sospeche.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.