Capitulo 51:

Después de ese momento compartido tan intenso, Helena, aún conmocionada, decide armarse de valor y seguir a Alejandro hacia el hall del hotel, donde se llevaría a cabo el almuerzo.

Al llegar al lugar, tres hombres vestidos formalmente se levantan de sus asientos y se acercan a ella para saludarla con mucho respeto, pero sin poder sacar sus ojos de la hermosa mujer que tienen adelante.

Estas personas se presentan con nombre y apellido y vuelven a sentarse en sus respectivos asientos, mientras Helena y Alejandro ocupan los lugares que les corresponden.

Los organizadores, junto a Alejandro, comienzan a hablar sobre la feria del libro y demás negocios que llevarán a cabo entre sus empresas y Ediciones Montenegro. Sin embargo, desde que han llegado, Helena no ha dicho ni una sola palabra. Entre los besos y las caricias compartidas hace un rato y sus nervios a flor de piel, se ha perdido en sus pensamientos y no está muy concentrada en la conversación. Algo de lo que Alejandro se da cuenta y disimuladamente le pregunta:

–¿Estás bien, Helena?

–Sí… sí, por favor, si me disculpan, me retiro al baño, enseguida regreso.

Helena se excusa, se levanta de su asiento y se retira del lugar, frente a la mirada atónita de Alejandro, preocupado por su actitud.

Al llegar al baño de mujeres, se siente un poco más tranquila. Su corazón late con rapidez mientras se observa en el espejo. A pesar de que su maquillaje sigue intacto, su rostro no puede disimular los nervios que la están consumiendo. Debe calmarse y volver al lugar, tiene que aparentar ser una mujer de negocios, la nueva CEO de Ediciones Montenegro.

Minutos después, un poco más tranquila, decide volver al almuerzo. Allí puede ver que la comida está sobre la mesa y que amablemente la estaban esperando para comenzar:

–Helena, toma asiento, estábamos esperándote, come y esperamos que lo disfrutes –exclama uno de los organizadores observándola con una sonrisa amable en los labios–. Cuéntanos un poco de ti, Alejandro nos ha contado, pero quisiera escucharte–.

Helena siente que puede llegar a desmayarse en cualquier momento, pero debe ser fuerte y demostrar que no es una inútil y que si Lucía la eligió para ser la CEO durante unos meses, eso quiere significar una cosa:

–Señor Fernández, realmente es un honor estar en su país y presentarnos a una feria tan importante como la de Madrid, nuevamente le agradecemos la invitación–. Helena intenta mostrarse más segura de sí misma y al parecer lo está logrando, porque siente cómo Alejandro, por debajo de la mesa, toma su mano para brindarle todo su apoyo.

–No agradezca, señorita, los autores comerciales que tiene Ediciones Montenegro son de los mejores, es un honor para nosotros.

Aunque ella se siente sapo de otro pozo, ya que sigue sin entender de negocios, está más atenta a lo que dialogan entre ellos. Alejandro prometió ser su mentor y está segura de que esta es una buena oportunidad para empezar a aprender.

Después de terminar el almuerzo de negocios y quedar con los organizadores para el día siguiente, que comienza la feria, ambos se dirigen nuevamente a la habitación a prepararse, ya que el avión que trae a los escritores de la editorial llega en una hora y Alejandro quiere alquilar un vehículo para ir por ellos al aeropuerto.

–Helena, estuviste increíble –dice Alejandro saliendo del baño, luego de haberse dado una ducha–. Le has caído muy bien a los organizadores.

–Me sentía como sapo de otro pozo, no entiendo de negocios y por momentos pensé que estaba actuando como una tonta delante de ellos –confiesa–. Aunque avanzado el mediodía, me di cuenta de que debía hacer el esfuerzo por parecerme a la presidenta de una editorial y no defraudar a Lucía.

–Jamás actuaste como una tonta, Helena –dice Alejandro, sentándose muy cerca en la cama–. Además, no debes hacer el esfuerzo por parecerte a una presidenta, eres una presidenta. Podrás no saber de negocios, pero eres una escritora increíble y sabes más de libros que cualquiera, eso es lo que debería de importar en una editorial. Solo te pido una cosa… –exclama con una sonrisa en los labios, mirándola fijamente a los ojos, poniéndola aún nerviosa–. Solo quiero que seas tú misma, es más que suficiente para que todo el mundo te ame. De los negocios, dejámelo a mí.

Una hora más tarde, ambos salen del hotel en un vehículo alquilado para ir hacia el aeropuerto.

En el camino, Helena pone un poco de música mientras va observando por la ventana, maravillada de cada rincón de la ciudad. Y está tan entusiasmada que Alejandro se da cuenta y le promete que, una vez que hayan ubicado a los autores, la llevará a conocer la noche de Madrid.

Finalmente llegan al aeropuerto y, después de media hora, los tres autores más exitosos de la editorial bajan del avión.

León García: escritor de ciencia ficción, reconocido por su libro: “La tierra en llamas”.
Morena López: escritora de romance, enemies to lovers, autora de “Enamorada de mi némesis”.
Joaquín Herrera: escritor de fantasía y aventura, autor del libro: “El medallón mágico”.

Los tres darán conferencias y presentarán sus libros, con firmas de ejemplares posteriormente.

Después de haber ubicado a los autores en sus respectivas habitaciones, quedando para desayunar juntos al día siguiente, Alejandro cumple lo que prometió, diciéndole a Helena que se vista con ropa cómoda y elegante, que irán a comer al restaurante más exitoso de la ciudad.

Y así lo hace. Media hora más tarde, Helena baja al hall, donde Alejandro la está esperando, con un hermoso vestido negro de encaje, su cabello recogido en una cola alta, unos lindos y delicados pendientes y un maquillaje que realza su belleza. Aunque, al principio, cuando recién la conoció, le pareció una mujer que no sabía arreglarse, nunca pensó como los demás… Helena nunca fue fea, tenía su belleza a flor de piel, solo que nunca supo cómo aprovecharse de ella, piensa Alejandro para sus adentros. No puede dejar de mirarla. Helena se acerca a él y con delicadeza la toma de su pequeña cintura y le da un beso en la mejilla, dejándola como una tonta.