En el internado ya habían iniciado los exámenes de fin de año para todo el instituto y así finalmente Emilia y Fabiola se iban graduar de secundaria para ir a la universidad. El camino de Emilia era incierto no sabía que sería de ella cuando terminaran sus estudios, su benefactor se seguiría haciendo cargo de ella y sus estudios o tendría que salí a buscar trabajo, para ella no era problema las monjas le enseñaron a trabajar para cuando le tocará estar afuera pudiera salir adelante.
Que sería de su futuro no conocía nada del mundo exterior toda su vida la había vivido en esas cuatro paredes, llego al internado siendo apenas una bebe, las personas que la dejaron ahí al parecer eran muy poderosas , se habían encargado de su educación que en ese instituto salía muy costosa y de sus gastos personales, en alguna ocasión le pregunto a la madre superiora por sus orígenes y ella simplemente le contestó que sus padres habían muerto y que un buen samaritano se encargó de su educación.
- Aquí estás pulga dijo Berlín cuando la encontró en el partió trasero del instituto. La verdad era que cuando Emilia necesitaba pensar venia al jardín para huir a sus pensamientos.
- Para que soy buena - contesto Emilia.
- Hace días que te noto extraña como ausente, se muy de las escapadas que se dan tú y Fabiola los viernes en la noche, sabes que te he cubierto varias veces para que no las descubran y lo hago por ti porque lo que es la Fabi está fuera de mi cielo.
- Que quieres decir por extraña - le contestó Emilia - quién tenía los ojos fuera de órbita por lo que Berlín le había dicho.
Berlín era una chica tres años mayor que Emilia, de tez morena, con un cabello negro abundante que le llegaba a los hombros, trabajaba como ayudante de cocina del internado, se hizo amiga de Emi porque está de vez en cuando se colaba en la cocina para ayudarles. En algunas ocasiones Emilia llego acompañarla al súper y hacer unas que otras diligencias del instituto.
- Recuerda que vengo de un barrio y conozco a simple vista, a las personas que consumen drogas, haber atrévete a mentir le dijo Berlín con un tomo exigente.
- Solo fue una vez, y no lo he vuelto hacer, estamos.
- No entiendo cómo eres amiga de la hierba mala de la Fabiola, eres la única que no se da cuenta que te usa a su antojo.
- Ya basta porque hablan así de ella, es mi amiga, siempre ha estado ahí para mí y yo para ella, así que ya deja de querer ponerme en contra de ella.
- Esta bien, no te digo nada con respecto a ella, sabes te quiero mucho y quiero lo mejor para ti, y el tal David no es bueno para ti ni para la Fabi aunque ella me caiga como parada al hígado.
- Yo también te quiero, me tengo que ir para los dormitorios, no vemos después.
Emilia comprendía la preocupación de Berlín el mundo donde se estaban metiendo era muy oscuro, David le distribuía drogas a muchos jóvenes de su edad y ella ya las había consumido en varias ocasiones, la primera fue aquella vez que conoció a Mike, después las salidas a escondidas se hicieron comunes en las días siguientes y volvió a consumirlas era verdad lo que decía Fabi te hacían volar a un lugar lejano, siempre que las consumía era que podía divertirse si tener miedo y así había entrado de lleno a ese mundo.
Al entrar en la habitación vio a Fabiola llorando en un rincón de su cama, a Emi inmediatamente la vio tubo el impulso de correr a darle un abrazo, pero se contuvo y se sentó en una de las orillas de la cama
- Sabes que si necesitas a alguien con quien hablar aquí estoy, - dijo Emilia
Ella no conocía mucho porque Fabi estaba aquí, solo que su padre se había casado por segunda vez y ella le estorbaba a su madrastra, y por ese e motivo convenció a su padre de que la enviará un internado, era algo injusto ella era su hija porque motivo podrá enviar a su hija a un internado enterrándola prácticamente en vida.
- No me pasa nada, así que no preguntes tonterías, - contesto Fabiola.
Fabiola en ese momento se levantó de la cama y dejó a Emilia sentada, ella de tiro de espalda y quedó mirando el techo, que le pasaba ahora, habría discutido con David, porque que más podría hacer, se acercaba el fin de curso y ella deseaba eso más que nada, decía que sería al fin libre de hacer con su vida lo que le venga en gana y ella se quedaría había decidido no regresar a México y quedarse trabajando para así pagar la universidad o solicitaría una beca para poder estudiar. Su amiga tenía la oportunidad de ir a cualquier universidad y estaba desaprovechando eso, algo que ella anhelaba.
Así fueron pasando los días ya el próximo finde sería la graduación Fabi paso el curso con pudo con ayuda de Emilia, ella pasó días haciendo los trabajos dobles el de ella y el de su amiga, esta estaba cada vez más irritable al parecer le hacían falta los dulces que les daba David, en cuanto a ella los había probado varias veces cuando sentía que no tenía fuerzas pero, podía vivir todavía sin ellos pero al parecer era lo contrario para su amiga está siendo dependiente de ellos.
- Fabi - te encuentras bien, - le pregunto Emi a su amiga, hace días estad rara y no me gusta verte así.
- Que te importa a ti si estoy bien o no, -le contestó Fabiola, - Emilia miro para arriba y luego la miro a los ojos.
- Claro que me importa, paso algo David te hizo algo, dime algo por favor.
- Es que David anda raro, parece que le gusta otra vieja y de verdad no soporto que otra estúpida me esté robando su atención que no sepa quién es porque la mato oíste la mato .Emilia la miro a los ojos, ya sabía por dónde iba el asunto.
Días antes en unas de las salidas de ellos, junto con Mike, David interceptó a Emilia en el baño.
- Necesito hablar contigo- le dijo David, Emilia lo miro de arriba abajo, imaginaba lo que le iba a decir.
- No me importa lo que me quieras decir - contesto Emi.
- Me gustas mucho, y ya eso lo sabes, si no fuera por la idiota de tu amiga hace rato que te hubiera echo mi mujer.
Editado: 04.01.2023