A finales de noviembre de 2004, mi familia decidió que el próximo mes vamos a vacacionar, lo cual era algo que esperaba desde hace mucho tiempo ya que esto no pasa todos los años, tampoco eran lo que denominarías unas "grandes vacaciones" porque no podíamos permitirnos tales cosas, pero aun así iríamos a un par de sitios y comeríamos hasta reventar en especial mi hermana menor y yo... entonces el día de partida llegó.
Fue un día bastante normal, hacía un clima estupendo para la ocasión, mi madre me despertó por la mañana, al despertar rápidamente me di cuenta del masivo ruido que generaba la emoción de mi hermana Emily, aunque no la culpo, aún es pequeña y por lo general ya es muy ruidosa en días normales, mientras desayunaba en la mesa de la cocina estratégicamente ordenada para que mi hermana y yo no hiciéramos algún desastre mi madre iba de un lado a otro con todo lo necesario para el viaje, lo metía al auto y volvía con la misma ligereza que siempre la ha caracterizado, y de repente desaparecía, al final de desayunar tuve que bajar mis maletas y las de mi hermana Emily para guardarlas y así quitar un poco de trabajo a mi madre Sarah.
Mi madre siempre ha sido una persona pequeña pero bastante ligera entonces realiza casi cualquier cosa a una velocidad admirable, tiene un color de pelo muy llamativo que terminé heredando yo, en mi época de la primaria me llamaban "pelirrojo" aunque eso podría molestar a algún niño siempre me hizo sentir bien ya que admiro mucho a mi mamá, es una persona pequeña, pero a la vez es muy fuerte y admirable, así que tener su característica más distintiva estéticamente, me alegra.
Por otro lado, mi hermana Emily heredo el pelo negro de mi padre, es lo único en casa que aún nos recuerda a él, ya que se fue hace mucho y no volvió más, Emily lo ignora ya que estaba muy pequeña, pero a veces se enfada por no tener el pelo rojo como mamá, a veces pregunta por papá, pero evitamos la pregunta, ya que es aún muy joven para entender los problemas de los adultos, a veces ni siquiera yo los entiendo.
—Oye Matt, ¿Qué quieres hacer primero cuando lleguemos donde los abuelos? —Preguntó Emily con entusiasmo.
Pero antes de que si quiera abriera mi boca para responder, me interrumpió.
—Yo quiero que la abuela me teja un nuevo suéter como el que envió por correo la navidad pasada, pero esta vez quiero ver como los hace. —Añadió sin preocuparse por mi respuesta.
Lo que no sabe es que la abuela los manda a hacer, esto será un problema si aún no ha terminado de aprender a confeccionarlos. Espero que sí.
—¿Y tú Matt, ¿qué quieres hacer al llegar a la casa de los abuelos? —Pregunto mi madre a lo lejos.
Ni siquiera tenía que pensarlo...
—Quiero ganar el torneo de pesca de este año con el abuelo, el año pasado me lo perdí, pero este será una victoria absoluta. —añadí.
—Pero si en eso cuenta más la suerte que otra cosa. —Añadió Emily con cara burlona.
—Que va a saber una personita que solo se come los peces luego toda tranquila, no subestimes al abuelo Lewis, es todo un veterano en la pesca y ganaremos, ya verás. —Añadí con una pequeña pero evidente sonrisa.
—No vayan a empezar a pelearse como todas las mañanas chicos, mejor ayúdenme a terminar de empacar todo para poder irnos y llegar antes del anochecer. —Gritó mamá a lo lejos.
—Entendido. —Ambos respondieron de mala gana.
Luego de ese pequeño intento de pelea de hermanos, ayudamos a mamá en todo lo posible. Una vez empacado todo en el auto, que parecía un pequeño tanque de guerra; del montón de "regalos" que siempre aprovecha mi madre para llevarlos donde los abuelos. Nos asegurarnos de que todo en casa quedara en orden y bien seguro para prevenir futuras desgracias, decidimos al fin poner marcha hacia donde nuestros queridos familiares.
El viaje tomaba algunas horas ya que era un trayecto bastante problemático y la distancia se notaba luego de pasar unas cinco horas sentado sin mucho que hacer. Cerca de las doce del mediodía paramos en una cafetería en una de las calles que conecta la gran ciudad con el pueblo de mis abuelos. Era un poco rústica; pero aun así era muy elegante. Pedimos nuestra comida y tuvimos un agradable almuerzo en familia, antes de irnos me percaté que en la mesa donde estábamos había una pequeña servilleta con la palabra "Ketchuplover" escrita con salsa.
—Quién pierde el tiempo haciendo esto, en serio. —Pensé antes de volver al auto.
Seguimos nuestro camino por un par de horas más y cuando notamos el cambio completo de la atmósfera entre la ciudad y un pueblo ya deseábamos estar con nuestros abuelos, poco a poco nos acercábamos no sin antes hacer una pequeña parada en el lago del pueblo, el mismo donde evidentemente será el torneo de pesca en unas semanas.
—Esta tan hermoso como siempre, ¿verdad Matt? —Pregunto mi madre.
—Sí, se nota que sigue siendo el punto central, ya que siguen cuidándolo, ya quiero que empiece el torneo. —Mencioné con entusiasmo.
—Otra vez con eso hermanito, mejor sigamos ya que quiero ver a la abuela y mi nuevo suéter. —protesto Emily.
Decidimos seguir ya que estábamos a escasos minutos de la casa del abuelo Lewis y la abuela Martha, para nuestra sorpresa al ya ver la casa a lo lejos pudimos notar que nos esperaban fuera de casa, mi mamá se puso muy contenta al verlos a la lejanía y nosotros también.
Al momento de llegar al patio de los abuelos, lo primero que hicimos fue bajarnos del auto, enseguida mi hermana Emily salió disparada a los brazos de mi abuela, por mi parte fui directo a saludar a mi abuelo, en cambio mi mamá se fue donde la abuela para quitarle de encima a Emily, luego de una calurosa bienvenida pasamos toda la noche actualizando que habíamos hecho en el año y como nos trataba la vida.
A la mañana siguiente todos en casa despertamos temprano en especial por lo ruidosa que es mi pequeña hermana, pero era principalmente porque la noche anterior se la paso preguntando por su suéter, la abuela le mencionó que este año nosotros ayudaríamos a confeccionarlos, lo cual para Emily fue muy emocionante en cambio yo no estaba tan emocionado, pero creo que la abuela no esperaría nada menos.