Un trato con Hamilton

Capítulo 1

Amelia

Cuando abro mis ojos y puedo pensar con claridad, noto que me encontraba en una cama. Frunzo mi ceño y observo mi ropa, aún tengo el pijama de Keith, dejo salir el aire de mis pulmones en un suspiro. Me levanto y salgo de la habitación, los recuerdos de lo sucedido en la noche llegan a mi mente y mis mejillas se calientan al ver a Keith. Sólo algo así podía pasarme a mí.

—Iré al trabajo, puedes desayunar aquí e irte— asiento y sale de la casa.

Veo una caja de cereal y tomo un tazón, me sirvo y comienzo a comer. Cuando termino, abro mi maleta, pero el tono de mi teléfono interrumpe anunciando un nuevo mensaje.

Amy, hay un casting. Prepárate paso por ti en 15 minutos.

Sonrío y escojo rápidamente mi ropa. Me visto con una falda ajustada color negro y una blusa rosa. Tomo un abrigo, mi bolso y salgo de la casa.

—¿Está el señor Hamilton?— cuestiona una voz masculina.

—No. ¿Quiere que le diga algo de su parte?—

—Sólo quería entregarle el correo— dice tendiendo unos sobres.

—Puedo entregárselos, gracias— los tomo y vuelvo a la casa.

Los dejo en el comedor y uno llama mi atención, el papel era distinto. Más suave y elegante. Lo tomo y lo abro cuidadosamente. En letras grandes aparecen los nombres de Grecia y Andrea. Al parecer una boda. Intento recordar a alguna actriz amiga de Keith llamada Andrea, pero no encuentro a ninguna. ¿Scott? ¿Grecia Scott? Abro mis ojos sorpresivamente. Había escuchado los rumores de una supuesta relación de Grecia Scott con Kendall Moore, pero creí que a ella le gustaban los hombres.

Dejo la invitación y continúo con mi camino. Mi representante me recoge en un taxi y comienza a manejar rumbo a un posible trabajo. ¿Qué relación tenía Keith con Grecia? ¿Dónde la conoció? No es como si un empresario y alguien del mundo del espectáculo se hicieran amigos en este tiempo. Probablemente si ambos tienen dinero, se juntarán. Pero estamos hablando de ella, quien posiblemente sea la persona más rica del país. El auto estaciona y bajamos. Sigo a Emilie y cuando llegamos, las personas centran su mirada en nosotras y comienzan a susurrar.

—Sweetheart, Holland, Reed— pasamos y Emilie me desea suerte.

Mis nervios incrementan cuando observo al rubio sentado. Sus ojos azules llaman mi atención y no puedo dejar de mirarlos.

—Keith Hamilton ha sido seleccionado como protagonista así que ayudará en su actuación. Sweetheart, escena 22— asiento y Hamilton se acerca con dos guiones.

—No puedes irte así— digo al borde del llanto.

—Katherine, no insistas— se acerca a mí. –Tomaste una decisión, así que no puedes arrepentirte ahora— las lágrimas comienzan a salir.

—Pero yo te amo— respondo con mi voz quebrada.

—El amor no es suficiente— entonces se da la vuelta, lo tomo de la mano y él detiene sus pasos.

Suelta mi mano y cierro mis ojos, tratando de contener las lágrimas.

—Eso fue fantástico— dice una mujer del jurado.

Sonrío y limpio mis mejillas. El miedo invade completamente mi cuerpo y mis piernas se debilitan un poco.

—Tienes razón, pero no podemos aceptarla— dice un hombre.

—¿Por qué?— cuestiona Keith.

—Es Amelia Sweetheart, si queremos que esta película sea un éxito, no podemos tener en el elenco a una persona que estuvo involucrada en un caso sobre drogas— siento que mi corazón detenerse.

—Ella fue declarada inocente— responde la mujer.

—¿Y piensas que eso importa? Su reputación ya fue dañada, no podemos permitir que arruine nuestro proyecto— grita.

Una mano sujeta la mía con fuerza y me saca de ese lugar. Observo el rubio cabello, casi blanco, de Hamilton y los latidos de mi corazón se vuelven más rápidos. Caminamos hasta un pequeño jardín y me suelta. Mis ojos se cristalizan y una lágrima traicionera cae por mi mejilla.

—No deberías dejar que sus críticas te afecten. Fuiste quien mejor lo hizo— sonrío de lado.

—Eso no es lo que importa. Ellos tienen razón, ningún Set admitirá a alguien como yo— respondo.

—¿A alguien tan talentosa como tú?— sonrío.

—Sabes hace un año y medio, las personas solían decirme que era talentosa y que había sido una suerte que Emilie me encontrara. Ahora sólo comienzan a murmurar sobre ese caso, realmente no importa si tienes talento. Si no tienes dinero suficiente para callarles, no importa cuán bien actúes— más lágrimas comienzan a caer.

—No todas las personas con dinero son así— contesta.

—¿Hablas de Grecia Scott?— cuestiono.

—Sí, también está Andrea Williams y Étienne Pierre— responde.

—¿Andrea Williams sale con Grecia?— él asiente y noto una expresión distinta en su rostro, dolor.

—Supongo que es lo que llaman destino— el aire fresco llega a muestras caras y eso se siente bien.




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