Capitulo Treinta y Cinco

Busco desesperadamente la luz de la esperanza en el brillo de tus ojos, pero insiste en cerrarlos y mirar a otro lado.

Dominic

Estoy seguro de que entre ella y yo hay mucho más que un simple acuerdo, pero se resiste a aceptarlo y no puedo hacer nada para obligarla a que se rinda y me permita demostrarle que por ella puedo ser mejor, que puedo cambiar y convertirme en el hombre que ella necesita a su lado, tal vez ella tenga razón y lo mejor es mantenernos alejados para que esto que sentimos no se haga más grande, no quiero hacerle daño.

Tomo mi celular y salgo de mi habitación para ir a la empresa, mientras bajo las escaleras el teléfono empieza a sonar, miro la pantalla y miro la pantalla para ver quien llama y me doy cuenta de que son los custodios de Atenea, aunque le dije que podía salir sin ellos le ordene que la siguieran sin que ella se diera cuenta y me mantuvieran informado.

—Diga —ordeno colocándome el aparato en la oreja.

—La señora acaba de llegar a un hospital —informa deteniendo mis pasos.

—¿Sufrió un accidente? —cuestiono.

—No, su chofer se desvió en la carretera, ella acaba de entrar sola, ¿Qué hacemos?

—Esperen a que salga, si se tarda demasiado entren y averigüen de que se trata —indico, recordando que se desmayó ayer cuando llegamos a casa.

Cuelgo la llamada y termino de salir, me subo a la camioneta con Finnegan al volante y partimos rumbo a mi trabajo. En el camino trato de encontrar un modo de preguntarle que le dijeron en el hospital sin que se dé cuenta de que los guardaespaldas la siguen, si se llega a dar cuenta quedarse callada es lo que menos hará.

—Finnegan, necesito que te ocupes de ir con el investigador privado, necesito que mi nombre no se conozca —digo.

—Ya me he comunicado con los contactos que me suministro y he pautado una reunión luego de que lo deje en la empresa —contesta.

—Bien, necesito saber cómo es que el padre de mi esposa dispuso como condición que ella se casara conmigo para poder heredar su fortuna —aclaro y le explico a detalle cada uno de los puntos que me parecen importantes en todo esto, como el hecho de que Alberto no haya sido la elección del viejo, hubiese podido ponerle alguna condición igual de extrema que a Atenea.

Pero supongo que cada quien conoce bien lo que tiene en su casa y no hace falta analizar a detalle el motivo que tuvo su padre para hacerlo a un lado siendo su primogénito. De todos modos necesito abarcar ese punto y con ello atacar cada cabo suelto.

En poco tiempo llegamos a la empresa, por lo que subo de inmediato a mi oficina y le pido a mi asistente que me acompañe. Revisamos la agenda del día y le pido que confirme mi asistencia y la de Atenea al evento de este sábado. Posteriormente, me reúno con parte del personal para ver las nuevas actualizaciones en el software del sistema de localización y la implementación de un nuevo dispositivo de rastreo seguro que asegura la tranquilidad de los padres.

No sé por qué me dejé seducir con la idea de desarrollar un mini dispositivo con el que los padres pueden saber la ubicación de sus hijos en tiempo real, en caso de que se pierdan o sean secuestrados. Examino el diseño del dispositivo, es del tamaño de una batería de reloj y se puede adherir a cualquier superficie con facilidad lo que le da la capacidad de pasar desapercibido ante el ojo humano, una niña pequeña puede llevarlo escondido en uno de sus moños con grandes lazos que las mamas suelen hacerles en el pelo mientras que un niño puede usarlo escondido en su ropa.

—Además de este modelo, nos hemos tomado la molestia de diseñar uno diferente, que se puede colocar debajo de la piel, no sugiere ningún riesgo a la salud del infante y es de fácil aplicación, no causa dolor ni incomodidad —explica el jefe del departamento de diseños y me entrega un dispositivo aún más pequeño, del tamaño y forma de un grano de arroz.

—¿Funciona? —cuestiono mientras enfoco la vista para apreciar el detalle del producto.

—En esta pantalla puede ver cómo fue diseñado, las partes con las que cuenta, la nanoantena integrada funciona para cualquier longitud de onda y frecuencia electromagnética, además tiene la capacidad de amplificar la recepción en caso de que se encuentre en un área donde la frecuencia de la señal disminuya. —Observo la pantalla que me indica para seguir el curso de su explicación.

—¿Es exacta? —pregunto.

—Hemos aplicado un software mejorado que elimina los errores de información, pudimos comprobarlo gracias a Helena, ella se ofreció como conejillo de indias, por lo que hemos implantado el dispositivo en su mano —señala a la vez que la mencionada se pone de pie para acercarse a mí y mostrarme su mano, efectivamente no se nota que hay algo debajo de la piel y no se siente al tacto—, si ingresamos al sistema y colocamos el código del dispositivo que ella lleva podemos ver que nos indica su ubicación actual con total exactitud, además de darnos un historial de los lugares en los que ha estado desde que le fue colocado.

Increíble, si conseguimos que este producto se posicione en el mercado, eso significaría que por primera vez estaría un paso delante de las demás empresas que se dedican a lo mismo. No seré el primero en sacar al mercado un dispositivo de rastreo como este, pero sí el primero en solucionar los constantes problemas de software y de visibilidad.

Me sumo tanto en el trabajo que me olvido por completo de Atenea por primera vez desde que se supo la última voluntad de su padre, siento que vuelvo a ser como antes de ella, concentrado al cien por ciento en lo único que siempre me ha importado realmente, mi empresa. La reunión termina luego de que apruebe la elaboración en masa de ambos dispositivos, le pido a mi asistente que se ocupe de informarle al departamento de marketing para que elaboren la publicidad necesaria, además de comunicarse con nuestros clientes para ofrecerles el producto en preventa a un menor costo antes del lanzamiento oficial al mercado.