Un Último Deseo

La biblioteca.

Y ahí estaba yo, de pie, frente a Alex, esperando el inminente final de mi día soñado… temía no volverlo a ver, después de haber vivido a su lado lo que hasta entonces existía solo en mis más lejanos sueños. No sabía que decir, ni que hacer… estábamos ya frente a mi casa. Cuando miré el reloj por última vez eran las 13:30, justamente cuando mi helado de vainilla quedó embarrado en el pecho de Alex. En el instante en que volví a mirar la hora eran ya las 22:30. Parecía que el tiempo no había transcurrido, pero en realidad se había ido muy rápido.

            Bone: Bueno querida princesa, creo que es tiempo de que me vaya. Hemos llegado a su palacio y es tiempo de que este caballero embarque hacia rumbos desconocidos…

Alex me miró, y soltó una carcajada. Para mí fue inevitable no contener la risa, y al mismo tiempo que él reía me miraba y yo a él. Estábamos allí frente a mi casa, de pronto el dejo de reír, me miro tiernamente, se acerco a mí y tomo mis manos entre las suyas. Yo, al sentir que esa era la escena final de mi sueño no pude evitar suspirar ni contener las lágrimas. Él, sonrió, beso mi mano, me abrazó y susurró a mi oído:

Bone: Sé que tú crees que esto no es más que un sueño y tal vez tengas razón, pero no solamente lo fue para ti. Hace tato tiempo que no tenía un día tan maravilloso.  Gracias, lo voy a recordar siempre… tú tienes algo muy especial que me hizo sentir diferente. Este día lo voy a recordar toda mi vida, y lo voy a conservar con el regalo que me hiciste…

Se alejo, buscaba algo en el bolsillo trasero de su pantalón, luego en los delanteros, en las bolsas de su chaqueta, por todas partes pero no encontró lo que buscaba…

Ebeyaly: ¿Qué buscas?

Bone: La mitad de CD que me diste, yo quería guardarla y así conservar algo de este día tan bonito.

Ebeyaly: Tal vez se quedo junto con la otra en mi libro, espera…

Le quite la mochila de sus hombros, saque el libro de matemáticas y busque los trozos de CD que yo había guardado allí. Me sentí triste al ver que solamente estaba ahí mi mitad.

            Ebeyaly: ¡No está! Debió haberse caído cuando corrimos… (En ese instante recordé que yo vi cuando la mitad de CD se cayó en la calle cuando la gente reconoció a Alex)…       Si es verdad, yo vi cuando se te cayó… no puede ser… bueno puedes quedarte con la mía si tú quieres. Yo conservare la portada y con ella siempre recordaré este hermoso día.

            Bone: No hermosa, quédatela tú, aunque no haya evidencia para mí de este día, siempre lo llevaré en mi memoria.

            Alex se acercó a mí, me abrazo por la cintura, me miro a los ojos y me besó… un beso tan tierno y tan amoroso que jamás deje de sentir el calor de sus labios en los míos. No sé cuantos minutos pasaron, pero el tiempo se detuvo. Después de ese beso, tomo mis manos entre las suyas, las beso y se despidió:

            Bone: Hoy fue uno de los mejores días de mi vida, jamás lo voy a olvidar. Espero poder verte cuando yo regrese… porque te prometo voy a regresar solamente para verte otra vez.

Ebeyaly: Gracias por hacer mi sueño realidad, créeme que estaré en primera fila cuando regreses a la ciudad. ¿Sabes? Mi mayor deseo es poder verte a ti y a los dmas en el escenario, cantar sus canciones con ustedes y disfrutar de su presencia… pero jamás he tenido la oportunidad. Y hoy no puedo creer que estés aquí conmigo. Eres tal cual me imaginaba… ahora sé que si bien me conquisto tu talento y tu estilo. Ahora sé que te admiro mucho mas por la gran persona que eres, y ahora que estas a punto de irte, quiero que sepas que mi admiración por ti  se debe en su mayoría a ese coraje que tú tienes por superar las adversidades de la vida. Eres un guerrero y eso me hace admirarte más cada vez… sabes, tú y los chicos cambiaron mi vida, siempre han estado presentes en los momentos más difíciles. Cuando mi papá murió, de no haber sido por ustedes, no sé que habría sido de mí. Cuando me sentía débil y a punto de caer, me refugiaba en su música y ustedes me hacían sentir mejor. Ustedes sin saberlo, me han ayudado en muchas ocasiones, y ahora cuando algo no sale bien, o cuando estoy triste, ustedes siempre están ahí alegrándome la vida. No saben lo que significan para mí. Yo le agradezco a Dios por que ustedes existen. Y hoy, por permitirme conocerte. Gracias a ustedes y a sus ejemplos de vida, no me rindo, ustedes son mi motor…




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