14| Ellery

— ¿Y qué tal el vestido rojo? —Pregunta Brittany luego de descartar el segundo conjunto de ropa que ha sacado de su bolso, mostrándonos ahora el tercero y ojalá último — ¿Qué les parece?

— Es lindo — Contesta Brenda sin levantar la vista de sus uñas. Está entretenida sobre mi cama pintado las uñas de verde para que combinen con su vestido color lima. Ashton Smith, el capitán del equipo de básquet invitó a todo el curso a su fiesta de cumpleaños. 

— ¿Que dices tú Ashley? —Posó toda su atención en mí, dejo el lápiz que segundos antes reposaba en mis manos y dejo de lado el ensayo de literatura para centrarme en ella. 

Pasaron  dos semanas desde la primera ronda y la mayoría de los alumnos están preocupados de que no nos hayan mencionado la fecha de la segunda, ni tampoco el requisito a cumplir de esta. 

— Me parece bien —Contesto y observo con más detalle — Con unas botas bucaneras negras quedarían genial.

Señalo mi vestidor, a ella no le hace falta preguntar para saber dónde se encuentran mis zapatos, se dirige hasta el último cajón y saca de allí mis botas altar y de cuero.

— ¿Qué te pondrás tú? — Brenda deja el pequeño frasco de barniz verde sobre mi escritorio para luego sacar de su bolso un bonito vestido verde brilloso con un escote detrás de su espalda que deja poco y nada a la imaginación del espectador.

— Aun no lo sé — hecho un resoplido — Si te soy sincera, ni siquiera sé si quiero ir a esa fiesta.

— ¿Tú sin ganas de una fiesta? — Me pregunta con ironía. Todavía no me he maquillado ni vestido mientras que ellas ya se encuentran preparadas desde hace un par de horas. Estuve tan  ocupada con los trabajos de la escuela y el ensayo que la profesora de literatura había pedido para la próxima semana, además de tener que  organizar los gastos de un evento comercial en el que mi madre había pedido ayuda; que una fiesta es lo menos que se me apetece ahora. 

— Solo es cansancio, no siento la espalda de estar tanto tiempo sentada — Me quejo y dejo el ensayo sobre el escritorio, aparto la silla hacia atrás y me levanto para desperezar mis músculos dormidos.

— Necesitas un respiro y no hay nada mejor que una fiesta para dártelo — Brittany aparece otra vez en la habitación saliendo del vestidor con un estuche de maquillaje en mano — Estás hecha un espanto ¿Qué le pasó a tu cutis?—Me coloca un espejo circular frente a mi ojos y veo lo mal que se ve mi piel luego de estar una semana sin cuidarla con mascarillas y cremas humectantes — Te ves peor que mi abuela, y eso que tiene como ochenta años. — Saca del estuche una esponjilla celeste con crema hidratante y se dispone a dar un masaje circular en mis poros con esta.

— Deberías decirles a tus padres que tienes demasiado trabajo con la escuela y que no puedes hacerte cargo de los eventos de la empresa también — Opina Brenda acercándose a nosotras para tener mejor manejo del espejo que está a un lado del escritorio. Sobre este también está mi computadora que muestra los tramites de dinero y las cuentas bancarias que mi madre me pasó para organizar.

— Les dije que los ayudaría, no puedo decirles ahora que no puedo. — Me niego y cierro los ojos cuando Brittany comienza a aplicar sombra sobre estos. Me mantengo unos minutos así escuchando como ellas hablan, cuando vuelvo a abrirlos veo que arriba de mi cama Brenda dejó un vestido negro para que usara.

— Es nuevo, deberías usarlo. — Me comenta Brittany cuando Brenda lo levanta para mostrarlo.  Lo compró mi madre el fin de semana pasado como regalo de felicitaciones por haber pasado la primera parte de la competencia, estuve esperando a alguna ocasión importante para estrenarlo y supongo que una fiesta es la perfecta. Se trata de un vestido ajustado sin escote delantero pero con una abertura en la espalda elegante, lleva piedras en el cuello y un cinturón dorado que va a juego.

— Oí que iban a ir todos los novatos del equipo de básquetbol, al final admitieron a todos, ya era hora de hacer un cambio — Dice la morena y tengo que darle la razón en eso, era tiempo de ver caras nuevas en la cancha, comenzaba a ser aburrido alentar en cada partido al equipo de siempre.

— Hayden está en ese equipo ¿no? — pregunta directamente hacia mi la rubia, ahora estaba concentrada e pintar mis labios y cubrir mis ojeras con corrector.

— Sí ¿Por qué? — La conozco tanto que sé que no solo pregunta por curiosidad ya me regala una risilla tonta cuando lo nota.

— Porque eso significa que lo verás. Si consigue una buena posición en equipo podría ser un novio perfecto para ti ¿no crees?

— Max es perfecto para mí — refuto— y no creo que le agrede el hecho de serle infiel en una fiesta. 

— A él ni siquiera le importa, es igual que Jonny — Bufa la rubia  comparándolo con su ex — Además deberías buscarte alguien que no te haga sentir ordinario en cada momento. Alguien que te haga sentir especial. Hablando de sentirse especial, volví con él. 

Ruedo lo ojos, no me extraña. Viven en una relación de odio-amor permanente. 

— ¿Pero no que querías liarte con tu compañero de dueto? — Cuestiona Brenda llevándose las manos a la cadera. Brittany le regala una mirada inocente pero suspira resignada cuando termina de maquillarme, también me había contado eso, parece que Marcus logró a fin de cuentas atraer la atención de la rubia.

— Pensé que lo haríamos; me invitó a su casa. Pero cuando llegué con mi mejor conjuntito de bragas, me lo encontré a él y a toda su familia haciendo un puto coro en la sala. ¡Un coro de iglesia! — Resopla y se tira sobre la cama— ¡Me invitó a asistir a misa con él! Nunca me sentía tan engañada— refuta. 

No aguanto la risa y suelto una carcajada, a la rubia se molesta por nuestra risa. 

— No piso una iglesia desde los once años, cuando el cura nos pilló a mi y su monaguillo a los besos en el confesionario. Nos tiró agua bendita, nunca vi a un cura decir tantas groserías como ese día — Suspira — Es una lástima que haya echado al monaguillo, era guapo.