Corregido
Finalmente dos horas después, la competencia se termina.
Y aunque no fue sorpresa para nadie, Hayden y yo gritamos con entusiasmo cuando dijeron que pasamos a la etapa final, al igual que Brittany y Marcus estábamos felices de celebrarlo, ahora solo resta esperar un mes más para concursar en la última etapa de la competencia.
Estoy contenta, agradecida y satisfecha con el resultado de haber sido la primera en encabezar a los tres mejores equipos que habían participado hoy. A fin de cuentas todo el esfuerzo ha valido la pena, y lo valdrá aún más cuando en un mes logremos ganar la competencia.
—¿Nos acompañas, Ash? — Indaga Brittany apareciendo detrás de mi y colocando sus manos sobre mis hombros, cuando estoy a punto de abrir mi casillero —Vamos a la cafetería para celebrar los resultados. ¿Vienes?
A un par de metros de nosotras están Brenda, Ashton, y los del grupo esperándonos.
—Voy — acepto y saco mi mochila luego de colocar la clave mi casillero para cerrarlo, saludo a Troy, el novio de Emma, Tiffany una de las chicas de clase de canto y a Emma que nos esperan junto a Brenda para dirigirnos todos juntos. Nos encaminamos hasta la cafetería pasando frente a las puertas del baño y me detengo frente a los cubículos para esperar a que pasen —Vayan yendo, ya los alcanzo.
Les aviso y entro a los baños. Voy hasta el lavamanos y dejo mi bolso para sacar mi neceser de maquillaje, me lavo la cara con agua tibia sacándome los restos que me habían quedado y justo en el momento que me dispongo a colocarme el corrector de ojeras, la puerta del baño se abre dejándome ver la silueta de una castaña casi rubia que viste con la clásica túnica del edificio de artes y lleva su pelo recogido en un moño.
La reconozco al instante y me alegro de volver a verla.
No habíamos tenido la oportunidad de presentarnos como es debido hasta este momento.
Es Delia.
—¿Tú eres la hermana melliza de Trent Grayson, verdad?— Rompo el silencio que se crea entre ambas luego de unos segundos de compartir el incómodo vacío entre ambas. Se aparta del lavamanos que antes estaba usando para quitarse la pintura de la cara y asiente sin mirarme.
—Para mí fortuna y desgracia — Afirma quitándose los broches que sujetan los mechones rebeldes de su pelo — Pero si me lo preguntas porque el tarado se ha metido en algún problema, te juro que no sé de quién me hablas, no lo conozco y nunca en la vida hablé con él. Es más ¿Quién me dijiste que era?
—No es por eso — me río secándome las manos con una servilleta pequeña que siempre llevo.
—Entonces si es porque mi hermano está enamorado de ti y ahora no deja de perseguirte y quieres deshacerte de él; puedo pasarte el número de mi mamá. Ya vas a ver como se le van todas la ganas de molestarte. Es un niño de mamá.
—No, no. Tampoco es eso — Le sonrío — Creo que soy yo la que te debe una disculpa por lo de la otra vez. Eso del beso y la escenita en la cafetería con Hayden... créeme que fue solo un malentendido, no es lo que tú piensas, él y yo solo somos amigos, él...digamos que me está ayudando con un inconveniente.
—Puedo imaginarme cual — Me dedica una mirada sincera — Y gracias por querer aclarar las cosas. Me caes bien Ashley, espero que tú también logres encontrar a alguien bueno que sepa quererte por lo que en verdad eres, todas las personas se lo merecen, es especial tú.
No sé si largarme a llorar o agradecerle, tiene una voz tan dulce que logra relajarme por completo y crees en sus palabras al cien por ciento. Ella se despide de mí segundos luego y se marcha del baño dejándome sola con mi tarea de seguir maquillando mis pómulos.
Yo salgo cinco minutos después y voy hasta la cafetería, busco con la mirada a mis amigos y los encuentro en la mesa de siempre, me acerco a ellos ocupando el asiento libre que queda.
—Estoy feliz por ustedes, chicas —Agasaja Tiffany cuando me siento en la silla frente a ella — Es una pena que no haya podido estar allí pero sé que han sido las mejores.
Tiffany es parte del salón AT1, comenzó la competencia con nosotros pero por un inconveniente familiar tuvo que bajarse de ella. La mayoría de las veces llegaba tarde a clase por cuidar de su abuelo y no tenía tiempo suficiente para preocuparse por componer canciones y escribir partituras.
—¿Cómo está tu abuelo? —Le pregunta la morena —Sabes que podemos ir a ayudarte cuando necesites.
—Les agradezco, pero mis padres piensan que es tiempo de que Peter y yo nos encarguemos de él, es lo mínimo que podemos ofrecerle luego de toda su ayuda, el Alzheimer lo está golpeando cada vez peor, hay veces que me confunde con la abuela, es triste ver como se ilusiona con eso, pero al menos pasa un par de horas feliz olvidando que está muerta — Se lamenta con una sonrisa triste apoyando su mentón en la palma de su mano —Peter ni siquiera se preocupa por él, se pasa todo el día pegado a la tele y no es capaz siquiera de preparar el almuerzo alguna vez.
El hermano de Tiffany es seis años menos que ella, está en su época de pre adolescente y lo que menos quiere hacer ahora es ser enfermero de un pariente.
— A veces creo que olvida que es el abuelo él que paga las colegiaturas de ambos, si no fuera por él, seguramente ese zángano y yo estaríamos estudiando en un colegio público. Tantos viajes y campamentos de su instituto se ve que le lavan la memoria.
—No dudes en llamarnos si lo necesitas —Comunico siendo sincera con mi ofrecimiento — Sabes que es solo cosa de que Brenda se aparezca por tu casa para que Peter comience a fregar como loco.
Y como todo pre adolescente de doce años, el pequeño crío tiene una especie de amor platónico con la morena.
Esta última blanquea la mirada con molestia bebiendo de su batido.
—La próxima vez que vea ese niño juro que le daré un buen golpe en la cara. Se lo tiene bien merecido — coloca sus brazos en jarras —No puedo creer que haya sido capaz de robarme a mi un beso, casi me mata