Una Castaña en Apuros

La mesa de los cuervos.

Hice la cama, arregle ropa que no necesitaba ser arreglada y me sente en el baño a esperar que los murmullos de fuera cesarán mirando mi pie lesionado. No podía entender lo que decían pero por lo tosco en el tono me hacía una idea de que era. Kathleen, Kathleen y Kathleen. Me desperté un par de veces anoche para asegurarme que mi teléfono no registraba llamadas perdidas, pero estaba igual que como lo dejaba cuando conciliaba el sueño nuevamente. Cero notificaciones. Revise sus redes sociales a primera hora de la mañana y mi corazón se detuvo por una milésima de segundo cuando descubrí borro todas las fotos con Issac. No le pude dar sentido a la acción. 

 

Mire por el ventanal de mi habitación consumida por el aburrimiento. Cobardemente me refugiaba allí porque no quería ver a nadie, concretamente, a nadie que se llamase Amanda o Issac. El pomo de la puerta giro deteniendo la entrada de aire a mis pulmones, me moví de mi posición dando saltos y cojeando para tomar uno de los tacones regados en el suelo de la habitación. Me resguarde detrás de la puerta al esta abrirse tomando ventaja de quien sea que se atrevía a venir aquí. 

 

Tessa se pinto frente a mi e inmediatamente baje el zapato. 

 

- Detrás de ti.  

 

Se asustó llevando su mano al pecho.

 

- Si no me matan ellos, lo harás tu. 

 

Deje caer el tacón de mi mano tomando asiento en la cama. 

 

- Si no es que llegan a mi cuello primero. -bromee sin ánimo. 

 

- Están locos, pero no tanto. -intento aligerar el asunto. Eleve mis cejas, incrédula- Tu ganas, les falta más que un tornillo. 

 

Observe mis manos sin saber que decir. 

 

- Vega, mírame. -pidió y lo hice- No todos pensamos que seas culpable, y creo que es más que obvio quien es la excepción. 

 

- Esa excepción es más molesta de lo que debería. 

 

- Lo se, créeme, lo se. -enfatizó lo último- Estuvieron toda la mañana con una presentación explicando porqué eres el motivo del cambio de Kathleen. 

 

- ¿Una presentación? -bufé- Dime que al menos usaron fotos lindas. 

 

- La portada eras tu con esas cejas pobladas tuyas. 

 

- Pobre de sus ojos. -respondí con tono de lastima. 

 

- Si, juraria que un pelo salio de la presentación y entro en mi ojo. 

 

Carcajee hasta el punto de tener lágrimas en mis ojos y dolor de barriga. Tessa no se encontraba en mejor condición.  

 

- Todo esto es muy loco, Vega. -hablo cuando las risas se detuvieron, limpiando su rostro- No me imagino como te estás sintiendo. 

 

- Mi cabeza es un remolino de pensamientos. -acomode mi cabello detrás de la oreja- Intento silenciar mis pensamientos para no hacer de esto algo mayor pero continúan allí, esperando que me distraiga para atacar con fuerza. -suspire- De verdad he repasado todo, Tessa. Desde mi llegada hasta el momento de ayer y no he hecho otra cosa más que pararme en una esquina en silencio. Mis conversaciones con Kathleen no alcanzaron puntos serios en ningún momento y juro que no jodidamente se que paso. 

 

- Deja de torturarte, Vega, no hiciste nada malo. 

 

Apreté el puente de mi nariz, frustrada. 

 

- Ese par no lo entiende. -apunte hacia fuera de la habitación, aunque sabia que ellos no estaban allí. 

 

- Yo te creo, y te apoyo. -me rodeo con los brazos, reconfortante- ¿Sabes por qué? Porque lo único que Kathleen hacía era hablar de lo maravillosa que eras cada día de esos tres años pasados y cuando accediste a venir solo lloro de la emoción, gritando y chillando. ¿Que no estuviste aquí? ¡Que mierda importa! Todos veíamos el precio descomunal de la factura del teléfono de Kathleen. 

 

- Explicame entonces porque parece que soy la personificación de su malestar. -replique. 

 

- La actitud de Issac me tomo fuera de base, ¿Pero Amanda? A ella la conozco y se que ser desplazada del reflector la pone histérica. -se levantó para caminar por la habitación uniendo los hilos- Kathleen y Amanda comenzaban a ser un poco más unidas pero nunca demasiado porque Kathleen detestaba ese lado malicioso de Amanda. ¿Recuerdas el vestido? Kathleen tuvo una discusión con Amanda sobre ello. 

 

- ¿Discutieron? ¿Cuando? -no llegaba nada a mi cabeza. 

 

- Esa misma noche que elegimos el vestido. Mi habitación está al lado y Kathleen fue un momento en la noche, las cosas se pusieron ruidosas. Puedo jurar que alguna le tiro un zapato a otra. 

 

- Kathleen me dijo que fue una confusión. -arrugue el ceño. 

 

- ¿Una confusión? -dejo salir una carcajada cargada de sarcasmo- Amanda es la mejor en lo que refiere a organizar eventos, ella nunca se confunde. 

 

- Pudo ocurrir una confusión, quizás discutían por otra cosa. -insistí. Aunque esa opción no era mejor que la otra- Sinceramente no se me da mucho el asumir, Tessa. Juzgo por hechos, y no por suposiciones. 

 

Me observó con ojos entrecerrados. 

 

- Eres todo un templo, Vega. Dame tu paciencia porque la necesitaremos para esta noche. 

 

- ¿Necesitaremos? -la mire de lado, cautelosa- ¿Por que eso fue en plural? 

 

- Kathleen organizó una cena para hoy. -mordió su labio dándome tiempo para procesar- Ellos quieren que siga en pie. ¿Tengo que decir la razón o captas rápido? 

 

Guarde silencio. Oh, no, sabia que era lo que sucedería. 

 

- No te preocupes, estaré allí. 

 

- No me preocupo, para nada. -mentí- Si no me gusta el rumbo que toma la cena puedo solo levantarme e irme. 

 

- En otras noticias, Tito ha estado descargando un montón de cajas. -cambio de tema- Parecen de mudanza. 



#19758 en Otros
#3037 en Humor
#31173 en Novela romántica

En el texto hay: amorverdadero, venganza, boda mentiras secretos

Editado: 16.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.