Una chica curvilínea | Bilogía Complejos I | Finalizada

18 Tregua

—Le platiqué a Lorenzo todo lo que había sucedido, y no lo podía creer. Aun así, conserva a Eddie —anuncia Mary.

—No veo la necesidad. Yo podría ser su repostera y repartidor si quiere, con tal de que Eddie no esté más por ahí.

—Deberías aprender a conducir primero, Irene.

—No es problema, tú me enseñas.

—No sé si sea buena maestra cuando estoy pasando por un lapso de confusión y frustración —menciona desanimada.

—Tú solamente te frustras si un chico te persigue mucho cuando solamente los quieres para pasar el rato. ¿Collin es así?

—No, de hecho, se han invertido los papeles. Le dije que quería saber dónde vive, pero siempre pone una excusa —explica Mary recostada en la cama con la cabeza colgando en la orilla sin dejar de deslizar su dedo en el celular.

—Espera, ¿lo han hecho en tu departamento? —inquiero sorprendida quitando la vista de mi libro.

—Sí. Los encuentros que hemos tenido han sido en mi departamento. Aunque no se queda, en cuanto terminamos se va.

—Pero, mencionaste en el hospital que Collin se había quedado contigo. Con mis problemas, no ahondé en eso.

—Sí, se quedó a esperarme porque estaba muy cansado y supimos lo que sucedió, así que corrí a hospital. Cuando volví, lo hicimos y se fue porque tenía guardia nocturna. Aunque hay veces que no la tiene y aun así no se queda.

—¿Tú vas en serio con él?

—¡Obvio! ¿Por qué no sería así?

—Porque tú no llevas a nadie a tu departamento si se trata de pasar el rato. Supongo que esa es tu confusión.

—Exacto, creo que estoy enamorándome de él, pero no veo indicios de él por mí. Es el Karma, Irene. El puto Karma me la está cobrando. No sé de qué otra manera decirle a Collin que no quiero pasar el rato. Es decir; salimos, conversamos, cenamos mientras discutimos qué es mejor: si Marvel o DC, vemos películas, tenemos sexo y se va.

—Suena a una relación.

—Sí, pero no es una relación como la tuya con Asher. Collin no me llama, no me envía un mensaje si no lo hago yo, no tiene detalles conmigo.

—Dale tiempo para que lo conozcas. Quizá él es así y quiere conocerte primero.

—¿Conocerme más? Me ha visto hasta donde no me da el sol. ¿Qué más quiere conocer? Asher no espera a que seas tú la que le envíe mensajes de buenos días. Por cierto, no me has dicho que pasó entre ustedes. Te quedaste con él y no te voy a creer eso de que no sucedió algo entre ustedes.

—Pues, no sucedió algo —menciono volviendo mi atención al libro.

—¿Y esta mañana?

—No dejaste que sucediera algo —reclamo.

—¡Ay no! Irene no puedes adjudicarme la culpa, pudiste no contestar —Ella se incorpora recargándose sobre sus codos—. Irene.

—¿Uh? —No dejo de mirar mi libro.

—¡Irene! —exclama logrando que me exalte, por lo que entonces la miro.

—¡Carajo! ¿Qué pasa, Mary?

—¿Qué estás leyendo? —inquiere al tiempo que se sienta para quitar de mis manos el libro, lo mira y después me lo regresa—. ¿Desde cuándo te interesa la lengua de signos?

—Pues..., desde ayer.

—¿Qué...? —Ella está confundida—. Irene.

—El hermano de Asher, él...

—¿En serio? ¿Y no es más fácil que Asher te enseñe? Podrías pasar más tiempo con él.

—No voy a estar todo el tiempo encima de él.

—Te gustaría, literalmente hablando.

—¡Mary! —Ambas reímos—. Quiero sorprenderlo, es algo que quiero hacer por mi cuenta.

—Oh, Irene —menciona con el ceño fruncido con preocupación y me alerto—. Te he perdido, estás muy enamorada.

—¡Tonta! ¿Por qué haces esas caras? Creí que ibas a decir otra cosa.

—No, es que en serio... Amiga, me alegro por ti, y mucho. Irene, te lo mereces y quiero que lo disfrutes.

—Será difícil —confieso—. Sus horarios son una locura.

—Pero encontrará el modo de ajustarlos a ti. Lo ha hecho desde que nos conocimos. Deberíamos ir los cuatro de fiesta, ¿no crees?

—¡Sí! Ahora que mamá está en casa fuera de peligro y sin Analí por aquí, deberíamos salir y divertirnos.

—¡Genial! —Se emociona y comienza a teclear en su celular—. Listo, solo esperemos a que responda.

—Será divertido.

Ella sigue en lo suyo con el celular, mientras yo continuo con mi libro tratando de aprender hasta que de pronto me doy cuenta de que se ha dormido, así que hago lo mismo.

• ────── ✾ ────── •

El día comienza y después de asegurarme de que mamá está cómoda, nos vamos a trabajar.

—¿Cómo estás? —pregunta Eddie mientras abotono mi filipina, lo miro por un instante sin dejar de estar en lo mío.

—¿Por qué sigues aquí?

—Aquí trabajo, igual que tú.

—¿En serio trabajas?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.