Una chica curvilínea | Bilogía Complejos I | Finalizada

22 Celebración

Después de lo sucedido, todo el ambiente se ha vuelto más ligero en casa. La compañía de Peter y Asher lo hacen todo armonioso.

Quiero suponer que mamá intuyó lo que sucedió entre él y yo, porque al día siguiente me dedicó una mirada cargada de complicidad, y su sonrisa me hizo creer que ella lo sabe.

Me pesa que casi no nos veamos, porque, aunque ellos viven ahora con nosotros, no ha habido mucho tiempo para pasar juntos. La primera semana Asher estuvo trabajando de día, por lo que llegaba muy cansado y, aun así, nos quedábamos platicando en la sala hasta que él se quedaba dormido, y no lo culpaba, no. La segunda semana le tocó trabajar por la noche, y no coincidíamos por la mañana, él iba hasta la repostería a darme solamente los buenos días y se iba a descansar. El fin de mes ha sido lo más esperado por mí, porque sus evaluaciones terminaron y nos encontramos en la sala esperando que publiquen los resultados.

Él camina de un lado a otro, ansioso, mamá y Peter preparan masa para donas y yo actualizo la página de resultados en el celular de Asher, ya que él está demasiado nervioso para hacerlo.

Un intento más y ya está...

—¡Actualizó! —exclamo poniéndome de pie y el momento se vuelve tenso.

Asher se acerca convirtiendo sus manos en puños llevándolos a su boca, esperando el resultado; mamá y Peter se acercan también con las manos empolvadas en harina.

Observo el celular y busco su nombre; O'Toole, O'Toole, O'Toole...

—¡Pero habla, Ranita! —pide mamá con desespero.

Mi mirada se pasea de mamá a Peter, y finalmente a Asher que ahora tiene expresión de preocupación.

—¡Aprobaste! —grito con emoción, y entonces las facciones de mi chico se relajan al instante, incluso deja salir algunas lágrimas y corro a abrazarlo.

—¡Pasé! —exclama emocionado.

—¡Felicidades, Asher! ¡Lo lograste! —celebro y después lo suelto para que mamá y Peter lo feliciten.

—Tuve mucho apoyo, eso es seguro. Sin todos ustedes, no lo habría logrado.

—¿Qué dices? El mérito es tuyo —digo cruzándome de brazos—. Te esforzaste.

—Esto merece celebración —anuncia mamá—. ¿Qué hay de Collin? ¿También se ve si pasó? —pregunta con curiosidad.

—Sí, sí pasó, me acaba de enviar un mensaje —avisa Asher mirando su celular.

—Perfecto para Mary, que ya tiene los planes desde hace como un mes para salir —anuncio—, estoy segura de que verá esto como una oportunidad.

— Pues disfrútenlo, Ranita —anima mamá.

—Bien, tengo que irme —digo tomando mi bolso.

—Te dejo de paso, Corazón —dice Asher tomando las llaves de encima de la chimenea—. Tengo que ir con el abogado, iremos al despacho que tiene el caso para llegar a un acuerdo.

—Genial, vamos. Mamita, nos vemos al rato —digo dándole un beso, después me acerco a Peter para abrazarlo y al incorporarme, hago mi mejor esfuerzo con las manos—: Guárdame donas.

«Lo haré, las mejores» —Mi comunicación con él, mejora poco a poco y le entiendo más cosas.

Asher y yo salimos de casa conversando sobre lo difícil que fue para él la evaluación final del primer año.

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Los sábados no trabajo en la pastelería a menos que se tenga un pedido en especial, y una vez terminado, me encuentro guardando mis cosas en el casillero.

—¿Has hablado con tu hermana? —pregunta Eddie recargado a un costado de mi casillero, cierro la pequeña puerta y me encamino a la salida seguida de él.

—¿Por qué hablaría con ella si me odia? —pregunto a modo de respuesta.

—Pero tú no la odias, no eres capaz —asegura y tiene razón.

—Es mi sangre. ¿Qué puedo hacer, sino aguantar el hecho de que una persona tan malvada como ella y yo la compartimos?

—Hablar con ella. Está mal..., mi hermano y ella no están en muy buenos términos. Ella no está bien con él..., no está segura.

—Es tu hermano, deberías hablar entonces tú con él —sugiero de una deteniendo mi andar para encararlo.

—Ya lo hice, y no salió muy bien que digamos.

—Bien, hiciste el intento. A mí no me concierne meterme en esos asuntos.

—Irene... —insiste.

—No hay manera —Me mantengo firme cruzándome de brazos—. Ella dejó claro desde hace muchos años quién era su prioridad. Además, ¿qué te hace pensar que ella quiere mi ayuda si te pidió que jugaras conmigo hace años? Ella nunca me ha querido, Eddie. Viste lo que le hizo a mi madre.

—¿Y si te digo que fue manipulada todo el tiempo por Carlos y lo de la intoxicación de tu madre fue obra de él y no de no ella?

—Te diré que ella pudo haber evitado eso, pero no lo hizo. Cada uno actúa por su propio juicio, y los insultos de Analí no me parecieron actuados ni forzados.

—Supongo que no habrá manera de convencerte. Definitivamente, no eres la misma, Irene.

—Qué bueno que hayas notado eso, creí que no lo había dejado claro.




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