Una chica curvilínea | Bilogía Complejos I | Finalizada

25 Sin compromiso | Mary

Mary

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—¿Y quién era esa tipa? ¿Tú lo sabes? —pregunto sin dejar de observar la decoración que hay a mi alrededor mientras nos encaminamos a una gran y enorme estancia, y no, no me tomo la molestia de disimular.

—Es una ex de Ash. No terminaron muy bien que digamos, su relación fue desastrosa y lo único bueno que pasó con ellos fue que terminaran —Las manos de Collin buscan mi cintura y no puedo evitar sonreír cuando sus labios dejan besos húmedos sobre mis hombros desnudos—. Pero eso no es de nuestra incumbencia, mejor nos concentramos en nosotros.

Él se sienta sobre uno de los elegantes sillones, toma mi mano con una clara invitación a sentarme sobre sus piernas. Sus besos se han vuelto una adicción para mí, y no quiero parar, pero me preocupa mi Curvy.

—¿Crees que ellos van a estar bien? —pregunto entre cada respiro que Collin me permite dar sin dejar de recorrer mi cuerpo con sus manos.

—Ash no es mala persona —responde entre jadeos—. Lo solucionarán. Él está más que loquito por ella. No la dejará ir fácil.

Sus palabras me hacen reflexionar si acaso él sentirá lo mismo.

—¿Y tú? —pregunto con clara intención de no quedarme con la duda.

—¿Irene? Es linda, pero Ash es mi amigo y hay una línea que respeto —Dejo el jugueteo que tenemos de lado, coloco mis manos sobre sus hombros y lo miro con seriedad. Desconcertada en realidad, pero él parece no comprender porque me mira cuestionando en silencio mi reacción—. ¿Qué pasa? ¿Estás cansada? Creí que el festejo se extendería hasta mi cama —menciona con picardía.

—Espera..., vamos por partes —pido soltando sus hombros y mis manos se deslizan hasta su pecho—. Yo..., te pregunté si te sentías igual que Ash, pero con respecto a mí, no de Irene —aclaro.

—Ah, carajo —musita, comprendiendo que no era lo que debió responder.

Echa su cabeza hacia atrás descansando la nuca y sus brazos sueltan mis caderas para extenderse a sus costados recargándolos sobre el respaldo del sofá.

—¿Solamente estarás conmigo para saciar tus ganas? —inquiero aguantando las ganas de llorar.

—No, Mary... —dice incorporándose en cuanto me alejo de su regazo para enfriar mi cuerpo. Doy unos pasos hacia el ventanal que hay en la estancia y que deja ver a Ash con Irene en la piscina donde están sentados conversando.

—¿Sales conmigo solamente por ellos? —cuestiono observando sus espaldas.

—Creí que estábamos pasando un buen rato —confiesa colocándose a un lado mío para observar a nuestros amigos. No digo nada—. No tengo novia. ¿Ok? No estoy interesado en tener compromisos, y creí que tú pensabas igual y por eso nos estábamos entendiendo.

—¿Qué yo no quiero compromisos con nadie? ¿De dónde sacaste eso?

—Tenemos un amigo en común, y no hablo de Asher.

—No entiendo —Él empieza a dudar, no sabe si continuar o no, y no quiero quedarme con dudas de absolutamente nada—. ¿De quién hablas?

—Hay..., hay un colega del hospital que te reconoció por una fotografía de Ash que le mostró a nuestro grupo. Él estaba presumiendo a Irene, y tú sales en la foto; es la principal que tiene de perfil ella en su Facebook. Él mencionó que te conocía, que habían salido un par de veces a divertirse y no pasó a más, le dejaste claro que no querías compromisos.

—¿Y por un imbécil con el que me acosté un par de noches, decidiste que era una chica fácil que puedes llevarte a la cama cuando quieres? —Él se queda en silencio, no responde y eso es peor—. Carajo...

—Mary...

—No. Creo que, debiste ser claro desde el principio —alego sin poder retener las lágrimas.

—Pensé que las cosas eran claras.

—¡Si hubieran quedado claras no me habría enamorado de ti, idiota! —reclamo molesta, con las mejillas empapadas en lágrimas.

—No tenía idea de...

—¿Collin? —Una voz femenina que proviene de las escaleras interrumpe nuestra discusión.

Ambos nos giramos buscando a quien lo ha llamado. Es una chica morena, de cabello exageradamente rizado y con una piel que parece llevar un filtro difuminarte porque se le ve hermosa, hasta el brillo que se refleja por la luz se ve en color mate.

Que envidia.

Ella se ve adormilada; estaba durmiendo, eso es obvio. Lleva una camisa de Collin, se la he visto a él antes.

—¿Vane? ¿Qué haces aquí?

—La chica del servicio es un amor, me dejó entrar —dice sin cuidado con una melodiosa voz que hasta a mí me ha dejado impactada. Me mira y me sonríe—. Hola.

Volteo para ver a Collin, pero él no me regresa la mirada siquiera.

—Tienes que irte ahora —demanda a la chica que, en vez de ofenderse, sonríe como si se tratara de una broma.

—Pero..., quería darte una sorpresa. Tenemos que festejar que aprobaste tu primer año de internado.

—¿Cómo supiste eso?

—Tengo mis medios —menciona con evidente coqueteo—. ¿Quién es ella?




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