Una chica curvilínea | Bilogía Complejos I | Finalizada

Epilogo

—¡Es que no puedo creerlo! —exclama Mary siguiéndome por el departamento mientras me dedico a hacer una rica comida para mi esposo. Se siente tan raro aún el decirlo.

—Mary, no fue en mal plan.

—Eso fue muy egoísta. Es decir, yo tenía qué ser tu dama de honor como tú fuiste la mía, Irene. Al menos pudieron invitarnos a Collin y a mí. ¿Tienes al menos una foto?

—En mi celular —digo centrándome en la rica pasta boloñesa que ya casi está lista.

Ella no pierde más tiempo y corre a buscar mi celular para ver las fotos que tomamos.

—¿Te casaste con el vestido de dama de honor?

—¿Qué otra cosa podía usar? —cuestiono a modo de respuesta apagando el fuego y me acerco a ella para sentarme en la sala.

—Ay no, Irene. ¿Es en serio?

—¿Qué?

—Después de todo este tiempo, ¿aún tienes inseguridades con tu cuerpo? —pregunta preocupada y no hago más que bajar la mirada.

—No es tan fácil, Mary.

—Tienes a un hombre que te ama tal y como eres, yo te amo tal y como eres. Tu familia te ama tal y como eres. ¿Qué más necesitas?

—Mary, no quiero ser el centro de atención. Es verdad que aún tengo inseguridades, pero más que nada, tú siempre conociste mi sueño de que fuera en Las vegas con un Elvis.

—Siempre pensé que era una fantasía retorcida, tuya, más que un sueño, pero si ya lo decidiste así, está bien. Ya está hecho, y al menos tomaron fotos bonitas. ¿Qué dijo tu mami?

—Que si lo hice así, tuve mis razones y que iba a respetarlo.

—No te molestó con eso la bruja de Analí, ¿o sí?

—No.

—¿Sigue metida en casa de tu mami?

—Sí, y creo que ha cambiado, o eso intenta.

—¿Cambiar? Sí, claro, como las víboras de piel será. Y con nuevo veneno.

—No creo, Mary. Analí está pasando por una etapa en la que jamás pensé llegar a verla. Rechazó a Lorenzo diciéndole que no estaba preparada para salir con alguien en estos momentos. Y que hiciera algo así pensando en la otra persona, ya habla mucho de ella.

—Vaya, si Lorenzo no pierde oportunidad.

—Es un hombre romántico, ella le gusta. ¿Qué querías que hiciera?

—Que se quedara con Lorna, es más sano para él —Ambas reímos y escuchamos la puerta abrirse.

—¿Qué huele tan delicioso? —Escucho preguntar a Asher en cuanto me levanto del sofá para recibirlo con un abrazo.

—Nuestra comida —respondo y le doy un beso a mi bello doctor.

—No sean tan empalagosos —regaña Collin buscando a Mary para hacer lo mismo.

—Es mejor no hablar, Cariño —menciona ella con una gran sonrisa—. ¿Y cómo les fue?

—Excelente —responde Collin—. Pero a Ash le fue mucho mejor.

—¿Ah sí? ¿Por qué? —inquiero sentándome esta vez en el comedor, seguida del resto.

Asher coloca encima de la mesa lo que parecen ser unos boletos.

—Cortesía del hospital —menciona y los tomo para verlos.

—Ash ha sido el que sacó mejor puntuación del equipo en el examen pasado, así que lo han premiado con un viaje pagado.

—No sabía que tuvieran esos beneficios —menciona Mary.

—Pues, sí, Cariño. Es un hospital universitario.

—¡Genial! ¿Y a dónde se irán? —pregunta Mary y yo espero a que Asher responda.

—En realidad no iremos.

—¿Por qué no? —pregunto decepcionada porque parecía ser una buena idea.

—Porque estarán en esa semana los directivos de un prestigioso hospital —responde Collin—, y evaluarán nuestras especialidades. Es la oportunidad perfecta para conseguir un buen lugar donde fijarnos como titulares.

—No pueden perderse esa oportunidad —menciono dándole la razón.

—Exacto, y siendo Ash el que tiene mejor puntuación, lo tendrán en la mira —razona Mary—. Definitivamente, lo conseguirán, chicos.

—Tenemos qué. No puedo conseguir esto solo —dice Asher mirando a Collin—. Hemos comenzado esta carrera juntos, sería un desastre separarnos ahora.

—Pero quede quien se quede, no dejaremos de ser los mismos —asegura Collin.

—Entonces, ¿qué harán con esos pasajes? —inquiere Mary.

—No lo sé, supongo que dejaremos pasar la oportunidad.

—No tiene por qué ser así —menciono pensando en una mejor idea. Todos me observan esperando que les diga lo que se me acaba de ocurrir—. Bueno, Peter quiere conocer Italia y conozco a la persona perfecta que puede llevarlo.

—No estarás hablando de la víbora, ¿o sí? —inquiere Mary con mirada juiciosa.

—Mary, ella necesita salir y superar a ese imbécil. Debe buscar su camino y encontrarse a sí misma, rebuscar en ella la persona que quiere ser, y de paso ayuda a Peter a desenvolverse. Será solo un tiempo, lo que duran las vacaciones de él.




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