Una Chica de Color

¿Celoso?

Me despierto desorientada con algo de incomodidad en todo mi cuerpo, los rayos del sol se filtran entre las cortinas para terminar justo en mi cara, siempre a mí, me levanto de la cama lentamente y voy hacia el baño, me paro frente al espejo, viendo el horrible reflejo que me devuelve, tengo el maquillaje corrido, sigo con la ropa de ayer y tengo los ojos un poco hinchados, en fin, soy un desastre.

Recojo mi cabello con un pequeño moño flojo en lo alto de mi cabeza y me despierto con agua fría en mi cara, la lavo hasta que no tengo ningún rastro de maquillaje en ella, sacudo mis manos quitando el exceso de agua en ellas, lentamente me quito la ropa tirándola al cesto de la ropa sucia y camino hasta la ducha en el camino tiro la moña a cualquier lugar del baño.

Giro la llave regalando la temperatura del agua y me pongo debajo dejando que el agua me recorra de la cabeza hasta los pies, mientras pienso que estupidez hice anoche, mira que llorar por eso, si es boba, me dice mi subconsciente que no aparece en peor momento, lo obligo a callar y tomo el shampoo, vierto un poco en mi mano y empiezo a enjabonar mi cuero cabelludo terminando con medios y puntas, lo enjuago y continúo aplicando acondicionador.

Mientras este hace efecto tomo la esponja junto con el gel de baño que me encanta, huele a frutos del bosque, lleno la esponja de jabón y la exprimo haciendo espuma luego cierro la llave y empiezo a enjabonar todo mi cuerpo tallando con fuerza, queriendo borrar el ridículo que hice anoche, solo a ti se te ocurre, suelto un  suspiro cuando termino abro de nuevo la llave y dejo que el agua elimine todo el jabón de mi cuerpo.

Estiro mi mano fuera de la ducha hasta tomar una toalla y envolverla en mi cuerpo, tomo otra y seco el exceso de agua en mi cabello para luego envolverlo en ella, salgo lentamente de la ducha y camino hasta mi habitación, me visto rápidamente con un short blanco y una blusa de tirantes roja, tiendo mi cama, camino hasta la cocina mientras tomo mi teléfono y lo enciendo viendo varias llamadas perdidas de un numero desconocido y una de Alexander ¡No puede ser!¡Es de Alexander! 

No quiero que me afecte así que borro la llamada y  meto el teléfono en mi bolsillo trasero después de ponerlo en vibrador, llego a la cocina y busco algo de cereal junto con leche, los pongo en un plato y camino hasta el salón para empezar a comer mientras miro algo de televisión, luego de un rato siento el teléfono vibrar en mi pantalón y sin mirar quien es, contesto.

-¿Hola?- Contesto al instante.

-¿Quien es?- Pregunto al no obtener respuesta.

-¿HOLA?-Decido colgar al no tener contestación del otro lado de la línea.

Termino de desayunar y decido ir por mis audífonos poner un poco de música y limpiar la casa, tomo mi cabello en un moño apretado y empiezo por mi habitación, saco la ropa sucia, la llevo a la lavadora y la acciono. Vuelvo a mi habitación, paso la aspiradora, limpio el polvo y lavo el baño.

Continúo con el baño principal, la habitación de huéspedes, la cocina y termino por el salón, limpio el polvo, paso la aspiradora y cambio de lugar algunos muebles, me dejo caer sobre el sofá cuando termino respirando pesadamente.

Voy a la cocina por un botella de agua fría y me lo bebo rápidamente, suelto mi cabello de su prisión y pongo pausa a la música al sentir una vibracion anunciando la llegada de un mensaje, entro a WhatsApp y miro un audio de Anna.

– ¡Hiciste el oso de tu vida! Necesitamos hablar, películas, helado y comida en tu casa. ¡Voy en camino! Ah, yo llevo el helado.

¡Acabo de limpiar! ¡No puede ser! Me resigno a que pronto llegará y voy hacia la habitación por unas colchonetas, las pongo frente al televisor, llamo a un delivery para pedir una pizza familiar de peperoni  y me siento a revisar Facebook, mientras espero a Anna.

Unos veinte minutos después llega, con helado, la pizza que imagino le entregó el repartidor en la entrada y su hermano Felipe, que amo y es mi asesor de imagen, es hermoso pero es gay, aunque es muy varonil y no se nota.

Me apartó para que entren y apenas nos sentamos me interrogan como solo ellos saben, les respondo todo y después de insultar a Alexander, entre risas y bromas ponemos las películas mientras comemos.

Unas horas después se escucha alguien tocando en la puerta, nos callamos y nos miramos interrogantes, me levanto y voy hacia la puerta, la abro y lo que veo me sorprende.

Es Alexander con unas rosas hermosas en la mano, está vestido casualmente con un toque de informal, tiene jeans, zapatillas y una básica camisa color rojo, lo detallo totalmente hasta que una risa de parte suya me hace reaccionar.

– Uh, hola, quería disculparme por lo que pasó anoche, no he podido dejar de pensar en lo que hice mal - Inicia disculpándose.

Estoy punto de contestar cuando una voz me interrumpe haciendo que las facciones de mi jefe pasen de relajadas a enojadas en cuestión de segundos y que aprete con fuerza las lindas flores que trae, esperen, ¿está Celoso? .

– ¿Quién es, cariño? – ¡¿NO TE PODÍAS QUEDAR CALLADO, FELIPE?!

- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -

 

Hola a todos, gracias por sus mensajes.

Habia estado muy ocupada pero...

Volví!!!!

Haré actualizaciones los Jueves y Domingos.



#32593 en Novela romántica

En el texto hay: jefes, colombiana, afro

Editado: 10.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.