Una Demonia para un Ángel y Un Ángel para la Demonia

CAPÍTULO 04

Isis.

—¿Dinos que es lo que sucede Isis?

—No sucede nada chicos.

—Isis, no nos mientas, aunque no sentimos el olor de que mientes, algo me dice que si mientes.

—Yo arreglo mis problemas.

—Eso quiere decir que si sucede algo, que tienes problemas.

—Sí, pero yo me encargo de ello.

—¿Son esos lobos los que te molestan verdad?

—No me hables con tu tono de Alpha no soy ninguno de tus perros Zarek—. Digo molesta, los miro y ahí es donde me doy cuenta de cómo sonó eso.

—No sabía que nos odiaras tanto.

—No los odió, es que me molesta que me hables con tu tono de Alpha—. Suspiro. —Lo siento no fue mi intención.

—Descuida, sabes que aquí estamos para lo que necesite Isis, eres nuestra hermana y siempre debemos estar juntos en todo como mamá y papá nos enseñaron.

—Lo sé, pero también nos enseñaron a enfrentar nuestros problemas.

—Sí, pero no solos, Isis.

—Pero yo los quiero enfrentar sola, son mis problemas.

—Está bien, no vamos a interferir aún, pero si nos necesitas sabes que estaremos para ti.

—Lo sé.

—Dejemos el sentimentalismo a un lado y vayamos por mamá y papá para ir a la isla quiero ir hoy mismo.

—No será que le estás huyendo a alguien—. Le digo a Danisha.

—Por favor no lo invoques —dice ella de manera dramática.

—No creo que lo invoque, la única que lo puede invocar eres tú—. Le sonrió.

—Déjame descansar de ese por favor, tú te salvas por que no eres loba o tienes parte de licántropo —dice haciendo una mueca.

—Por suerte no y no tendré que lidiar con una pareja destinada —digo alegórica.

—¿Qué envidia podemos cambiar de vida? —niego.

—No creo que quieras lidiar con mis cosas — digo con tristeza.

—Podrían cambiar de tema —dice Arian.

—Si como vamos a convencer a mamá y a papá que nos vayamos hoy mismo.

—No tiene porque hacerlo—. Casi que doy un salto de gato al escuchar a mamá tras nosotros.

—Mamá casi me provocas un soponcio —llevo mi mano a mi pecho.

—¿En verdad quieren ir ya para la isla? —pregunta mamá.

—Si mami, podemos ir porfis—. Decimos todo a la vez, papá se para al lado de mamá y los miramos con carita de cachorrito.

—Bueno podemos hacer una exención no amor, creo que últimamente hemos estado muy presionados por aquí, así que debemos pensar en ir a despejarnos un poco de nuestras obligaciones.

—Sí —Gritamos todos como si fuéramos niños.

—Mamá puedes ir por Maikel.

—Ir a donde.

—¡Maikel! —Exclamamos Danisha y yo.

—No sabia que me extrañaban mucho.

—Si te extrañamos muchísimo —nos abalanzamos sobre él.

—Y nos vamos o nos quedamos, tenemos que armar la parrillada.

—¿Iremos a casar Zarek o ya no lo heces? —pregunta Maikel.

—Es uno de mis deportes favoritos —dice Zarek levantando una de sus manos.

—Yo me uno, puedo o me dejaran por fuera alegando que soy pequeño —dice Arian.

—Creo que es hora de que te unas Arian—. Si como siempre Maikel y Zarek siendo los machos Alfas.

—¿Y nosotras que haremos? —Pregunta Danisha.

—Creo que darles una lección por no invitarnos a sus cacerías —digo con media sonrisa.

—Me gusta como piensas —Danisha mueve sus cejas de forma divertida.

—Yo por mi parte ayudaré a mamá, prefiero dejarles la caza a ustedes—. Dice Yandar.

—Como tu quieras Yandar—. Mamá abre el portal para ir a la isla.

Después de cruzar me cambio al igual que Danisha.

—¿Para donde van ustedes dos pequeñas revoltosas? —Giramos hacia papá.

—Pues papá verás nosotras...

—Iremos a cazar.

—¡Danisha! —exclamó.

—Qué, odio los secretos y mentiras, me gusta ser recta—. En eso Danisha tiene razón, además de ello es tan directa.

—Era una sorpresa, queríamos sorprenderlos o al menos yo.

—Me hare el sorprendido —dice papá.

—Ya no cuenta papá —digo fingiendo estar triste.

—Yandar ve con Isis y Danisha —dice papá llamando a Yandar.

—¿A dónde van? —pregunta él.

—Iremos a cazar —decimos Danisha y yo a la vez.

—Pero si Maikel y Zarek..

—Si lo sabemos, pero nosotros iremos por otra presa no Isis —dice Danisha divertida.

—Si—. Aunque no sabía cuál era esa otra presa.

—Bueno vamos.

—Tengan ciudad por favor, niñas.

—Papá, cuanto tiempo tenemos viniendo aquí por favor—. Nos desplazamos junto con Yandar.

—Papá se preocupa por ustedes.

—¡Demasiado! creo que mamá debería pensar en darle otro hijo para que se olvide de nosotras—. Dice Danisha.

—Eso lo dudo—. Dice Yandar sonriendo.

—Yo también lo creo—. Digo resignada. —¿Y cual es esa presa por la que vinimos?

—Sería genial pescar un gran pez, estoy cansada de comer carne—. Se queja Danisha.

—Si podemos hacer sushi—. A Yandar se le iluminan los ojos. —Yo me comprometo hacerlo.

—Bien, yo hago las brochetas—. Digo emocionada.

—Yo te ayudo—. Asiento nos desplazamos al mar buscamos un pez grande, aunque los peces aquí miden como un metro más o menos, ya que la isla es inexplorada por el ojo humano, además la guardiana siempre está aquí con su novio o esposo.

Al tener a nuestra víctima lo acorralamos y yo me encargo de atraparlo.

Después de tener nuestro presa lo limpiamos y lo llevamos a la cabaña para prepararlo. En la noche comemos hasta saciarnos.

—Estuvo delicioso ese sushi y esas brochetas—. Nos alga Maikel.

—Era obvio Isis, Yandar y yo la preparamos—. Sonrió.

Después de unos cuentos de terror según Arian nos vamos a dormir, en la mañana me levanté temprano y fui a explorar, el bosque me da tranquilidad y seguridad.

—Pequeña Isis que haces tan sola por aquí.

—Hola Semyazza que haces aquí.

—Nada quise relajarme un poco, le pedí permiso a tu madre.

—Okey.

—Además Abu Yaria dijo que necesitas entrenamiento.

—Podemos hacerlo después, me gusta entrenar y eso.. pero necesito un descanso y tratar de ir con mente positiva para el nuevo instituto.




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