La luna es hermosa ¿no crees?
Las personas siempre hablan de lo hermosa que es, pero nunca de lo solitaria que se siente.
Tu eres la luna, hermosa y solitaria.
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- Volaste de regreso tan rápido como pudiste... mis espadachines fueron casi todos eliminados. Es posible que haya un miembro de las 12 lunas demoníacas ahí. - Hablaría un hombre de cabellos negros, acariciando la cabeza del cuervo que estaba entre sus piernas. - Parece ser que necesitamos enviar "Pilares" al lugar; Giyū, Shinobu. -
- Órdenes recibidas. - Responderían al unísono dos personas más, quienes estarían detrás del hombre que acariciaba el cuervo.
- Sí pudiéramos llevarnos bien juntos, todo sería mejor, sin importar si son humanos o demonios. ¿No piensas lo mismo Tomioka-san? - Dijo la joven con una sonrisa.
- Mientras los demonios sigan comiendo humanos, ese pensamiento solo es una fantasía. - Respondió el joven a su lado.
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Levántate.
Hey vamos, levántate.
Despierta, hey.
¿¡Hasta cuándo piensas dormir!? ¡levántate ya!
Un joven de cabellos rojizos despertaría de golpe al escuchar como alguien lo llamaba, sin saber donde estaba.
- ¿Es él? Pensé que el espadachín que viajaba con un demonio sería más llamativo, pero es de lo más normal.- La voz de un hombre se haría presente con aquellas palabras, el viento movía un extremo de una venda que cubría su cabeza.
- ¡Si! Vamos a celebrar su juicio ¿cierto? - La voz de otro también se escucharía, sus hebras rubias también se movían con la brisa, aparentaba ser como una viva llama. - ¡Entiendo! -
(Protegió a su hermana después de que se volviera un demonio... ¡Qué amor fraternal tan puro!) Pensaría una joven de cabellos rosados, tendría su mano hecha puño cerca de la comisura de sus labios.
- ¿Quién...? - El pelirrojo que estaría en el piso, boca abajo y atado de manos se callaría al instante en el que, el mismo hombre que lo despertaba le diera un sermón.
- ¡No hables! ¿Acaso no sabes dónde estás? ¡Estás frente a los pilares! - Diría un hombre al cual apenas y se le veían los ojos por la vestimenta que traía.
(¿Pilares? ¿Qué pilares? ¿De qué habla?¿Quién es esta gente?
¿Donde estoy?) Pensó el pelirrojo confundido.
- Esta es la sede de los asesinos de demonios. Estás a punto de ser juzgado, Kamado Tanjiro. - Hablaría la joven con un broche de mariposa, observando al chico tranquilamente. - Antes de iniciar el juicio, hay que explicar de qué se te acusa. -
- ¡El juicio no es necesario! Proteger a un demonio va contra las normas. ¡Podemos solucionarlo nosotros! ¡Decapitémosle junto al demonio! - Interrumpió el hombre cuyo cabello asemejaba una llama viva, se podía notar el entusiasmo de sus palabras, aquel hombre era conocido por ser el Pilar de la llama, Rengoku Kyojorou, además de que parecía que tuviera brillos a su alrededor.
- Le cortaré la cabeza de forma vistosa. Verán la salpicadura de sangre más llamativa de su vida, no podrá ser más vistoso. - Ahora las palabras las tenia otro hombre, corpulento y con un cuerpo muy bien formado, conocido por ser el Pilar del sonido, Tengen Uzui.
(¿Qué? ¿Vamos a matar a un chico tan lindo? Me duele el pecho de solo pensarlo...) Pensaría la joven pelirosa con una mirada preocupada observando al "criminal" siendo ella, la Pilar del Amor; Kanroji Mitsuri.
- Qué niño más desarrapado. Pobrecito. Me compadezco de su nacimiento.- Hablaría un hombre que lloraba, tendría sus manos juntas como si estuviera rezando, aquel hombre era el mayor de todos, Pilar Roca, Himejima Gyomei.
(¿Qué forma tiene esa nube? ¿Cómo se llamaba?) Un azabache con orbes mentas pensaría observando el cielo, con una mirada perdida y sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor, Pilar Niebla, Tokito Muichiro, el más joven de todos.
(¿ Y Nezuko?
¡Nezuko!)
- No mires a otro lado mientras hablan los Pilares. Son los 10 mejores espadachines de los asesinos de demonios.- Aquel hombre con vestimenta rara era un kakushi de la organización.
- Los Pilares...- Respondería observando a las personas que tenía en frente, pero el Kakushi había dicho "10" y solo habían 6 de ellos.
Matémoslo.
¡Sí!
Si, de forma vistosa.
El pelirrojo trataría de moverse, buscando con la mirada a su hermana menor.
- ¡Eh! ¡Tú! -
- Nezuko... ¿Dónde estás, Nezuko? - La voz del joven apenas y se podía escuchar, era bastante obvio que estaba adolorido. - ¡Nezuko! ¡Zenitsu! ¡Inosuke! ¡Murata! -
- ¿Y qué hacemos con Tomioka? Me duele la cabeza de solo pensar que no está maniatado. Pero según Kocho, él también incumplió las reglas.- Un hombre cuya boca estaría cubierta por unas vendas, tendría una serpiente albina de ojos rojos en su cuello, este se encontraba en la rama de un árbol señalando algo y mirando fijamente a algo o a alguien, Era otro Pilar, Pilar serpiente, Iguro Obanai .- ¿Cómo lo castigamos? ¿Cómo asumirá la responsabilidad? ¿Cómo lo torturo? ¿Porqué no dices nada, Tomioka? -