una estrella en lo alto

Por ultima vez

Aquí estoy nuevamente. Me encuentro escribiendo la parte final de mi vida, siempre soñando con que esto nunca tendría un final, pero como todo en la vida suele terminar, algunas veces de una manera amena y otros finales son trágicos, he llegado a la recta final, la vida no ha sido fácil, y a pesar de la corta edad y escuchar que tengo una gran vida por delante he llegado a pensar que esto no fue hecho para mí, la vida me ha dado tantas lecciones, y me ha enseñado a abrir las alas y volar, pero eso es solo en mi mente, ya que la realidad me ha hecho volar entre dulces mentiras y verdades crueles.

No puedo entender como mi vida está llegando a su final, cuando era niño me emocionaba pensar en tener un año más, pero cuando creces te das cuenta que en realidad cada día que pasa es uno menos para estar aquí.

Y nunca nadie nos enseña a aceptar eso, solo nos enseñan a reír y festejar cuando añadimos un año más a esa lista de momentos vividos, pero nunca nos enseñan a ver de esa forma cuando a alguien se le acaba el límite de momentos para vivir.

Hoy probablemente sea el último capítulo de lo que un día empecé, se me hace difícil saber cómo llegue aquí, en ocasiones quisiera poder seguir caminando pero me es imposible, y el ultimo día está cada vez más cerca, solo me resta aceptar que mi final ha comenzando, mi partida será inminente y no habrá marcha atrás, es tiempo de volver a abrir mis alas y volar de regreso a casa, dejando huella en aquellos que siempre han estado junto a mí, lamento tener que irme pero es necesario hacerlo  para poder nacer nuevamente y cuidar de alguien en otra forma, tristemente hoy me encuentro escribiendo los últimos momentos de mi vida, de esta historia que para algunos fue bella y para otros trágica, y es así como el final de lo que empezó cuando llegue aquí por primera vez ha llegado, es momento de cerrar los ojos y dormir, soñando una vez más que camino sobre ese campo con pastos verdes y suaves donde puedo recostarme durante el día para apreciar las maravillas de ese hermoso cielo azul y las nubes que lo acompañan, así mismo al anochecer poder admirar el brillar de las estrellas, recordando esa forma en la cual  un día mi alma brilló…

Lamento que todo suceda de esta manera, y siento aún más que la despedida tenga que ser así, pero es la única forma en la que he podido reunir a más de uno  en este momento, en especial a ti… Es triste, lo sé, y también a mí me duele saber que no te volveré a ver, sé que tan solo pensar en esta la última vez que nos veremos tu alma se destruye y los muros que protegían a tu corazón se derrumban a pedazos haciendo que tus ojos se cristalicen y se derritan a la par que lees esta mi última carta. Tal vez, mi despedida final.

En este momento mientras escribo esta carta mis ojos se inundan de lágrimas que caen al recordar esa tarde donde nos encontramos tirados en el pasto viendo la forma de las nubes, y ese momento en el que con una sonrisa nos fuimos acercando hasta unir nuestros cuerpos en un beso, que rompió todas las expectativas, ya que no solo duro en minutos, sino que junto a él pude volar y sentir el ritmo de tus latidos, los cuales encendieron en mí una llama que hace tiempo se había apagado. ¿Duele recordar?, si, duele hacerlo, pero, ¿sabes? Duele más saber que te tengo que dejar…

¿Sabes? Aún recuerdo esa noche fría en la cual nos aventuramos sin conocer nuestro destino, veo en mi mente ese momento en el que al llegar comenzamos a caminar bajo la oscuridad de esa noche helada, donde el frio nos obligaba a vernos frente a frente y unir nuestros cuerpos en un beso una vez más, siendo esta la ocasión en la cual decidimos fundir nuestras almas bajo el calor de nuestros cuerpos, el cual aumentaba en cada segundo, (asemejándose al momento en el cual el sol te acaricia al amanecer con ese calor tan suave que aumenta al paso de los minutos, y es así como nuestros cuerpos ardían al ritmo de dos corazones acelerados).

En esa noche larga tuve la oportunidad de conocer más de ti, y al despertar pude apreciar el brillar de tus ojos cuando los rayos del sol entraron por la ventana mientras acariciaba tus mejillas, y fue en ese momento en el cual una sonrisa tierna ilumino tu rostro, tal vez este momento no sea el indicado para recordar lo que hemos vivido, pero me es imposible no hacerlo mientras escribo esta carta ya que en este último momento es cuando mi mente viaja al pasado, y veo esa imagen donde te tuve junto a mí, ese instante donde pude abrazarte una y otra vez, y decirte al oído lo que sentía en ese instante, tristemente mi corazón está por detenerse mientras mi alma se apaga, y en este momento es cuando te pido que recuerdes siempre cada instante que pasamos juntos.

No puedo creer lo rápido que se ha ido el tiempo al despedirme, es imposible para mí no recordar cada momento, tiene razón aquel que un día dijo: “momentos efímeros, memorias eternas”, y es en los recuerdos donde viviremos por siempre cerca de aquellos quienes nos han abierto su corazón para un día querernos y darnos un lugar especial en él, y aunque hayan sido solo segundos, quedaron grabados en lo más profundo de nuestro ser, y ahora en el último día es donde los pensamientos y recuerdos se hacen eternos, y las horas pasan mientras recordamos, quizás sea un recuerdo que en su momento podría durar solo segundos pero ahora en nuestro dolor se alarga y los segundos se vuelven horas.



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En el texto hay: tristeza, soledad, felicidad

Editado: 10.01.2020

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