Una historia depresiva para gente depresiva

Capitulo 1 Noche de desesperación

La noche era gris en ese momento, mis sentidos solo encontraban calma con una copa de vino y un poco de carne. Mientras, miraba el mar por la ventana que estaba junto a mi mesa, podía ver la playa a lo lejos ; junto, los rosedales, las mareas, y así también con la ventana abierta sentir la brisa del mar. Mas solo encontré melancolía en mis recuerdos amargos y dolorosos, recuerdos que iban y venían, mientras más y más se acababa la botella de vino.

Me recosté en mi mano haciendo una pose pensativa para mirar el mar por un momento 1......2......3 Okey. Salí del lugar dejando la cuenta en la mesa, me llevé conmigo la botella y empecé a caminar con rumbo al mar.

Una caja de cigarros estaba en mi bolsillo derecho del pantalón, saqué el encendedor rojo y lo prendí, me di un momento, y proseguí. Cuando ya estaba bajando veía la noche del mar y los autos pasar, recuerdos me ahogaban a la vez que bajaba más y más las escaleras hacia la playa.

Cuando llegue me quede parado en el asfalto, después de un momento camine y al sentir la arena me senté en ella y le di otro sorbo a la botella y dije: Eme aquí, eme aquí maldita lujuria, mírame ahora....tú, que fuiste parte de mí ser, ahora me desechas como la mierda que soy, tanto lloré y sufrí por alguien.... tanto.... y para qué, ¿para qué?.

Hace mucho sentí sus brazos tocar mi cuerpo, un beso en la mejilla era su saludo y acurrucarse a mi lado era su truco, luego me miraría para reírse de mi rostro sonrojado, me acariciaría y me besaría apasionada mente, para luego preguntarme como estuvo mi día o cosas como que te parece eso o aquello; yo la miraría algo sonrojado y le respondería sin rodeos todas sus preguntas.

...///Ella es solo ahora un recuerdo doloroso de mi pasado//....

Me levante, limpie mi ropa de la arena, me desabroche dos botones de la camisa y empece a caminar mirando el mar mientras recordaba a tal chica.

Ella luego me diría para irnos a caminar por el mar o irnos a un lugar exacto, y yo, para poder verla más tiempo y poder contarle mis cosas haría la ruta más larga. Andábamos juntos de la mano mientras ella miraba atenta el mar y luego diría algo referido a su belleza o algo que venga con el mundo y sus fenómenos, yo le diría algo peculiar y así empezaríamos a hablar del tema.

Mientras se me acababan los cigarros recorría el lugar por donde iba con ella

Luego nos pararíamos a besarnos, a decirnos cosas románticas o abrazarnos. Así.... fue casi siempre. Amaba eso, amaba su forma de ser, amaba su caminar, sus gestos, su forma de mirarme y su forma de besarme, amaba todo eso y más. Amaba cuando me celaba, cuando se amargaba y me gritaba para luego no hablarme hasta que pasaran unos minutos....si, Amaba todo de ella.

Ahora ya no sé si esta bien seguir diciendo que la sigo amando, aunque en el fondo.... sé que lo sigo haciendo.

Cuando llegábamos al último destino y pensábamos en que comer ella siempre me llevaba al mismo lugar y yo comía lo que ella me pedía mientras me explicaba que debía de cuidar mi figura. No decía nada, solo la miraba, miraba esos ojos marrones, y ese cabello largo y castaño; su lindo rostro, hermoso y delicado. Ella se daría cuenta pronto y yo me reiría al ver como se incomodaba.

A veces nos quedábamos a ver el mar y tocar guitarra, mirábamos el mar y las estrellas y nos preguntábamos casi siempre lo mismo: - Cuando me valla, ¿me seguirás amando? (1)

Claro que si -Le respondería-. Mi corazón te pertenece, y así siempre será.

Y es cierto, claro que aún no olvido esa promesa, claro que te sigo amando, pero dime ahora...por qué tu pudiste y yo no.......¿ por qué?....no te lo pregunte.

 

(1) : Aquellos días cuando solo salíamos a tomar café.
 


 




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