Una historia depresiva para gente depresiva

Capítulo 26: Otra vez tú

Alexa había dejado que Meyer tuviera una nueva oportunidad con ella, y siempre en las noches al terminar las clases se encontraba con él en la puerta de ingresó al campus, el siempre con su celular en la mano, y cuando la miraba llegar sonreía y lo guardaba para saludarla; fueron tantas veces que de poco a poco la chica encontró en él la belleza que vio antes , y aun que aun recordaba el pasado, a veces doloroso, ella tenía que dejarlo de lado y seguir, pues el presente era lo que importaba. 
Meyer abecés la llevaba a comer y otras veces solo caminaban mientras él le contaba algunas anécdotas de su trabajo o lo que le había pasado ese día , una vez conto como en un día lluvioso se encontró en su camino a un viejo perro que inhumanamente había sido amarrado a unas rejas en la esquina de una casona ,y que al ver lo triste y lo lamentable que estaba el canino no dudo en ayudarlo , por suerte no había nudo tan fuerte que podía soportar una cuchilla de mano. El perro después de eso fue llevado a casa de su abuelo que acepto quedárselo como su compañero, que aún hasta hoy sigue ahí, llevando una vida feliz y tranquila, una vida que todo animal debería de llevar. Historias como esas les gustaban a ella, historias que le hacían recordar el por qué se había enamorada de él, esa forma de ser, que era el de un chico dulce y bondadoso. 
Ese día que fue un lunes a las 8:20 pm, ellos salieron del campus, y al llegar a un parque y caminar por el medio de este encontraron muchas parejas felices hablando en las bancas o caminando sujetos de la mano, él lo noto, y ella también, sonrojados solo caminaron hasta terminar el camino y ella dijo - ¿Te acuerdas, cuando éramos como ellos? -. 
El chico la miro y no supo que decir, miradas pérdidas fueron las que hubo y ninguna palabra, entonces llegaron a una avenida, y en una esquina una tienda ambulatoria, el chico compro dos chocolates y le ofreció uno a ella y dijo: 
-Oye Alexa, quise preguntarte esto hace mucho, pero no supe nunca cómo decirlo. 
Alexa lo miro, aun comiendo el chocolate, él dijo: 
-Ese día en la fiesta en casa de Luis, vi que discutías con un chico en la calle, ese chico …. 
- ¿Tu viste eso? -Dijo Alexa interrumpiéndolo -. 
-Si, también vi la parte cuando te fuiste llorando. 
Alexa no supo que decir, se sintió avergonzada y no sabía a la vez que responder. 
-Angélica me dijo que ese chico te gustaba. 
Un rostro sonrojado y nervios fueron la de la chica que por poco y se atora con un poco de chocolate. 
-Eso te dijo. 
- ¿Es cierto? 
-Porque tendría que explicarte, es solo un amigo, solo eso.

El chico no dijo nada más y con algo de fastidio recordó lo sucedido esa noche, el cómo no pudo hacer nada por ella, y tuvo que aguantarse el ver como la mujer que una vez amo, lloraba por alguien que no valía la pena (1).

(1): Tal vez.

 




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