La mañana llegó de nuevo y nuestro joven protagonista la recibió con Tom entrando a su cuarto
-rápido Liam! ¡Hoy vamos a comprar mi varita! – dijo y salió rápidamente.
Liam espabilando se levantó de la cama y se vistió, bajo y el desayuno estaba servido nuevamente. Una hora después Liam y Tom estaban subiendo a el auto familiar una vez más, el viaje a Londres fue de lo más normal, el sol brillaba en un magnífico cielo azul y Tom no podía evitar leer y releer su carta de útiles. Al final llegaron, su padre estacionó el auto y todos bajaron de él, caminaron unos minutos y llegaron a un bar. Liam no había terminado de acostumbrase todavía a ese bar, era el Caldero Chorreante, que por fuera se veía sumamente aburrido para un muggle, pero por dentro era el ingreso a otro mundo diferente, la familia cruzó el bar nuevamente. Liam y Tom con algo de miedo todavía llegaron a la parte trasera, en donde se encontraba un muro de ladrillos, pero la madre de Liam rápidamente saco su varita y tocó unos ladrillos en un orden específico, en un momento estos se abrieron y dieron paso a el Callejón Diagon. El callejón Diagon era un lugar perfecto para hacer compras si se era un mago, contaba con todos los útiles para Hogwarts y con tiendas demasiado llamativas.
-wow, mira eso! – dijo Tom mirando un escaparate con ranas de todos los tamaños – y eso… bueno eso son escobas
-espera, vamos a ver! – dijo Liam emocionado
-alto ahí muchachitos – dijo su madre – pueden ir a ver, supongo que primero van a ir a comprar la varita, ¿no?
-si! – dijo Tom emocionado
-muy bien, ten 10 galones Liam, ya sabes en donde está la tienda – dijo su madre contenta – nosotros vamos a Gringotts, nos vemos fuera de la tienda, ya saben
-claro mamá – dijo Liam y tomo los galones. Los galones eran la moneda mágica por excelencia, eran monedas de oro medianas y brillantes. Los chicos por fin se acercaron a la gran vitrina
-mira, que cantidad de escobas – dijo Tom perplejo
-no son escobas normales, son para volar – aclaro Liam
-claro, me lo contaste, pero nunca creí que fueran así de raras, mira esa! – dijo señalando una
-si! ¡Esa debe de correr muy rápido!
-bueno, lo hace, aún que no más que esa Nimbus – dijo una voz, Liam volteo a ver y vio a un chico un poco más alto que el
-Jack! – dijo Liam con una sonrisa
-hola Liam! – contesto. Liam no pudo evitar darle un abrazo y este correspondió
-supongo que ya recibiste la carta de útiles también, ¿no? – pregunto Liam feliz
-sí, que libros tan interesantes no?
-así es, oh, mira, te presento a mi hermano, Tom – dijo Liam y acercó a Tom
-hola – dijo Tom – tu eres Jack, mi hermano siempre habla de ti!
-enserio? Oh Liam me alagas, jaja, mucho gusto Tom – dijo y le extendió la mano, Tom correspondió felizmente – ¿y entonces? ¿Ya recibiste tu carta?
-si! ¡Ayer la recibí junto con la de Liam! – contesto emocionado – por fin seré un mago!
-jaja, si, supongo que mandan las cartas juntas si son familiares y la fecha está cerca, de hecho, mi hermana también recibió la carta ayer – dijo Jack
-enserio? ¿Y dónde está? – pregunto Liam
-ah, ella está… - justo en ese momento una chica de pelo azabache cómo el de Jack, y que tenía la estatura de Tom salió de la tienda
-ah, pregunté por la Nimbus de Harry, pero dicen que la Nimbus 2000 cuesta mucho – dijo la chica
-Dalia, ya te dije que los estudiantes de primer año no podían tener escoba – dijo Jack
-lo se lo sé!, Uff – suspiro la chica
-bueno, pues ella es mi hermana – dijo Jack suspirando – Dalia, saluda
-ah, claro, ejem, mucho gusto, soy Dalia Archer, y ustedes?
-ah… pues yo soy Liam Baker – dijo sorprendió
-yo soy Tom, Tom Baker, si
-ah, son hermanos, espera… Liam Baker? ¡Claro! Liam! Tu eres el chico del que mi hermano hablo
-sí, supongo que si jaja – contesto Liam algo apenado
-jaja, pues ella es mi hermana, por cierto, dalia, Tom va a entrar al primer año, igual que tú – dijo Jack
-oh, enserio? Bien, espero llevarme bien contigo – dijo dalia con la cabeza en alto
-eh… si, yo también – contesto Tom algo confundido
-oye, Tom, Liam no hablaba de alguien más también? – dijo Jack con tono juguetón
-de alguien más? Hmm, de una chica que se llamaba Emma, si, ella le mando una carta ayer
-claro, claro, nuestra querida Emma, pero no hablaba de, ya sabes, otra chica? – dijo de nuevo con tono juguetón
-hmmm, pues… si, de esta chica que dijimos ayer, Amanda, si, de ella también habla, mucho – contesto Tom haciendo memoria
-ah sí? ¿Con que hablando mucho de Amanda eh? Liam?
-p…pues si jeje, hablaba de ella un poco, ya sabes ejem – contesto Liam muy nervioso
-vamos Liam, me estuviste hablando de ella todo el verano, no digas que solo "un poco" – dijo mirándolo fijamente
-bueno, un algo jeje, supongo que algo hable – contesto Liam rojo como un tomate. Aún que no lo quisiera admitir, había estado hablando de ella cada que podía, ah Liam le basto algo de verano darse cuenta de lo bien que lo pasaba con Amanda.
-claro jaja, ay Liam, en fin, ya compraron su varita? – dijo Jack
-ah eso íbamos – contesto Liam
-oh, genial, nosotros también, vamos? – dijo Jack
-claro, vamos – los chicos tomaron camino y en poco llegaron a Ollivander's, la tienda de varitas mágicas, en la que hacía un año Liam había comprado su varita. Entraron y los recibió un hombre anciano
-oh, señor Baker y Archer, que bueno verlos de nuevo – dijo el hombre con una sonrisa
-hola señor Ollivander! – dijeron los chicos
-hm, ustedes disculparan, pero no puedo venderles otra varita
-claro, nosotros ya tenemos una – dijo Liam – pero está vez vienen ellos
-hola – dijo Tom
-oh, lo recuerdo, debe ser su hermano, je, adelante chicos, esperen un momento – Ollivander camino hacia un pasillo, los chicos se posaron enfrente del mostrador y esperaron, un momento después Ollivander había regresado con 4 cajitas – veamos, aquí tienen
Editado: 02.09.2024