El día de la NO boda
Lizandra Vander Hodson
"Tengo una nueva actitud y la usaré esta noche. Me voy a meter en problemas. Quiero empezar una pelea" — So What, P!nk.
"El día de hoy prometía ser maravilloso para familiares, medios de comunicación, amigos y, en especial, para Kate, Rose y Liz, quienes desde el instante en que sus vidas coincidieron compartían la felicidad mutuamente y celebraban cada nueva etapa y logros... juntas.
Por eso, aunque a estas últimas no les agradaba del todo la futura pareja de su hermana y amiga Katerine puesto que lo consideraban un aprovechado que solo quería estar a su lado por los beneficios que conlleva el apellido Vander Hodson, estaban dispuestas a apoyarla en cada una de las decisiones que ésta tomaba ya que para ellas nada era más importante que la felicidad de Kate.
Sin embargo, el arrepentimiento por no haber hecho nada para abrirle los ojos a su hermana e impedir que la relación con su ahora ex prometido prosperará pesaba sobre sus jóvenes hombros y les remordía la conciencia.
Pese a que todo estaba planificado para cumplir con los ideales de la mayor de las Vander Hodson, quién desde que aceptó la propuesta de compromiso por parte de Chris no se ha detenido ni estimado en gastos para planificar y costear su boda soñada, la que se suponía ocurriría hace aproximadamente 1 hora, con ayuda de sus padres y de sus propios ahorros que no son pocos, la realidad es que nadie estaba preparado para el giro tan abrupto que él daría.
El día que Kate tanto había esperado y para el que se había estado preparando simplemente se arruinó en un abrir y cerrar de ojos sin que nadie hubiese podido hacer algo para evitarlo".
— ¡No puedo creer que me haya hecho esto! — dice Kate bebiendo los restos de su botella de vino. El maquillaje antes perfecto ahora corre por sus ojos a causa de las lágrimas que ha estado derramando debido a los recientes acontecimientos — ¡A mí! ¡En este día! — sigue bebiendo mientras sorbe por su nariz.
Observo a Roseanne, Rose como la llamamos de cariño, y ella me devuelve la mirada. Ninguna de las dos sabemos qué hacer o decir para consolarla. Solo sé que no quisiera estar en su lugar.
» Es una mierda — menciona Kate aun sollozando —. Tuvo que escoger precisamente este día para decirme que no se quería casar conmigo.
Al ver que ya se ha acabado el contenido de la botella e intenta tomar otra reacciono rápidamente quitándosela, pero ante el puchero que me da y en vista de que necesita un poco de alcohol en estos momentos, le sirvo considerablemente en una copa y se lo tiendo.
Controlarle lo que ingiere es la forma más fácil de evitar que se emborrache.
La verdad es que no podría estar más de acuerdo con sus palabras, específicamente la parte en la que menciona que Chris es una mierda.
Si soy sincera, mi instinto me decía que no debíamos confiar en él. Desde la primera vez que lo vi todas mis señales de alerta se activaron, pero no fue hasta que empezó a querer pavonearse en eventos de nuestra empresa y aquellos en los que éramos solamente invitadas a fin de hacer contactos e impulsar su inexistente carrera artística que empecé a alarmarme.
No es que esté mal eso, creo que es algo normal que los enamorados salgan juntos y se hagan compañía mutuamente. Lo que sí está mal visto ante mi criterio es dejar a tu acompañante sola mientras hablas casualmente con otras chicas en un lugar en el que nadie te conoce y solo haces acto de presencia como pareja de alguien.
Da la casualidad que después de que empezó a ser visto en compañía de Kate fuera solicitado en programas de televisión y le empezarán a llover ofertas de series y películas.
Y más casualidad aún es que, al haber logrado la fama que quería tras alimentarse como un parasito de Katerine y tener una buena posición ante el ojo público, decidiera simplemente poner fin a su relación.
Por una parte me alegro que pusiera fin a aquello. Lo recrimino por hacerlo precisamente el día en que se suponía iban a casarse y al ver a Kate tan devastada, pero sé que es para mejor.
Kate merece a alguien mejor que él.
— Ese desgraciado — dice Rose que hasta el momento había permanecido en silencio —. Deja que lo vuelva a ver... No, lo mejor es que ni se aparezca ante nosotras nuevamente o practicaré con él mis lecciones de Taekwondo.
Sus palabras logran que Kate sonría entre lágrimas.
¡Genial!, por lo menos ya pasamos de lamentarnos a insultar al mierda de perro, como lo apodó Rose, y a sonreír un poco.
No obstante, la reciente hazaña es llevada por el viento cuando escucho unas risas a nuestro alrededor que no pasan desapercibidas para ninguna y, al voltearnos a ver de donde provienen, percibimos a un grupo de chicas mirando hacia nuestro lugar, tomando fotos y riéndose mientras observan y señalan a Katerine.
Estupendo, sencillamente estupendo. Notese el sarcasmo.
Ninguna de las tres estamos para tolerar eso, especialmente hoy, y Rose lo confirma con sus palabras.
— Son unas imbéciles, si les hubiesen hecho lo mismo no se estarían riendo como estúpidas.