Lizandra Vander Hodson
"Sé que mi corazón puede ser demasiado frío, pero soy dulce para ti" —BLACKPINK & Selena Gómez, Ice Cream.
— Sigo sin asimilar que nos hayan sacado del bar — dice Kate —. Ellas fueron las que comenzaron todo esto. No es como que nosotras hayamos querido iniciar una pelea...
Rose y yo la observamos poniendo en duda sus últimas palabras.
— ¿No lo querías? — le cuestiona Rose con una ceja levantada.
— Bueno, sí. La verdad es que sí lo quería, pude descargar un poco de mi frustración allí dentro ¡Pero ese no es el punto! — chilla. Sonrío ante su respuesta.
— Eso fue porque no nos reconocieron —explico —. Ni yo nos reconozco. Estamos hechas un desastre.
El vestido de novia antes pulcro y arreglado de Kate ahora es solo un extraño nido de tela entremezclada entre sí que va acorde con su pelo desarreglado y su maquillaje de mapache.
Por su parte, nuestros hermosos, divinos, preciosos vestidos de damas de honor color amarillo pollito, que se note el sarcasmo, están, al igual que el de Katerine, destrozados; pero no por culpa de las chicas con las que peleamos hace un momento, ni mucho menos por culpa nuestra, sino más bien todo es obra de la novia desdichada quién al ver que este nos dificultaba pelear bien simplemente decidió romper la pieza que nos mantenía sujeta el vestido al hombro y rasgar la parte inferior para que tuviéramos más libertad y facilidad al movernos.
— Solo espero que no haya ninguna foto o vídeo de nosotras circulando por internet — menciona Rose mientras trata de arreglar sus zapatillas sin lograrlo — ¡Arrgh! La pelinegra me dañó mis zapatillas de Christian Louboutin. Lo siento, mis bebés, no pude protegerlos.
También tenemos otras heridas de guerra como nuestros cabellos desordenados y la muerte de unas zapatillas de marca.
— Ya me estoy encargando de eso —respondo mientras manejo mi celular al mismo tiempo.
Ignoro los mensajes que llegan sin control a mi bandeja de entrada y la cantidad de llamadas perdidas que tengo mientras le envío un breve mensaje a Christian y Luciana Vander Hodson haciéndoles saber que tanto Kate como nosotras estamos bien y que luego les explicaremos en detalle lo sucedido.
Solo saben que la boda se canceló, pero no saben el motivo.
Luego de recibir un "Está bien, hija. Cuídense" como respuesta de parte de Luciana y un "Cuida a tus hermanas" de parte de Christian, me contactó con nuestro departamento de relaciones públicas e informática.
— ¿De qué te estás encargando? ¿De mis zapatillas Christian Louboutin? —Pregunta Rose esperanzada.
— No, de los posibles vídeos de nosotras circulando por internet —respondo aún concentrada en mi aparato.
Es probable que en realidad no nos hayan reconocido en el bar antes y después de la pelea, pero no es seguro que sea así. Hay que eliminar cualquier posibilidad de que se filtre aquello puesto que tenemos un apellido compartido que pesa demasiado sobre mis hombros y una reputación que mantener.
Eso sin obviar el hecho de que nuestros enemigos están a la espera de cualquier equivocación de parte nuestra para menospreciar e intentar acabar con nuestro negocio.
— Listo —comunico —. Le escribí a nuestro departamento de relaciones públicas e informática y los puse al tanto de la situación. Si aparece un vídeo o imagen de nosotras y de nuestra recién pelea circulando por internet tienen el deber de eliminarlos. No queremos dañar la imagen de nuestra empresa.
— Gracias — responde Kate con voz apagada —. Y lo siento.
— No tienes porqué disculparte, Kate. Hoy tienes permitido hacer lo que quieras, no te juzgaremos y te apoyaremos con lo que decidas hacer, ya eso quedó más que claro — dice Rose con una sonrisa confortable.
— Perdón por lo de tus zapatillas.
—No me lo recuerdes — suspira —aunque fue un sacrificio por un bien mayor.
— ¿Por bien mayor te refieres a haber tomado cinco botellas de alcohol y vaciar su contenido encima de la pelinegra dañando su cabello, ropa y maquillaje? — pregunto burlona.
— Sé más agradecida con la persona que impidió que te golpearan, Liz.
— Sí, porque eso me pudo haber dejado en coma en un hospital — digo riendo.
— Adoro tu sarcasmo — responde seria, pero logro percibir el esbozo de una sonrisa.
Como bien saben, Rose, Kate y yo, aparte de ser amigas y hermanas, dirigimos nuestro propio negocio juntas. Cada una trabaja con su propia especialidad y talento; Rose es la diseñadora de nuestros productos, Kate la publicista y yo la encargada de hacer negocios o también conocida como la directora ejecutiva.
Hay quienes dicen que la familia, las amistades y los negocios no se juntan, pero a nosotras nos ha funcionado bien.
Al principio fue difícil cuando recién iniciamos, muchas personas decían que no podríamos lograrlo, además que no contábamos con los recursos necesarios para sacar nuestro negocio adelante ya que habíamos decidido emprender nuestro proyecto sin la ayuda de nuestros padres.