Lizandra Vander Hodson
"Ojalá el amor fuera perfecto como el amor por sí mismo. Quisiera que todas mis debilidades pudiesen estar ocultas." — BTS, Fake Love.
— Eres una mentirosa y una manipuladora — menciono viendo como Rose se acerca hacia nosotras con su equipaje —. Creí que habías dicho que ella no vendría — le recrimino.
La idea inicial era que una de las dos acompañara a Kate en este viaje, no me imagine que ahora seriamos ambas la que lo haríamos; primero porque Rose me dejó más que claro que no estaba interesada y segundo, porque según las palabras de Katerine, ella no estaba incluida en este viaje.
— Ah, ¿te referías a nuestra Rose? —dice con un desconcierto fingido —. Pensé que hablabas de tu secretaria.
Astuta.
— En primer lugar, ella no se llama Rose, sino Roxana — menciono mientras caminamos hacia el encuentro con la susodicha que todavía no se percata de mi presencia —. Y en segundo lugar, ¿Por qué traería a mi secretaria a tu NO luna de miel, Katerine? — pregunto desconcertada.
— Con respecto a lo primero, perdón, me confundí — ambas sabemos que no se confundió y ella lo confirma cuando volteo a verla y se le escapa una sonrisa. Mentirosa — y con respecto a lo segundo, para trabajar, ¿Qué más si no? Te conozco tan bien que sé que incluso cuando accediste a venir de vacaciones conmigo, eso no será un impedimento para que continúes trabajando.
No digo nada porque está en lo cierto.
Me conoce bien.
Ya cada vez nos estamos acercando más a Rose y me doy cuenta del momento exacto en el que se percata de mi presencia ya que su expresión facial la delata.
Al principio luce sorprendida de verme, aunque, bueno, siendo sincera, yo también estoy sorprendida de estar aquí. Pero luego la sorpresa da pasó al desconcierto y, por último, a la indiferencia.
Todavía no nos hemos dirigido la palabra luego de la reciente discusión.
— Disculpa la demora, sigo sin acostumbrarme a levantarme tan temprano — expresa dirigiéndose a Kate y disimulando un bostezo.
— No te preocupes, aún tenemos media hora antes de abordar el avión — responde Kate hojeando su reloj — ¿Tienen hambre? ¿Compramos algo mientras esperamos?
— Tomemos algo caliente, ¿Les parece bien? — menciono a lo que ambas asienten, así que nos dirigimos a un Starbucks Coffe.
Hoy por alguna razón hace más frío de lo normal.
O un frío normal, si nos ponemos a pensar que estamos por tomar un avión a las 12 de la medianoche a pleno inicio de la temporada de invierno.
Ahora que lo pienso bien, un lugar cálido para descansar no me vendría mal. Aunque no tengo ni la menor idea de hacia dónde nos dirigimos específicamente.
— Por cierto — empieza Rose — ¿Viniste a despedirnos? Porque si es así, no es necesario, cuidaré bien de Kate y nos divertiremos. Puedes ir a trabajar tranquilamente, no necesitas esperar hasta que abordemos el avión — dice luego de que tomamos nuestras respectivas bebidas y nos sentamos en las pequeñas sillas acomodadas en el lugar.
Tanto Rose como yo pedimos un chocolate caliente, Kate por su parte ordenó un Green Tea Cream Frappuccino que no es más que un líquido verde raro con crema encima que no se ve para nada apetecible.
Menos teniendo en cuenta la hora que es.
— De hecho, la verdad es que... — intenta explicar Kate, pero termina quedándose en silencio. Al parecer teme por la reacción de Rose ante su hazaña, lo cual me confirma que ella tampoco estaba enterada de mi asistencia.
— Voy con ustedes — Manifiesto echándole una mano. Doy un sorbo a mi bebida antes de continuar —. Además, no trabajo tan temprano o tan tarde, de acuerdo a cómo lo veas — digo haciendo referencia a la hora que marca el reloj.
— Entonces, ¿También viajarás con nosotras? — Pregunta Rose sacándome de mis pensamientos. Muevo la cabeza afirmativamente en respuesta a su inquietud —. Kate, creí que habías dicho que Liz no vendría.
— Perdón, me confundí. Pensé que te referías a Lizianno — se justifica dándole la misma excusa que a mí. Me rio.
— ¿El de la limpieza? — Pregunta con desconcierto — ¿Para qué traería al de la limpieza a tu NO luna de miel, Katerine?
— ¿Para limpiar? — responde con otra pregunta mientras se encoge de hombros. Me rio más fuerte.
Ambas fuimos engañadas por Kate.
— Me engañaste — la acusa.
— Si te hace sentir mejor, no fuiste la única a quién engañó — digo aun sonriendo.
Y antes de que cualquiera pueda decir algo más, escuchamos decir por el intercomunicador «Pasajeros del vuelo 1022 con destino a Hawái, por favor abordar el avión».
Kate se pone de pie de inmediato, llamando nuestra atención.
— ¿Qué esperan? Es nuestro vuelo, andando.
¿Uh?
Espera, ¿Qué?