Capítulo 19: Eraxium

Paseo por los pasillos de la Torre Oscura, observando que todo está en orden. Los temblores parecen haberse calmado un poco estos días y he podido seguir enseñando a mis alumnos sin que el techo o las paredes se derrumbasen.

Aún así aunque los temblores no hayan causado problemas, ha sido uno de mis alumnos más antiguos quién los ha causado. Dejándose llevar por los pensamientos oscuros de nuestra magia, ha matado a uno de los más jóvenes y a su compañero. Aquello me ha enfurecido tanto que he acabado con él yo mismo. Su compañera, una lechuza blanca, no me culpa por ello ya que ella misma notó como su compañero cambiaba.

Sé que en el fondo todo es culpa mía por haberles pasado esa magia. Pero yo solo quería ayudarles. Quiero ayudarles. Que sean más fuertes y no se dejen pisotear por los demás de nuevo como sé que lo han hecho ya cuando veo sus miradas tristes. El propio Hedeom parece corromperse de vez en cuando, jurándose matar al noble que lo engañó y al que amó alguna vez.

Pero yo siempre intento evitar que eso suceda, intento hacerles ver que tienen que aprender a controlar esos sentimientos, pero a veces no sirve de nada.

“Eraxium, Eraxium. Akuro y yo encontramos algo” dice una voz en forma de graznido que me hace volver a la realidad.

Akuro se encuentra frente a mí con Cuervo en su hombro, que me observa orgulloso. Mi alumno tiene una sonrisa segura y satisfecha en sus labios.

—El hechicero de la Luna y sus amigos están en Okun. Con el maagilyn.

Sé que es lo que significa eso. Tenemos que actuar ahora que sabemos dónde se encuentran. Antes era difícil saberlo ya que solo han estado en bosques que se parecen demasiado. Llevo esperando muchos días a que estuvieran en algún lugar conocido para nosotros.

Y está vez pienso actuar yo también.

—Muy bien, chicos —digo, revolviéndole los cabellos a Akuro y acariciando el pico de Cuervo—. Avisad a Hedeom y a Kala, nos vamos de viaje.