Una loba Abandonada

Capítulo 3 ¡Somos invadidos!

 

Corina

 

Mi fiesta estaba viento en popa, mi adorado tío había preparado dicha fiesta como una sorpresa, por haber finalizado la secundaria.

Estaba emocionada, todo estaba perfecto.

Mi mamá estaba espectacular, sé que algún día logrará su cometido de ser la luna de la manada, ha estado en ello desde que la luna Cristal y su hija murieron.

En realidad, no entendía porque mi tío, aún no daba su brazo a torcer, si "ya tenían sus queveres" por decirlo de alguna manera.

Mi madre y yo parecíamos gemelas, aunque claro, yo era un poco más bella.

 Desde que tengo memoria vivimos con el Alpha, mi padre falleció cuando tenía 3 años en unos de los ataques a nuestra manada.

 

Era el líder de los guerreros y murió con honor. Mi tío se sintió en deuda al perder no solo a su mejor guerrero, sino también a su mejor amigo, por lo que nos acogió en su seno. Estaba hablando con mis amigas sobre el horrible vestido de la "sirvientita”. Sin lugar a dudas, ese vestido ya había pasado sus mejores tiempos y no aguantaba más.

Pero la estúpida no tenía ni en qué caerse muerta, mucho menos para vestirse.

Estaba a punto de continuar hablando sobre la vestimenta de "esa”, cuando de repente lo vi, al Beta Emerson, el amor de mi vida, y no, no era mi mate, pero llevo interesada en él desde los 15.

Mi madre no estaba de acuerdo, según ella nací para ser “luna", pero eso no me importaba cuando se trataba de mi beta querido, además, ella ni siquiera había logrado convertirse en luna, a pesar de tener años intentándolo.

 

 Cuando apareciera mi mate, si lo hacía, lo rechazaría y sería muy feliz con Emerson, sólo hacía falta enamorarlo, y con mi cuerpecito, además de ser la sobrina del Alpha de la manada más importante era pan comido. Me separé de mis amigas, y me preparé para saludar a mi bombón rubio, esta vez tenía que captar su atención sí o sí.

Cuando estaba a punto de estar enfrente de mi amor, la tonta de Samantha derramó las bebidas que mis amigas le habían solicitado, sentí arder de rabia, como pudo esa estúpida tropezar con mi amor.

Me acerqué rápidamente y le exigí que se disculpara de inmediato, pero mi impacto fue mayor, cuando el Beta la sacó prácticamente a rastras a la pista de baile, dejándome llena de incertidumbre y enojo. ¡Esa arpía me las pagara muy caro!

Intenté disfrutar el resto de mi fiesta, pero fue inútil, y todos se dieron cuenta menos ese par, la muy torpe no sabía cómo mover su cuerpo, pero Emerson la guiaba muy bien y pronto sus movimientos se volvieron fluidos.

 

Detestaba la forma en que se miraban, como si nada ni nadie más existiera, diosa luna, pensé, ¿por qué a mí?

 

Estaba por retirarme de mi propia fiesta, pues ya no soportaba la infamia que veían mis ojos, cuando sonaron las campanas de alarma, después de una década de completa paz, nos atacaban, parecerá egoísta, pero no pude evitar sonreír, ¡bingo! pensé, graciasssss diosa luna, ahora la parejita tendría que separarse. Mi tío rápidamente empezó a ordenar a sus soldados y a enviar a niños y mujeres a la zona de resguardo, que era una mini casa subterránea en la parte inferior de la mansión.

 

 Mi madre lideraba el grupo que se dirigía al refugio en su papel de "casi luna".

Gustosa vi como la "sirvientita" no tenía ni idea de lo que estaba pasando, ¡pobre! - pensé, la diosa luna esta de mi lado.

Me preparé para ir con los guerreros, pero antes me acerqué a la parejita y con todo el placer les dije:

—¡Vamos, estúpida, ve con los demás al escondite para servirles!

Vi cómo su rostro enrojeció, bingo pensé, te dolió. Luego me dirigí a mi beta:

—Acompáñame, será un honor que luchemos juntos, claro, yo soy una guerrera, puedo luchar no como otras.

—Por supuesto Corina, me contestó, pero antes le dijo a "esa": agradezco a la diosa luna, de que no tengas que luchar, no soportaría verte en peligro.

—¿Quéééé? Definitivamente esto no puede continuar, acaso escuché bien, pensé. Cuando la bomba iba a responder, mi primo Mateo, apareció hecha una furia frente a nosotros.

—¡Por si no se han dado cuenta, nos están atacando, tu Corina ya debería estar con los demás guerreros y usted beta Emerson, puede retirarse o acompañarnos!

—Nunca he huido a una batalla —Contestó mi amor.

De esa forma corrimos para unirnos a la línea de batalla, dejando a la sirvientita estática.

Decidí dejar mis sentimientos a un lado y concentrarme en la batalla que teníamos enfrente.

Nos transformamos rápidamente y empezamos a luchar contra los lobos que nos atacaban.

Eran gigantes los más grandes que había visto en toda mi vida, estos lobos eran extremadamente enormes, incluso más que el lobo del Alpha, que era el más grande y poderoso de la manada, no por nada era el Alpha.

La lucha era sangrienta, el Alpha acababa con los que tenía a su paso, mi primo y mi beta no se quedaban atrás.

 

Íbamos ganando, ya había muchos cuerpos inertes de ambos lados, pero de repente escuchamos un fuerte gruñido de uno de los lobos invasores y para nuestra terrorífica sorpresa todos los cuerpos sin vida del bando opuesto volvieron a levantarse, no voy a ocultarlo en ese momento todos olimos nuestro propio miedo.  Pese a todo seguimos combatiendo, si moríamos lo cual era 99.9,9 por ciento probable, lo haríamos con honor.

Estaba desgarrando el cuello de mi oponente, cuando de repente, sentí unas garras afiladas en mi espalda, diosa luna pensé, moriré dolorosamente. intenté levantarme, pero no podía, sólo caí, mientras sentía como mi espalda se desangraba.

Antes de quedar inconsciente vi como éramos vencidos, escuché varios cuellos ser rotos y por instinto supe que eran de los nuestros. el Alpha también estaba en el piso con dos lobos encima, lo último que vi fue como la diosa luna alumbraba fuertemente y como nuestros oponentes ante el repentino resplandor de nuestra madre huían despavoridos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.