Una loba Abandonada

Capítulo 10 Inicio de Felicidad

 

Estaba en el bosque corriendo, dejando que por primera vez Cielo tomara control de mí cuerpo, hace una hora había tenido mi transformación, mi tan anhelada transformación.

 

Al principio había sido muy doloroso, tanto que todo el dolor que había padecido en toda mi vida no se podía igualar al que sentí en ese momento. No existen palabras que puedan describir todo el dolor que sentí cuando cada uno de mis huesos se fueron rompiendo, cuando cada músculo se fue estirando y toda mi piel fue desapareciendo para darle paso a Cielo.

 

Al final, después que vi a Cielo por primera vez lágrimas de alegría y tristeza salieron de mis ojos. Estaba muy triste porque cuando un hombre lobo tiene su primera transformación su familia está ahí para apoyarlo en el doloroso proceso y luego festejar la dicha de al fin lograr hacer conexión mente-cuerpo con tu lobo, pero yo estaba sola, nadie me acompañó ni nadie festejaría conmigo; pero por otro lado estaba muy pero muy feliz. La felicidad inundaba completamente mi corazón, al fin era una mujer loba en todo el sentido de la palabra, y mi temor de nunca poder transformarme ya había desaparecido.

 

Y Cielo, es hermosa, su pelaje tiene una tonalidad gris con pintas blancas y muy suave como la seda, además de ser muy grande, más grande incluso que Max, el lobo de Carlos.

 

Y qué decir de su cola, es larga y muy hermosa, no sólo tiene pintas blancas como en el resto de su cuerpo, sino que también tiene pequeñas manchas rojas en forma de media luna y sus ojos tenían una totalidad verde mucho más profundo que los míos.

 

¡Si, Cielo es majestuoso, valió la pena la espera! Me quedé un buen rato admirando, mis lágrimas y sonrisas se mezclaban ante tal admirable contemplación.

—Bueno ya acabaste con tu sesión de lágrimas y sonrisas —Dijo Cielo un tanto desesperada.

—Yo también me alegro de conocerte camarada —Le respondí.

—Basta, por favor vamos a correr, ¡Siiii!, imploro Cielo, así que decidí complacerla al final era un momento muy emotivo para las dos, por primera vez Cielo correría y vería al mundo fuera de las paredes de mi mente.

 

Corrimos y disfrutamos de la cálida brisa del bosque, si a mí me gusta, a Cielo más, corrimos, saltamos y exploramos el bosque con nuestros sentidos totalmente renovados, mi sentido de audición y visión se habían perfeccionado al 100 por ciento gracias a la transformación, ahora podía escuchar el más mínimo ruido hecho por el más pequeño de los insectos y ver todo aquello que es imperceptible para el ojo humano.

Cielo estrenó y estiró sus patas al máximo y movió su cola de forma tan extasiada, sólo que esta vez era fuera de las paredes de mi mente.

 

Después de casi dos horas decidí volver a mi casa, dentro de poco amanecería y tenía obligaciones que cumplir.

 

Al llegar a mi cuarto noté algo extraño, aunque ya había regresado a mi forma humana mis sentidos lobunos estaban presentes y así sería de ahora en adelante, había dos olores diferentes al mío en mi casa, eso quería decir que no estaba sola, mi corazón empezó a palpitar muy fuerte ¿y si el Alpha había descubierto que le había desobedecido y salido de la casa?, tenía prohibido ir a cualquier lugar a menos que me lo ordenan,

 

—Tranquila —Me susurró Cielo, estaba por contestarle cuando de repente esas voces tan conocidas dijeron ¡sorpresa!, como pude me cubrí con mi vestido roto por la transformación y me concentré en el rostro de mis amigos y única familia.

—Carlos, señora Lara, ¿qué hacen aquí?

—Pues cierta lobita me dijo o más bien le dijo a mi lobo Max que ya habías tenido tu primera transformación.

—¿Qué? —Pregunté sorprendida, a lo que ellos respondieron mirándose entre sí para luego venir abrazarme.

—¿Pero ¿cómo supieron? —Insistí y fue Cielo quien esta vez me dio la respuesta:

—Yo se lo dije a Max, ¿ahora podrías callarte y disfrutar del momento?, por la madre luna no pudo tocarme una humana menos difícil de complacer. Cielo tenía razón, después me explicarían todo, por el momento disfruté de la ocasión y de sus abrazos, mis amigos habían venido a celebrar mi transformación, era mi fiesta, la única que había tenido en toda mi vida.

 

La señora Lara me preparó el pastel de chocolate que tanto nos gusta a los tres y ni cortos ni perezosos empezamos a disfrutarlo, dentro de poco tendría que volver a mi esclavitud, pero sólo por esos escasos minutos eso no importaba, por tonto que parezca en este preciso momento me sentía muy feliz.

 

La señora Lara me pidió que la dejara ver a Cielo y Carlos también estaba más que ansioso por conocerla, así que decidí complacerlos, sobre todo porque mi loba estaba más que dispuesta a ser admirada una vez más, ¡si alguien buscara lobos modestos, Cielo se quedaría fuera irreversiblemente! Así que me quedé medio decente antes de convertirme en Cielo, la admiración y la sorpresa se instalaron agresivamente en los ojos de los presentes y Cielo no pudo evitar soltar un gruñido leve de satisfacción,

 

—¡Si soy hermosa! —Ronroneo,

 — Somos— Le corregí. El primero en romper el silencio fue Carlos:

 —¡Eres hermosa y muy grande, eres más grande que Máximo!

—¡Y tu pelaje, las manchas! ¡Tu loba es especial aseguró la señora Lara!, entre asombrada y preocupada antes de añadir:

 —¡Es muy importante que entrenes y aprendas a controlar tu cuerpo antes de controlar a Cielo, no sé por qué, pero Cielo es muy especial, existen muy pocos lobos como ella, pero si no aprendes a dominar tu cuerpo, ella tampoco podrá hacerlo, incluso si no logran el equilibrio mente- cuerpo podrían ser más débiles que cualquier lobo normal!

 

Ya había regresado a mi forma humana y cubierto mi cuerpo con una sábana, me quedé en estado de shock y por el silencio de Cielo, ella también lo estaba. ¡Somos especiales, pero debemos lograr nuestro equilibrio primero!, ¿Cómo lograríamos ese equilibrio, si ni siquiera recibía ningún entrenamiento lobuno y apenas estaba iniciando a entrenar efectivamente a nivel físico? 




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