Una loba Engañada

Captítulo 1¡ Experiencias novedosas!

 

 

Estaba debajo de un enorme árbol, el canto de los pájaros embellecía al ya tan espectacular ambiente, el viento cálido se filtraba tiernamente por mi rostro y hacía una competencia inaudita en mi pelo.

Todo el ambiente irradiaba una eminente paz y parecía sonar una música insonora de felicidad semejante a la que había en mi corazón y lo más importante y que irradiaba por completo mi alma de paz era que a mi lado estaba él...mi tan anhelado mate.

 

Un día después

 

Un día había pasado desde que pensé que tanto Cielo como yo nos despediríamos de este mundo, pero había pasado todo lo contrario. Puedo asegurar sin temor a equivocarme que este ha sido el día más maravilloso de toda mi vida. Para empezar mi supermega-ultra mate es el hombre más guapo que mis ojos habían vislumbrado sobre esta faz de la tierra. Sus ojos eran pequeños pozos verdes en los cuales era imposible no sumergirse, su pelo era corto y tan negro como la noche.

 

 

Tenía una apariencia un poco más madura que Emerson, parecía tener 26 años, aunque estaba completamente segura de que tenía muchos más. Cuando sonreía se le formaban unos hoyuelos como los de un inocente bebe y su pecho, por la madre luna aun recordaba la sensación de hormigueo que se había apoderado de todo mi ser cuando me había tomado en sus brazos estando completamente desnudo. La pervertida de Cielo había insistido en lo que devoráramos con la mirada y tristemente...había concordado con ella y hecho caso.

 

Y lo que más me fascina de mi Nick era su apariencia de "soy un niño bueno" y su mirada de "te quemaras en mi fuego" y la verdad era que a mí me encantaba que fuera bueno conmigo y Cielo ardía por quemarnos en su fuego, pero no era momento para eso, aunque por lo menos ya habíamos recibido y dado nuestro primer beso. Anoche cuando dormimos tan juntitos, sentí mi corazón palpitar tan fuerte como un caballo en pleno galope, nunca pensé que viviría el momento más erótico de mi vida, de toda mi existencia sólo por estar abrazada a mi mate.

 

 

Me fascinaba la forma en que me miraba y la forma en que olía mi cuello como si fuera su perfume favorito para luego decir:

 

— ¡Mía!, ahhhhh, Cielo se derretía mientras yo no podía hacerlo porque ya lo había hecho por completo en el mismo instante en que mis ojos habían hecho contacto con los suyos. Y en cuanto a toda la manada me había recibido con tanta devoción sentí algo estremecerse dentro de mí, no sabía cómo explicarlo con palabras, pero en el primer instante en que Nick me reclamó como suya me habían sentido como nunca me sentí en la manada Dorada: en casa.

 

 

En los ojos de cada miembro de la manada se podía oler y ver en sus rostros la felicidad y el agradecimiento de por fin haber encontrado a su luna.  Dejé mis pensamientos a un lado y junto a Nick nos dirigimos a casa.  Estábamos en una mansión gigantesca de 4 pisos, cada habitación era capaz de alojar a una familia completa, además toda la propiedad poseía un aire victoriano, dando un toque especial con una combinación entre lo antiguo y lo moderno.

Sus paredes estaban pintadas de un azul claro y por sus ventanas se filtraba un aire cálido lleno de esperanza, sus pisos eran de un muy cálido roble, sencillamente era impresionante. Nick me había contado que no siempre estaban en su forma animal, aunque la razón en luna llena siempre los había abandonado por completo, por eso la mansión se encontraba en tan buen estado, además se encontraba en la parte más profunda del bosque Linor tan en el fondo que su aparición parecía un imposible y sólo se podía acceder a ella si los guardias lo permitían, al ser la manada Real sus entradas estaban bajo encantamiento.

 

Alpha Eddison

 

Mi cachorra seguía con vida, no podía terminar de describir toda la dicha que sentía en todo mi corazón, aunque también me embargaba una profunda tristeza, la había perdido para siempre, había hecho de todo para lograr su perdón y su aceptación como padre, había logrado lo primero pero lo segundo no.

 

 Había muerto completamente de celos cuando había llamado madre a mi Cristal, yo también anhelaba fervientemente escucharla llamarme padre, sabía que después de todo el haber obtenido su perdón ya era demasiado.

 

Pero mi corazón era muy egoísta y quería tener la oportunidad de vivir muchos años aún a su lado para reparar todo lo que le había hecho, pero ahora ni si quiera podría ir a verla si el alpha real no me invitaba a su manada, a la cual sólo se podía acceder por invitación pues su ubicación era secreta y sus entradas estaban hechizados.

 

 

  Estaba muy concentrado en mis pensamientos cuando de repente mi Cristal entró en mi habitación y me tomó de las manos, no lo negaré ese gesto me sorprendió, a pesar de que las cosas estaban mucho mejor entre nosotros, pues nos habíamos unido ante el temor de perder a nuestra cachorra, pero sabía perfectamente que no me había perdonado del todo, aún podía leer la decepción en sus ojos.




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