Una Luna Para El Principe

6. Verde

No podía creer que me había hecho amiga de un alfa. Claude era tan distinto a otros alfas que había conocido antes y resultaba bastante gratificante estar cerca de él. Era demasiado tierno si creía que iba a poder ayudar a escapar de todo lo que la rodeaba en la vida. Mi objetivo más grande ahora era encontrarme de nuevo con mis amigos e irnos lo más lejos posible.

Ni siquiera quería seguir aquí sentada en el hospital. No le encontraba problema a dar una vuelta por las afueras, aunque si me atacaban iba a ser difícil protegerme esta vez. Me encontraba muy cansada, así que decidí abrir la puerta y veo una mata de pelo verde recostado al lado del marco durmiendo. Era el guardia del príncipe y no le veía haciendo un gran trabajo.

Con cuidado salí del hospital y me dirigí al bosque. Me tomo un tiempo darme cuenta de que alguien me estaba siguiendo, así que me escondí entre la maleza y apenas escuche que pasaba frente de mí, me le tire encima, pero no espere lo que sucedió. Ross, el guardia que hace unos momentos estaba durmiendo, era quien me había seguido y si no le hubiera visto convertirse del susto, tal vez ni creería lo que sucede ahora.

Un cachorro verde ¡Verde!

Se veía adorable, para tratarse de un alfa que siempre se veía intimidante, su forma de lobo superaba la ternura.

—Eres adorable—Le abraza y solo escucha al cachorro gruñir.

Ross debería ser un lobo adulto, no comprendía por qué tenía un pequeño cachorro en sus brazos.

—Lo siento—Le dejo de nuevo en el suelo.

Me senté en el suelo y le miraba. Sus orejas estaban agachadas y me miraba con los ojos más tiernos que había visto. Nunca fue una omega que mostrara mucho su lado tierno, pero estar en esta manada con cosas tiernas se estaba volviendo muy difícil.

Paso unos minutos antes de que Ross volviera a su forma humana y me quedo mirando.

—Por favor, no le cuentes a nadie—La voz de Ross sonaba lamentable.

—Nadie se va a enterar por mí, lo prometo—Un pelaje verde era demasiado extraño. Eso solo me hacía pensar en aquella omega embarazada que habían secuestrado para experimentar y su hijo tuvo un color único ¿Será él?

—Gracias, en serio lo agradezco si no lo dices.

—¿Eres ese alfa hijo de la omega con la que experimentaron?—La cara de Ross se puso pálida.

Eso me aseguraba que sí se trataba de la misma persona.

—¿Como…? ¿Cómo sabes eso?

—Escape de ese laboratorio—Me parecía justo contarle la verdad, después de todo yo conocía su secreto—. Hay más omegas y algunos alfas encerrados en ese lugar ¿Cómo lograste salir?

Ross se acomoda bien a mi lado y mira hacia el suelo. Sé que podría ser difícil responder a mi pregunta y no quería que sintiera presión por ella. 

—No estás obligado a responder—Ross niega mientras se gira para verme a los ojos.

—No todos los días te encuentras con alguien qué salió de ese lugar—Yo no opinaba eso, ya que todos los días me encontraba con personas que estaban bajo la misma historia que yo, incluso ahora con Ross.

—Vengo de una relación de dos omegas, cuando mi madre se embarazó atacaron la manada en la que nos encontrábamos y se la llevaron. No sé mucho lo que paso, pero mi padre logro sacarnos de ahí luego de que nací. La gente piensa que el color de mi pelo es teñido, el único que sabe sobre mi condición es Claude—Lograba entender la situación.

Los lobos de colores eran muy extraños, si existían era por mutaciones. Nuestro color empezó como una y con el paso del tiempo hubo más, hasta que se volvió una gran manada. Ahora solo quedaba yo por la matanza. No sabía si ese color se transmitirá a sus cachorros o el tamaño.

—¿No te ha visto un médico?

Había sido un experimento y tendría que mirar estudios para determinar si hay posibilidades de ser heredado. Tal vez si se pueda transmitir.

—Muchos y nadie ha podido curarlo, la gente se asusta y mi padre dejó de intentarlo—Lograba entender eso.

La gente le tenía miedo a las cosas extrañas. Condenaban a inocentes por cosas que no eran su culpa. Lograba entender a Ross con su miedo de mostrarse, si yo hubiera pasado por eso, también me daría miedo mostrarme a la gente, aunque mi seguridad está en juego también por el color de mis ojos.

—Yo sé dé medicina—No podía darle una cura segura, pero podía intentarlo al menos—. No quiero darte esperanzas con el color, pero puedo buscar la forma de que tu lobo se convierta en uno adulto si gustas.

Ross se queda mirándome por un momento bastante sorprendido. Sabía que no duraría mucho tiempo acá, pero podría volver si encontraba una cura para su situación. Debe complicarse buscar pareja con la apariencia de su lobo.

—¿Podrías?

—Sí, pero necesito escuchar todo e intentaré ayudarte en lo mayor posible. No te prometo que pueda curarlo todo, pero me comprometo a darlo todo para conseguir—Mientras me quede puedo investigar una parte y cuando vaya a buscar a mi amiga, puedo terminar de investigar su crecimiento.

No iba a ser sencillo. Modificación genética no era mi fuerte, aunque si pudiera ir a donde me tenía cautiva y descubrir lo que habían realizado para experimentar con él, pero era muy arriesgado hacerlo.




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