Capítulo 14

Raven

Krestel examina atentamente el instrumento con una expresión impasible. A diferencia de Morana no duda en pasar los dedos por él. No muestra miedo o algún tipo de sorpresa. Solo curiosidad. ¿Este hombre le teme a algo? Lo dudo mucho. Ha visto cosas horribles que nadie podría superar. Las atrocidades lo convirtieron en quién es hoy. Un rey imparable y poderoso.

—En efecto es el instrumento que una vez le perteneció a la diosa Niss —informa —. En el pasado más de un guerrero y demonio intentó destruirla.

—Dicen que antes de morir decidió mantenerla a salvo y le dio instrucciones al violín de buscar a la persona adecuada —añade Ava —. Alguien de corazón puro que no desee usarlo con fines destructivos.

Me gustaría conocer a fondo la historia de la diosa, pero ya habrá momento de explorar los archivos en la biblioteca. Ahora quiero entender por qué razón este violín terminó en mis manos. No tengo intenciones de lastimar a nadie ni ambiciones como dominar el mundo. Solo busco estabilidad y paz para mi familia.

Mirando fijamente el arco recuerdo que miles de vidas están en peligro y se aproxima una guerra dónde debemos utilizar todas nuestras armas para matar al enemigo. Seré poderosa, tendré a mi favor un instrumento que acabará con ejércitos.

—Sí quiero usarlo —recalco, mi voz rasposa —. Terminó en mi poder por una fuerte razón y no despreciaré esta enorme oportunidad. Tengo una duda... —Sacudo la cabeza —. ¿Cómo pasó desapercibida su magia? Morana estaba aterrada cuando la vio.

Una amplia sonrisa se dibuja en el rostro de Krestel.

—El violín no es un simple objeto inanimado —repite mis palabras —. Tiene voluntad propia y decide qué batallas pelear. Sabe que lo necesitamos para enfrentar al kraken y se mostró ante ti.

—Lo necesitábamos en New Hope —protesto.

Ava suspira.

—Despertó gracias a la magia pura que hay en estas tierras y se siente como en casa. Quizás si cambia de opinión ayudará a nuestra causa, pero ahora debes darle las gracias por confiar en ti. Está dándote permiso de usar su poder —Sus ojos azules son brillantes y emocionados —. Nadie lo ha tocado en más de tres mil años, Raven. No con la intención de destruir. Tú lo hacías con el único propósito de disfrutar su música.

¿Cómo demonios iba a saber que es mágico? Cuando mi padre me lo obsequió a los cinco años fui la niña más feliz del mundo. No era una violinista experta, pero aprendí gracias a un instructor y me he convertido en una promesa musical. Participé secretamente en una audición y me gané la beca para seguir mi carrera en la universidad más prestigiosa en Londres. Cuando mamá me dijo que no era el momento lloré muchísimo. Mis sueños se volvieron frustrados e imposibles. Ahora tengo la oportunidad de pelear una guerra con mi regalo más preciado. Protegeré a mi familia.

—Mataré al kraken con él —Miro a Krestel —. No es necesario que sacrifiquen a la sirena.

—Me encanta tu confianza, pero prefiero usarla como el plan B —dice —. Nikov logró atraparla anoche y está furiosa.

—¿Por qué no lo estaría? Quieren sacrificarla.

—La vida de mi gente es más importante.

Aprieto los labios sin ganas de discutir con él. No voy a cuestionar sus decisiones por más que sean atroces. Es un rey. Yo una chica que aún debe aprender.

—¿Entonces cuando nos iremos?

—Mi tío Darko envió a sus informantes para que evalúen que tanto nos favorece el territorio. Los piratas no son enemigos fáciles de vencer. Muchos de ellos controlan el glamour y lo aprovechan para seguir robando a las personas del puerto.

—Qué harás cuando los atrapes?

—Los delincuentes no son perdonados en Arkos —masculla con simpleza —. Menos aquellos que desafían la voluntad del rey.

—¿Te preguntaste si tienen familia o razones...?

Un escalofrío recorre mi espalda cuando me dirige una mirada tosca.

—No me importan las razones. Hay leyes que deben cumplir y deciden ignorarlas. Se burlan en mi maldita cara —Su tono se vuelve más duro —. No sientas empatía por ellos, Raven. Son bastardos que violan mujeres y someten a niños a la explotación laboral. El líder, Drui Kav, prometió mantenerse al margen, pero estos últimos años acumuló poder y le entrega sacrificios al kraken para tenerlo de su lado.

No me atrevo a preguntar qué tipo de sacrificios, pero Ava responde de todos modos.

—Mujeres —dice mi hermana —. El kraken confunde a la mayoría de las mujeres con sirenas y se alimenta de ellas. Cuando los piratas terminan de divertirse deciden lanzarlas al agua como ofrenda al monstruo del mar.

El horror de lo que me provoca esa información casi me ahoga.

—En Arkos no existe la humanidad —murmura Krestel —. Aquí abundan los monstruos y mientras entiendas ese hecho podrás sobrevivir.

Trago en seco, el pecho se me aprieta hasta el punto de que me cuesta respirar.

—Lo tendré en cuenta.

—Bien —dice el strigoi —. Tu desayuno está esperándote en el comedor. No lo olvides.

—Sí, majestad —respondo con sarcasmo.

Me advirtió que estaría más pendiente de mi alimentación y mi corazón da un vuelco por el recordatorio. Realmente se preocupa por mí.

—Nos vemos después.

Se despide de mi hermana con un asentimiento y nos deja solas en la habitación. Hay muchas dudas en mi cabeza acechándome como abejas que cuidan la miel. Cumpliré un papel importante en la guerra, pero no imaginé que tendría a mi disposición un objeto divino que le perteneció a una diosa arkana.

—Hay un ejército de muertos en New Hope —musita Ava con seriedad —. ¿Qué dios quiso destruir el objeto?

Me atraganto, tratando de recuperar el aliento.

—El señor de las sombras.

Ava observa el violín.

—Cuando sepa que lo tienes en tu poder te convertirás en un objetivo más —Libera un aliento —. Los Karlsson, somos su mayor problema.

🦇

Hoy empieza oficialmente mis entrenamientos con Mirko. Una vez que termino de comer por órdenes de Krestel, me reúno con el soldado en un salón privado con techos abovedados y grandes ventanas. Ya no tengo preocupaciones ni estrés mientras lo veo. Viste de negro y sostiene dos espadas de madera. Me lanza una que alcanzo en el aire.