Una monja es mi mate (saga N°1)

CAPITULO 50

EDUAR

 

Siento la desesperación de mi bella mate, sabía que no debía alegarme de ella, pero de algo estoy seguro es verónica que se la ha llevado, todos  comienzan a buscar alrededor, siento que perderé el control.

-cálmate Eduar la encontraremos, ya todos a comenzado a buscarla por el territorio.

-COMO QUIERES QUE ME CALME, ELLA……-la vos se me quiebra cada vez más, dejando lo que iba  a hablar a la deriva de mis pensamientos.

-“busquémoslo nosotros ya no la siento”-Eden está desesperado.

-lo sé, estoy igual de desesperado que tu-ambos sabemos que algo está mal.

-señor..-Neyta se acerca a informar-no está en el territorio.

 

La preocupación de perderla se hace presente, me dejo llevar por la furia que siente Eden siendo solo uno como alpha, sin decir nada más salgo de la misión, me transformo en mi lobo saliendo corriendo, no me importa nada a hora si no la encuentro siento que moriré, aulló sin  importarme nada.

-por favor diosa luna ayúdame solo esta vez permíteme encontrarla-una y otra vez le repito una y otra vez, esperando que me diga algo, no sé en qué dirección se dirijo. Cuando siento que estoy en territorio de Brais, sigo mi camino sé que no me harán nada.

-san mi vida dime donde estas-murmuro deteniéndome, me concento aún más para escuchar cualquier cosa sospechosa, pero nada, cuando me rindo para seguir mi marcha hacia otro lugar.

-por favor, por favor-la escucho, sin esperar más corro en dirección pero cuando llego al final de mi camino, me encuentro repitiendo la misma escena que viví aquella vez, mi bella san está en medio del lagos rodeada de sangre cerca de ella esta verónica en sus manos tiene a mi bebe, no hay  tiempo que perder pero tengo que ser cauteloso, aun no me ha escuchado, regreso a mi forma humana camino sigilosamente hacia su dirección, cuando estoy bien cerca la arrebato a mi cachorro agarrándola del cuello.

-“te lo advertí, verónica”-en un intento de zafarse de mi agarre, quiebro su cuello cayendo al suelo.

-jajaj  ya es demasiado tarde cariño, tu mujer  está muerta y tu pequeño….-no la dejo termino arrancando su cabeza, no la quiero escuchar nunca más, después de todo fue mi culpa el no alegarla apropiadamente de mí, la saco del lago pero lo que más me duele en el estado que esta san, no creo poder hacer mucho, me acerco con mi bebe sanos las heridas que tiene, pero aun así ella ha perdido demasiada sangre, muerdo mi mano dándola de mi sangre como la última vez, pero aun así no responde no le entiendo pensé que funcionaria, la acerco más a mi junto a mi bebe.

-“mi bella no…no..te vayas”-mis lágrimas se desbordan por mis mejillas, de la misma manera siento la llegada de los demás.

-Eduar tenemos que llevarla-niego.

-“hice lo que pude pero no me responde”-en el intento de persuadirme Adan se calla.

-ya te vas a rendir-no le respondo-ella aún tiene posibilidad de sobre vivir-giro mi rostro mirándolo.

-“dímelo”-alega a mi pequeño de mi dándole a Adan.

-conviértela-la palabra resuena por toda mi mente-pero lo  tenemos que hacer rápido, mi castillo está más cerca, deja que Adan se encargue del bebe-se acerca a mi cargándola a mi bella san, gruñéndole-no hay tiempo de gruñido no la podrás llevar rápido, solo sígueme.

-“tengo miedo y si  falla”-me mira con comprensión.

-no la perderás hermano…no pasaras lo que yo pase-sin esperar más  Brais desaparece entre los árboles, me transformo siguiendo sus pasos.

Después de  mucho llegamos a la mansión de los vampiros, varios de ellos están sorprendidos ambos sin importar nos adentramos juntos a la mansión entrando en unas de la habitaciones.

-si ella ¿no quiere?-murmuro.

-no sabrás si no la salvas hoy-sin más nos deja solo.

La comienzo a desvestir la llevo al baño, una vez limpia me preparo sacos mis incisivos acercándome en la parte de su cuello, no es la primera vez que lo hago, pero tengo miedo de fallar, respiro profundo clavándolo una vez listo lo saco lamiendo la herida, pero a pesar de aquello no se mueve, está ahí dormida sin emitir ningún sonido de dolor, lo más común lo que hacen los que se convierten, pero ella no hace nada.

-mi bella san por favor…-las palabras se quedan en la garganta, sin poder que más decir solo espero y espero pero nada.

 

Ya lleva mucho tiempo durmiendo, lo que me preocupa a más no poder los nervios me están matando, camino en círculo esperando un movimiento

-hhaa-me detengo observándola comienza a quejarse por el dolor  moviéndose desesperadamente, me acerco a ella sujetándola para que no se lastime, me sorprende la fuerza que ejerce para separarse de mí, después de no mucho de forcejear abre los ojos.

-“pero que…”-me sorprendo cuando barre los ojos, notando un color hermosa rosa, comienza a olfatear por todo el lugar dirigiendo su mirada a mí, deja forcejear  se acerca a mi olfateando mi cuello.

-mío- murmura lo que gusta me encanta-eres mío mi alpha-la poco cordura que tengo esta que acaba conmigo.

-“soy todo tuyo mi gamma”-ahí se desenfrena nuestros corazones en un beso necesitado.-“-espe..espera san-trato de detenerla.

-no, soy su loba…. blanca-me dice, sin esperar más la abraso llorando sobre su hombro.

-“pensé que les perdería….”-me calma acariciando mi rostro.

-estamos a aquí contigo, no tienes de que preocuparte-niego desenfrenadamente ya es la segunda vez que pasa-será la última mi alpha-levanta mi rostro para que la mire-Eduar estoy bien-me quedo mirando esos hermosos ojos marrones que tanto he extrañado.

-“mi bella san”-me sonríe con su bella sonrisa tierra.

-por..por..que estas desnudo-me mira con sus mejillas sonrojada.




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