Una noche... Una fiesta

Capitulo 7: te amo una galaxia

El tiempo que paso con Dona es ameno, grato, satisfactorio, su compañía me hace recordar cuando tenía 12 años, cuando salía con Noah y Amanda; Amanda era nuestra mejor amiga, ella se mundo de la ciudad cuando teníamos 12 años, su partida nos dolió a los tres, pero aún recuerdo el ultimo día que nos quedaba para compartir. 

Era un martes, el sol se hiso espacio en la ciudad, salimos los tres de nuestras casas y nos fuimos a comer unas donas, pasamos toda la tarde juntos, ya en la noche, fuimos a un parque de interacciones, subimos a todos los juegos, nos tomamos fotos por montones, pero hubo una atracción que la dejamos de último, la rueda de la fortuna, la noche estaba muy estrellada, los tres subimos en la cabina, y cuando ya estábamos en la cima, miramos el cielo, nos prometimos ser mejores amigos por siempre, a pesar de la distancia. Después de esa noche Amanda ya se había ido con su familia. 

  Ya paso el tiempo, ya debemos quitarnos las mascarillas  dice Dona. 

  Si claro. 

  Por un momento pensé que no estabas en este mundo  dice quitándose la mascarilla que cubría su rostro. 

  Porque lo dices. 

  Porque estabas ensimismada en tus pensamientos. 

  Pues, ya aterricé, toque tierra firme  me quite la mascarilla y seque mi rostro con una toalla.  

  Tienes hambre, porque mi estomago está rugiendo como un león hambriento  dice colocando sus manos en su abdomen. 

  Si, vamos a ver si la ama de llave ya preparo el almuerzo  salimos de mi habitación, nos dirigimos a las escaleras que nos conducen a la planta baja. 

la mesa aun no estaba puesta, así que nos fuimos a la sala, en el sofá que esta frente al televisor, vemos a Marcos recostado viendo un partido de futbol. 

  Hola chicas  Dona se sienta a la derecha de Marcos y yo a su izquierda. 

  A donde nos llevaras hoy, Dona  Dona me mira con una mirada picara. 

  Los llevare al mejor club nocturno, mi primo trabaja ahí, y nos dejara entrar sin hacer fila. 

  Suena excelente, nos tendremos que ir en taxi, porque tenemos que disfrutar, de tan maravilloso lugar  dice Marcos. 

La fiesta de ayer no estuvo mal, pero la música ruidosa, no me gusta del tanto, y la aglomeración de personas, me agobia, además de los efectos que deja el alcohol, no son placenteros.  

  Ay no, no vayas a negarte de ir ahora, ya habías aceptado en el desayuno  dice Dona, refiriéndose a mí. 

  Es que...no se me apetece ir, la verdad es que me siento cansada, y los efectos del alcohol, aun no se me han ido del todo  miento  no quiero arruinarles la noche, pueden ir los tres. 

  Está bien  dice Dona mirándome con los ojos achinados, el timbre de un celular se escucha, Dona, saca su celular del bolsillo de su short  disculpen ya vengo. 

Marcos y yo asentimos con una sonrisa, y Dona se aleja de nosotros para contestar la llamada. 

  Noah, me conto que te inscribiste al equipo de beisbol femenino. 

  Si, siempre quise practicar ese deporte, y pensé que debía de hacerlo. 

  Tomaste la mejor decisión, este año se vienen los mejores campeonatos, son los que definen llevar a la final a la institución y llevar en alto el nombre del colegio. 

  Entonces tome el mejor año  estallamos en risa. 

  Se que lo harás bien. 

  Chicos tengo que irme a mi casa, mi madre llamo, vendré a las 7, para que nos vayamos al club, adiós  dice Dona, nos despedimos de ella, y se aleja de nuestro campo de visión.  

Noah entra en la sala, y se tira a mi lado. 

  Hola chicos, viendo el partido y no me llamaron  dice Noah, fingiendo estar ofendido. 

  Lo estábamos viendo hasta que llegaste  dice Marcos burlándose de Noah. 

  Chicos el almuerzo ya está listo, pueden ir cuando deseen  dice Luisa, la ama de llaves. 

  Gracias, Luisa, ya vamos  Luisa se retira, y los tres nos levantamos del sofá. 

  ¿Cuándo volverás a tu casa?, seguro tu madre te quiere para que la ayudes con la limpieza  dice Noah, burlándose de Marcos. 

  Me estas echando de tu casa, amigo  dice Marcos, fingiendo estar ofendido, la escena graciosa que están formando, hace que esboce una sonrisa. Llegamos al comedor. 

  Si tu madre se entera de cómo me tratas, amigo mío, te regañaría en este momento  dice Marcos. 

Luisa, entra al comedor, y deposita nuestro platos, frente a mi esta una lasaña, es una de mis comidas favoritas, Marcos y Noah, dejan su discusión de niños, y empezamos a degustar nuestra comida. 

(…) 

  Hola abuela, ¿Cómo estas?  digo del otro lado de la línea. 

  Hola cariño, estoy bien, ¿Cómo te va en casa de Noah?  la voz de mi abuela se escucha un poco ronca, pero escuchar de nuevo su voz, me hace extrañarla menos, pero quererla de más. 

  Me está yendo bien, ayer fui a mi primera fiesta de un compañero, Noah me acompaño, junto con unos amigos, nos las pasamos bien  puedo imaginar la sonrisa que debe tener mi abuela en este momento, ella siempre me ha animado para salir a fiestas, pero siempre me reusaba. 

  Me alegra mucho, cariño, sabes que salir te hará mejor. 

  Te prometo que intentare salir más a menudo, abuela casi se me olvida comentarte que me inscribí al grupo de beisbol, del colegio, mañana empiezan los entrenamientos.  

  No sabes cómo me alegra eso, cariño, me alegra que estes interactuando con los demás, como solías ser. 

  Abuela, ¿Cómo están los negocios?, cuando vendrás, te extraño. 




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