Una noche... Una fiesta

Capitulo 8: atrapados

Caminar por la noche es pacifico, y relajante, en la ciudad empieza a sentirse un poco de frio, las luces de las calles y los almacenes es lo que le da luz a la ciudad, los autos rondar, algunos con un rumbo fijo mientras que otros están buscando su rumbo. 

Inhalo todo el aire que mis pulmones me lo puedan permitir, y suelto el aire que retuve lentamente, camino viendo todo a mi alrededor, veo a las personas caminando, otras corriendo, otras están vendiendo alguna comida y otras se dirigen a sus casas. 

Diría que hay un silencio total, pero no, la bocina de los autos, gritos de personas, llantos de bebes, es la música de la ciudad. 

Camino de regreso a casa, en el trayecto el vecindario estaba silencioso, y la luz era escasa, me detuve frente a la casa, porque Noah está de pie a dos metros de mí. 

¿no que había salido al club? 

Noah camina acercándose a mí, rompiendo los centímetros que nos separan, pero queda a una distancia en la que respeta mi espacio personal. 

  Pensé que habías salido con Marcos y Dona  dice Noah, pensamos igual. 

  Yo pensé lo mismo, no fui porque los clubes no son lo mío. 

  Pero ayer en la fiesta demostraste que te gustaba divertirte  dice Noah, ay no, ni que me la mencioné, la resaca que tuve fue de lo peor. 

  Ni lo menciones, la resaca que tuve esta mañana fue de lo peor. 

  Te lo dije, pero no me hiciste caso  ¿Qué me dijo?, ¿en que no le hice caso? 

  ¿ah? 

  Anoche en la fiesta empezaste a beber descontroladamente, te dije que dejaras de beber, pero no me hiciste caso, ¿Qué?, ¿acaso no lo recuerdas?  intento recordar lo que hablamos anoche, pero nada, no recuerdo nada. 

  No recuerdo que me lo hayas dicho, pero si recuerdo que estaba molesta contigo  Noah se rasca la nuca. 

  Vamos, ¿enserio?, eso sí lo recuerdas  asiento y me cruzo de brazos. 

  Me acuerdo de un lugar que está cerca del vecindario, sé que te gustara ir, ¿vamos?  lo pienso un poco, pero...¿qué debería pensar? Siempre que Noah me invita a algún lugar me termina gustando.  

  Está bien, vamos  me cuelgo del brazo de Noah y empezamos a caminar al lugar donde él me quiere llevar. 

  A donde iremos. 

  Iremos al parque de atracciones, sé que nos divertiremos  una sonrisa de labios cerrados se forma en mi rostro. 

Tengo tiempo desde que no voy a el parque de atracciones, siempre me gusto ir.  

  Recuerdas cuando fuimos por última vez al parque de interacciones con Amanda. 

  Como olvidarlo, vomitaste cuando bajamos del barco  estallo en risa al recordar ese momento. 

  En mi excusa, el barco iba muy rápido  no puedo parar mi risa. 

  Si....Amanda no...paraba de...llamarte Mac vomitón  digo entre risa. 

  Oye, para de reír, para mí no fue divertido  dice, chocando su brazo con el mío. 

  También vomitaste cuando salimos de las tasas giradoras  mi risa se intensifica, siento que moriré de risa si sigo recordando los vómitos de Noah. 

  Amanda giraba muy rápido las tasas, lo hiso a propósito, no te rías, que yo no le veo la gracias  esta vez Noah me acompaño en la risa. 

Seguimos hablando de cuando solíamos salir antes de que nos alejáramos, llegamos al parque de atracciones y mi vista recorre todo el lugar, el juego de los carros chocones me grita por jugarlo. 

  Vamos a subirnos en los carros chocones, vamos  lo tomo del brazo llevándolo a la atracción. 

  Me vas a arrancar el brazo  compramos las entradas para que nos permitan jugar, hicimos la fila, que no era muy larga, el chico que estaba dejando entrar a la gente a la atracción, nos delo pasar después de ver nuestras entradas. 

Me subí a un carrito de color rosado, Noah se subió a uno de color gris que estaba cerca del mío. 

El juego se puso en marcha, mi niña interior salió de su escondite, puse en marcha el carrito, chocando a quien estuviera frente de mí, choque el carro de una chica por detrás, cuando voy a retroceder, me chocan a mí, de la misma manera y con la misma fuerza con la que choque el carro de la chica, me volteo a ver quién me choco y es Noah. 

  Debes de estar más pendiente  dice retrocediendo. No si como si tuviera ojos en la espalda, para evitar que me choque por detrás. 

Salimos de los carritos y fuimos a comprar unos helados. 

  Buenas noches, nos da un helado de fresa y otro de vainilla, por favor  dice Noah a la chica que atiende la heladería, le entrega el dinero antes de que vaya por los helados.  

Me siento como una mariposa que estuvo en cautiverio pero que ha sido liberada, mantenerme en un cuarto aislada de la realidad, solo me hiso dar cuenta de todo lo que me estaba perdiendo, perdiéndome de las salidas con Noah, de conocer a jóvenes, de salir y disfrutar; estar en el parque de atracciones, me demuestra que me estaba perdiendo de mi mejor amigo, salir con Noah siempre fue ameno, grato, de lo mejor. 

La chica regresa con nuestros helados y Noah y yo nos ponemos a caminar mientras comemos nuestros helados, un puesto de juegos es atraído por mi campo de visión. 

   Jugamos un rato, quiero ganar un premio  Noah mira en la dirección del puesto de juego. 

  Está bien, pero si gano tu premio, ¿Qué me darás?  ¿Qué le daré?, eso se quedará para mi imaginación, pero ahora no tengo nada. 

  Estas tan seguro en que me ganaras el premio, primero veamos  nos acercamos al puesto del juego. La carpa del señor era de colores muy llamativos, su diseño era de rayas de color rojo y azul. Los peluches los tiene colgados de la carpa, pero algunos premios los tiene en un estante. 




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