Mis piernas no dan más.
Son las 8:50 cuando me quito el delantal, y termino de hacer el cierre y dejar la caja en orden. Me cambio en un cuarto de aseo pequeño. Hoy conocere a mi suegra falsa, no se porque me siento nerviosa, si ella no se lo cree yo no obtendré dinero, así que más vale que se lo crea.
Cierro el local despidiendome de mis compañeros, me paro en la acera mirando a todos lados por si algún auto se acerca. Si no aparece en 5 minutos, me largo, tengo hambre, estoy cansada. No estoy para soportar a Andrew y sus delirios.
Son las 9:10 cuando aparca frente a mi, sale por la ventana y me da una sonrisa descarada, lo miro de mal humor y me subo al auto.
— ¿Que pasa? — pregunta.
— Estoy cansada — escupo — no estaré más de una hora allá.— le advierto.
— Te recuerdo que te pago por el día, no por horas, así que te quedarás lo que se deba — dice airoso y le hago mala cara.
Me siento de muy mal humor. Llegamos a su lujoso vecindario que comparado con el mío, enserio parece que viviera en un caño. Estaciona el auto y me bajo.
— 2 cosas — me detiene — ignora todo comentario de mi padre y la segunda, se lo más cercana posible.
— Cercana como? Quieres que te abrace? Ni loca — se pasa la mano por el cabello frustrado.
— No, pero si puedes dejar de mirarme como si fuera la peor mierda del mundo, necesito que finjas que sientes algo por mi, o juro que no voy a pagarte. — me dice molesto.
Levanto mis brazos en forma de rendición y asiento. El toma mi mano y las entrelaza, siento algo de incomodidad, pero no le hago caso. Entramos a la casa y lo primero que veo es la mama de Andrew sonriendo hacia nosotros.
— Bienvenida linda, que hermosa eres — ella me sonríe y desde ya me cae bien — Por fin consigues algo decente hijo.
— Lo mismo digo — concuerdo con ella y Morgan da un apreton.
Nos dirigimos hacia la cocina y el padre de Morgan nos mira con desdén, como si el no se tragara el cuento, así que hago algo que jamás pensé que haría, beso la mejilla de Andrew con ternura, el se tensa pero al final se relaja y me pega más a el. Su padre nos escudriña cuidadosamente y le doy la mano con amabilidad.
— Genevive, linda, hice una deliciosa Lasaña. No tuve tiempo de preguntarle a mi hijo que era lo que más te gustaba — me coloca un plato.
— Tranquila señora Alma, la Lasaña me encanta — le sonrio.
Agradezco al universo que me permita comer, tengo tanta hambre que podría con otro plato, como con emoción mientras el padre de Andrew se ocupa en su teléfono y la señora Alma me cuenta cómo fue que aprendió la receta.
— ¿Como conociste a mi hijo Genevive? — el padre de Andrew me mira sin darme tregua.
— La verdad jamás pensé en coincidir con alguien como el, pero ya que estudiamos juntos, nos facilito las cosas — tajo.
— Alguien como el? Se refiere a mi hijo como alguien despectivo? — pregunta.
— Me refiero alguien tan distinto a mi, me considero alguien un poco más seria y Andrew es más genuino, eso es todo — el señor levanta una ceja.
— ¿Genuino? Yo no usaría ese adjetivo señorita, mujeriego diría yo — le reprocha y Andrew está hundido en su silla.
Es verdad, es un verdadero mujeriego patán, pero me molesta que pareciera que estuviera en su contra.
— No creo que sea un crimen que sea admirado por las mujeres, supongo que Andrew no es un hombre de compromisos, hasta que coincimos — le sostengo la mirada.
Su esposa nos mira nerviosa y interviene: — Alejandro...
— Quiere decir que no le importa que mi hijo ande detrás de cualquiera? — me presiona. Este señor me está tocando las narices, en verdad que si.
— Quiero decir que no es un crimen conocer personas, creo que antes de su esposa tuvo personas con las cuales no formalizó nada. — defiendo — Pero ahora Andrew y yo estamos juntos y es lo único que debe importar — digo con mal genio.
El vuelve a mirarnos como si no se creyera nada.
— Bien — el resto de la noche no dice nada y yo me levanto, quiero salir lo más antes posible de esta casa.
Alejandro Morgan es un verdadero dolor de cabeza y estoy de mal humor,.solo quiero llegar a mi casa. Me despido de la madre de Morgan con un Abrazo y el señor Morgan nos mira a lo lejos. Salimos de la casa y suelto del aire que tenía retenido.
Andrew no ha dicho ni una palabra y se adelanta, arranca el auto mientras coloca la radio.
Lo noto pensativo y me atrevo a preguntar.
— ¿Que pasa Morgan? Te comió la lengua el gato? — más bien diría su padre.
Me dedica una mala cara y sonrió en burla.
— Te dije que ignoraras a mi padre, pero lo único que hiciste fue darle largas — me dice molesto.
— No podia ignorarlo cuando literalmente se estaba dirigiéndose a mi. — le respondo.
— Podías evadir las preguntas — alza la voz.
— No es mi culpa que tu padre no confíe en ti — escupo.
Aprieta las manos en el volante y me giro hacia la ventana, aparca enfrente de mi casa y me bajo sin despedirme, azotó la puerta y me adentro en mi casa.
Suelto un suspiro largo, definitivamente este ha sido un día muy largo.
...
Lunes.
Andrew me ha ignorado todo el fin de semana y hoy, no me ha hablado, y en parte eso me tiene furiosa, tenemos un trato y el no tiene el reparo de incumplirlo. No hace nada más que ignorarme y ya, simplemente no le importa el trato, entiendo que este enojado pero antes me molestaba y ahora, ahora simplemente se aleja.
Pero de que me quejo, que cosa es más maravillosa que ya no esté en mi vida, aunque el dinero que me iba pasar también se haya ido.
Camino por la cafetería y lo veo a lo lejos con el equipo de animadoras, Clark esta sentada junto a sus compañeras y me sonríe cuando se dirige hacia mi. Nos sentamos en la mesa mientras como de mala gana y el dolor de cabeza me supera, estamos en examenes y la verdad estoy agotada. Clark me habla de cosas pero yo solo me concentro en mi plato.